Ciencia y Salud

Vencer el tabaquismo, una lucha que lleva casi 30 años

En las vísperas de un nuevo "Día Mundial sin Tabaco", los expertos hablan del estado de situación de una epidemia que sigue siendo la principal causa de muerte evitable en todo el mundo. Los avances y lo que queda por hacer.

Cada 31 de mayo se renueva la oportunidad de recordar los riesgos para la salud que implica el consumo de tabaco y fomentar políticas eficaces con el objetivo de combatir la epidemia de tabaquismo. Se trata de una iniciativa instaurada en 1987 por la Asamblea Mundial de la Salud bajo el título "Día Mundial sin Tabaco".

"El consumo de tabaco es la mayor causa mundial de morbimortalidad y principal causa de muertes prevenibles. Se encuentra asociado con la mortalidad de más de 6 millones de personas al año, de las cuales más de 600.000 son no fumadores que mueren por respirar humo ajeno", enfatizó la doctora Adriana Angel, de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).

Según remarcó la experta, la tasa de muerte por cualquier causa entre los fumadores es tres veces mayor y este exceso de mortalidad se debe a que sólo el tabaquismo causa el 71% de las muertes por cáncer de pulmón, el 42% de las enfermedades respiratorias crónicas y un 10% de las enfermedades cardiovasculares. 

"De no existir un cambio, la epidemia matará a más de 8 millones de personas al año de aquí a 2030. Y más del 80% de esas muertes evitables se producirá entre las poblaciones de los países de ingresos bajos y medianos", alertó.

A la hora de describir el panorama en el país, Angel se refirió a los datos arrojados por la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2013) que indican que el 25% de los argentinos mayores de 18 años son fumadores y los de la última Encuesta Mundial de Tabaquismo en Adolescentes (GYTS 2012) que revelaron que el consumo de tabaco en este grupo etario en el país tiene una prevalencia del 22%.

"Los datos aportados por investigadores del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) en 2015 estiman que 44.851 personas mueren cada año por causas relacionadas al tabaquismo, lo que representa 998.881 años de vida saludables perdidos por muerte prematura o discapacidad", graficó.

Entre las diversas estrategias que existen para combatir esta epidemia, Angel mencionó las impulsadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) y el documento MPOWER, un plan integrado por "las seis medidas más importantes y eficaces de control del tabaco": vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención; proteger a la población del humo de tabaco; ofrecer ayuda para el abandono del tabaco; advertir sobre los peligros del tabaco; hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio del tabaco; y aumentar los impuestos al tabaco.

"Cada año la OMS viene trabajando para fortalecer cada uno de los puntos propuestos. En 2014, la propuesta que enmarcó a la fecha fue promover el aumento de impuestos a los productos del tabaco ya que diversas investigaciones han puesto de manifiesto que es especialmente eficaz para reducir el consumo entre los grupos de menores ingresos e impedir que los jóvenes empiecen a fumar", apuntó la profesional de la FCA.

En ese sentido, comentó que un estudio del IECS demostró que con un incremento en el precio de los cigarrillos podrían lograrse enormes beneficios para toda la población: "un aumento de un 50% podría llegar a evitar más de 25.000 muertes, 42.000 infartos, 11.000 nuevos cánceres y eliminar casi 15.000 accidentes cerebrovasculares (ACV) en diez años".

APOYO Y PEDIDO

Es por ello que numerosas organizaciones y coaliciones que trabajan en pos de combatir la epidemia de tabaquismo celebraron la sanción del decreto 626/2016, por el cual el gobierno nacional estableció un incremento de impuestos internos a los cigarrillos -de entre 60% y 75%-, que se puso en marcha a principios de este mes y estará vigente hasta diciembre próximo.

A través de un comunicado, la Fundación Interamericana del Corazón (FIC Argentina) junto a más de 35 organizaciones y coaliciones declararon su apoyo a la disposición y solicitaron la pronta sanción de una ley que no solo "garantice la continuidad y el fortalecimiento de la medida", sino que cumpla con una serie de requisitos para "asegurar la reducción efectiva y progresiva del tabaquismo en los fumadores actuales y la prevención de la iniciación en los niños".

Según detallaron, la ley debe garantizar que el aumento de los impuestos se traduzca en un incremento significativo de los precios de los productos de tabaco con el objetivo de desincentivar el consumo.

"Además, este aumento significativo debe buscar que cada vez haya menos diferencia de precios entre las marcas, para lo cual es fundamental aplicar un impuesto específico (es decir, un monto fijo por paquete) y no solo un aumento del porcentaje de los impuestos", agregaron. 

"Luego de la entrada en vigencia del decreto, la brecha de precios entre los cigarrillos más baratos y los más caros aumentó del 50% al 84%. Es decir, hoy hay más dispersión de precios que antes del aumento, lo cual da mucho margen para que los fumadores se pasen hacia las marcas más baratas", advirtió Verónica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina, quien argumentó que esta sustitución reduce el impacto sanitario de la medida y "por eso es prioritario incluir un impuesto fijo por paquete".

PRODUCTOS ALTERNATIVOS


Por otro lado, las organizaciones resaltaron la necesidad de que la medida también contemple que el incremento de impuestos afecte a todos los productos de tabaco y no sólo a los cigarrillos, para evitar la migración hacia alternativas tales como el tabaco para armar, los cigarritos y los cigarros, entre otros. 
"Actualmente los impuestos a estos productos de tabaco alternativos son extremadamente bajos (entre el 16% y el 20%) en comparación con los impuestos que gravan a los cigarrillos", indicó Schoj. 

"El decreto 626/2016 sólo aumentó el impuesto a los cigarrillos y con una regulación de este tipo, que no alcanza a todos los productos de tabaco por igual, se corre el riesgo de que los fumadores sustituyan el consumo de cigarrillos por otros productos, lo cual atenta contra el objetivo de la medida que es reducir el consumo de toda forma de tabaco", prosiguió.

FIC Argentina y las demás organizaciones también hicieron hincapié en que "se deben establecer ajustes periódicos y programados que compensen los efectos de la inflación y sobrepasen el crecimiento del ingreso para evitar que los impuestos se licuen y el precio real de los cigarrillos caiga".

Del mismo modo sostuvieron que la medida debe ser acompañada por una activa política de control y fiscalización por parte del Estado, que asegure la protección de su recaudación y brinde datos fidedignos del volumen de ventas y comercio ilegal, información que hoy en día es manejada exclusivamente por la industria tabacalera. 

"Esta industria se opone fuertemente al aumento de los impuestos al tabaco para proteger su negocio y utiliza como principal argumento el supuesto aumento del comercio ilícito manipulando la información. Por eso, el control debe estar exclusivamente en manos del Estado y una política de impuestos al tabaco debería incluir la puesta en marcha de mecanismos de control de las ventas legales y del comercio ilícito como ya se ha implementado en otros países de la región y del mundo", insistió Schoj.

BUENA OPORTUNIDAD


"El aumento del precio de los cigarrillos hay que interpretarlo, más que como una medida de coyuntura, como una posibilidad de abandonar el hábito de fumar y así evitar los diferentes tipos de cáncer que provoca", opinó por su parte la doctora Guadalupe Pallotta, presidenta de la Fundación Tiempo de Vivir y consultora en Oncología Clínica del Hospital Italiano de Buenos Aires.

"Se trata de una medida alineada con lo que sucede en varios países. Es una buena noticia, que colabora con la prevención del cáncer y mejora la salud de la comunidad", agregó.