En esa modesta sala se representó la primera ópera completa por vía del empresario y cantante Mariano Pablo Rosquellas, con la compañía del maestro Santiago Massoni y otros colegas músicos y cantantes líricos, llevando a escena `El barbero de Sevilla', de Gioacchino Rossini, como estreno sudamericano en 1825.
Este fue el punto de partida, el primer contacto con una ópera integral. Luego se repitió la experiencia en años subsiguientes con la misma compañía y a brochazos parciales se fue llegando al año 1838 cuando se inaugura el llamado Teatro de la Victoria, donde ingresaron buena parte de los títulos populares del romanticismo ochocentista en el arte lírico italiano
Ahora bien, llegados a la mitad del siglo XIX, y en un crecimiento paralelo de las ciudades capitales del Cono Sur, cada una afrontó la construcción de su gran teatro de ópera, a la manera de los europeos, y más particularmente de los italianos. Así, a la par de Montevideo y Santiago (Chile), se fue gestando la "fábrica'' -como se decía entonces- del viejo Colón porteño.
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Esa historia que generó el primitivo Colón desde 1857 cuando abrió solemnemente con `La traviata' verdiana en un esfuerzo empresarial grande para nuestro medio, hace que surja una nueva historia, que duró tres decenios y que nunca se escribió generosamente extendida dada la falta de información exhaustiva, de documentación completa.
Justamente ahora
Esa recopilación de valiosos datos surge gracias a la colección que fue teniendo en vida Dillon, abogado, ferviente entusiasta de la lírica, un investigador de la cronología para los hechos operísticos, que habiendo hecho en colaboración con Juan Andrés Sala la cronología del teatro Coliseo y del viejo Marconi de nuestra ciudad, siguió su camino solo tras el fallecimiento de Sala.
De hecho, Dillon siguió compilando y trabajando sobre el material reunido y también antes de su fallecimiento inesperado en 2013 dejó un anticipado testamento con el encargo a sus familiares de finalizar la obra emprendida. En ella trabajaron dos especialistas del Instituto de Musicología Carlos Vega, que fueron armando los dos tomos, el primero a cargo de Juan Mareia Veniard (abarcando desde los orígenes hasta 1872) y el segundo de Héctor Luis Goyena, desde la referida fecha hasta el cierre definitivo. Estadísticamente, ordenaron las quince primeras temporadas en el tomo 1 y las siguientes dieciséis en el tomo 2. Se reorganizó el material y se logró entonces un aporte valioso a nuestra antología teatral en una edición cuidada y ordenada.
GRANDES NOMBRES
De esta manera puede verificarse con abundancia de datos lo realizado por el primer teatro que llevó el nombre de Cristóbal Colón, bautizado generalmente en las referencias históricas y estadísticas como el viejo o primitivo Colón, como decíamos al comienzo. Y haciendo un examen analítico de esa labor cumplida en Buenos Aires,
Solo un vistazo a esa primera temporada da cuenta per se del enorme esfuerzo emprendido, porque el gran invitado, Tamberlick, cantó además `Il trovatore' , `Rigoletto' y `Ernani', todas de Verdi; `La cenerentola' y `El barbero de Sevilla', de Rossini, y la ya olvidada ópera `Il giuramento', de Saverio Mercadante. Fueron en total catorce títulos ese año, para solaz de aquellas generaciones. A todo lo cual hubo de sumarse una compañía de zarzuela española y otra francesa de ballet.
Al año siguiente, después del enorme esfuerzo inaugural, le sucedió una temporada con mayor pobreza, pero pronto volverían los logros, los ídolos del bel canto, hasta totalizar la friolera de
Los tan reconocidos tenores Angelo Massini, Roberto Stagno, y sobre todo dos que conquistaron el mundo con su talento y labor como el gran turinés Francesco Tamagno, creador mundial del `Otello' verdiano, que tuvo varias temporadas en el viejo teatro con repertorio amplio, y también el exitoso español Julián Gayarre, muy querido por el público de entonces.
EN ESTAS PAGINAS
La venta del edificio para dar lugar a la construcción del nuevo y esplendente Colón actual (entonces se hablaba del Nuevo Colón), la competencia con el Teatro de la Opera (ubicado en la calle Corrientes a partir de 1873 y su remodelación posterior), fueron dejando reflejos de un pasado glorioso para nuestra ciudad.
Los periódicos de entonces consultados por esta reciente edición, como es el caso de