La presidenta Cristina Fernández volvió a vincular la muerte de Alberto Nisman a los "movimientos y desplazamientos" en los servicios de inteligencia y desacreditó nuevamente la denuncia en su contra que había hecho el fallecido fiscal antes de aparecer muerto.
"Muy largo y muy malo. Very, very bad, very bad", expresó la mandataria sobre el escrito judicial que había presentado Nisman en enero por supuesto encubrimiento en la causa AMIA y añadió que la muerte del fiscal días después de la denuncia fue "una gran maniobra política contra el Gobierno".
Al difundir hoy por las redes sociales la grabación de una entrevista que le hizo la revista The New Yorker, la jefa de Estado aseguró que "jamás" cambió de opinión sobre las circunstacias en las que murió el ex jefe de la UFI-AMIA y remató: "No soy de cambiar de opinión fácilmente".
En una extensa entrevista, la Presidenta sostuvo que la denuncia de Nisman fue "casi infantil" y consideró "grave" que el fiscal haya hecho una presentación judicial "sin ningún tipo de pruebas".
"Tengo que pensar que todo esto tuvo que ver con movimientos y desplazamientos que yo también efectivicé con los servicios de inteligencia argentinos durante el mes de diciembre, que habían tenido una activa participación con la investigación de la AMIA desde el año del atentado a la fecha", afirmó sobre la muerte del fiscal.
A casi seis meses de la aparición del cuerpo de Nisman con un balazo en la cabeza en su departamento de Puerto Madero, la Presidenta afirmó que "es poco serio en términos de política internacional en materia de tratados" la acusación del fiscal sobre un presunto pacto secreto entre los gobiernos de la Argentina y de Irán.
En cuanto a las escuchas en las que se respaldó el fiscal para hacer la presentación, la mandataria expresó que "son ininteligibles, no prueban absolutamente nada, nada más que conversaciones entre personajes de tercera o cuarta categoría o quinta categoría".
"Son personas a las cuales personalmente no conozco", enfatizó la mandataria y agregó que "no tienen absolutamente nada que ver con ninguna de las personas que forman parte del Gobierno" y hasta consideró que "las escuchas fueron armadas".
La jefa de Estado insistió en que está "convencida" que la denuncia "no la escribió el fiscal Nisman" y opinó que fue hecha "por alguien más con un criterio de difusión periodística que con un criterio jurídico". "...la verdad que la denuncia del fiscal Nisman tiene que ver más, me parece, con desplazamientos que hubo en la Secretaría de Inteligencia a fines de diciembre que con ninguna otra cosa. Porque en su caja fuerte tenía preservada una presentación ante Naciones Unidas que decía exactamente lo contrario a lo que dijo cuando denunció", reiteró.
En este sentido, sostuvo que "el tema de la reforma de los servicios de inteligencia era una deuda pendiente", por lo que valoró que "se ha dado un muy buen paso en esto que las futuras administraciones que me sucedan lo van a agradecer".
Ante la pregunta de por qué en un primer momento sugirió que el fiscal se había suicidado y luego dijo que había sido asesinado, la Presidenta respondió: "Bad information" y dijo que "la prensa argentina informa mal" para que los medios internacionales "digan cualquier cosa".
"Jamás cambié de opinión. Si no me estoy dando cuenta que estoy equivocada no cambio de opinión", enfatizó la mandataria, quien insistió que la muerte del fiscal fue "una gran maniobra política contra el gobierno con ramificaciones nacionales y para impactar también internacionalmente".