En la sede de la Sociedad Científica Argentina fue presentada la lista (UPL), que encabezan Yamil Santoro, abogado, que concluye su mandato en la Legislatura porteña, a la que accedió integrando Republicanos Unidos, y María Alejandra Muchart, abogada, profesora de la Facultad de Derecho de la UBA, que preside la Democracia Cristiana de la Ciudad.
La lista 707 está conformada por el Partido Demócrata Cristiano y el Partido Libertario. Confluyen allí ideas liberales, convicción republicana y valores humanistas cristianos. Propugna "una ciudad más libre, más justa, con más orden y menos impuestos".
“La corrupción y la ineficiencia son los peores enemigos de los pobres -dijo Santoro-. Nosotros honramos la banca con acciones, no con palabras ni promesas. Trabajamos en 100 proyectos que vamos a intentar transformar en leyes”. Santoro ya presentó esa cantidad de proyectos en solamente un año que ha estado en la Legislatura. Señaló que quienes integran la lista no fueron elegidos al azar, sino por ser idóneos, por sus méritos y antecedentes.
UNA EDUCADORA
* La doctora María Muchart, educadora con dos maestrías en Derecho, habló de educación, de seguridad no solo en las calles sino en los hospitales públicos y las escuelas, de atender a los problemas de la gente con discapacidad. “Me comprometo a tener una capacidad de escucha activa. Mi compromiso es mi palabra”, afirmó.
* Leonardo Campelo, técnico mecatrónico, de 32 años, recordó que a los 27 años fundó con otros jóvenes el Partido Libertario. Abogó por menos impuestos, menos burocracia, para dedicar los recursos a salud, educación y seguridad. Dijo que venía de una familia de clase media baja y recordó que su madre, jefa en el hospital Fernández, murió de covid, cuando la gente fue encerrada en “una cuarentena cavernícola”. Sostuvo que en esta lista es donde están más representadas las ideas de la libertad.
* El rabino Fernando Szlajen, autor de 300 publicaciones sobre bioética y derechos humanos, miembro de la Pontificia Academia por la Vida, sostuvo que el problema argentino no es económico, sino cultural, moral, ético, y destacó que todos los miembros de la lista tienen antecedentes laborales verificables.
* Elizabeth Márquez, abogada con 30 años de experiencia, que organizó una red de 2.000 amparos contra el encierro compulsivo y diseñó proyectos de promoción de las familias numerosas y de adopción en el vientre materno, animó a luchar por “valores que los argentinos siempre hemos tenido y que parece que se han evaporado”. Señaló su proveniencia de la escuela pública, donde no debe haber adoctrinamiento ideologizado, y manifestó: “No pedimos nada de otro mundo: vivir en paz para tomar nuestras decisiones con nuestro criterio”.
* Leo Piccioli, autor de libros sobre liderazgo empresario, instó a la innovación, la inversión y la renovación tecnológica. Dijo que esta ciudad reclama un sacudón, tiene que ser muchísimo más de lo que es. Manifestó que la ciudad se construyó y creció pensando en el lema del himno: “Oíd, mortales, el grito sagrado: libertad, libertad, libertad”.
* Luis Guisbert, vecino de la villa 31, de Retiro, de 30 años, se graduó en ciencias políticas con una beca en la Universidad de San Andrés y sigue viviendo en el mismo barrio, donde promueve el surgimiento de emprendedores, con una organización social y educativa. Dijo que se metía porque estaba cansado de la política barata, de ver a la gente que va a una marcha por un pancho o un par de zapatillas: “Toda mi vida vi eso”. Precisó que gracias a la formación que le dio la Universidad vio que hay otra posibilidad. Así, trabaja para que los jóvenes de su barrio sean emprendedores, que “tengan un proyecto de vida”.
VOLUNTARIOS
“No tenemos plata ni apalancamiento del Estado. Dependemos de los voluntarios”, concluyó Santoro, quien invitó a los 200 presentes a sacar un poco de tiempo a sus familias y trabajos y a convencer a diez familiares y amigos de ser fiscales en los comicios, para enfrentar con trabajo y coherencia a los aparatos políticos tradicionales. Recordó las numerosas denuncias judiciales que formuló desde la Fundación Apolo “atacando los curros de la política”, los actos de corrupción. “Estoy felizmente agotado -dijo al final-. Es sacrificado, pero vale la pena”.