Celia y Celso se quieren, se pelean y se reconcilian. Son de esos amigos que viven de manera entrañable su relación. Un verano de tantos, en los años '90, buscan palabras en el diccionario, charlan, cuentan anécdotas, pero sobre todo juegan. Ambos personajes, absolutamente entrañables, ocupan los roles centrales de 'Breve enciclopedia sobre la amistad', que se presenta como una instalación, una experiencia interdisciplinaria y transgénerica, una obra cómica y hasta un concierto escénico. Es eso pero, en realidad, toda la parafernalia montada con tanta perfección parece finalmente una excusa para trasmitir amor, y del más puro.
En gran medida, la dramaturgia de Tomás Masariche -joven director con interesante trayectoria- rescata la inocencia, porque Celso y Celia son adolescentes pero también podrían ser niños, o a lo mejor adultos que no quieren crecer. Ellos charlan sobre formas de masturbarse, interpretan personajes de películas o a sus propias madres, e incluso uno contrata a otro como `geisha'. Arman su mundo y lo comparten con la platea.
A tono con los tiempos, la obra es performática o no será, podría pensarse. Con sólo ver el circuito teatral independiente argentino se palpa que `Breve enciclopedia sobre la amistad' dialoga con eso: rompe la cuarta pared, hace 'la obra de la obra', interpela al público. Pero más allá de los valores de puesta y técnica, muy contemporáneos, importa que acá se ve teatro. Y del bueno.
INTÉRPRETES
Lo que sucede -con cambios de registro, escenografía, canciones y bailes- sería difícil de recrear si no fuera por la calidad de los intérpretes. El despliegue físico y artístico de Felipe Saade (Celia) y Max Suen (Celso) sorprende. Ambos son dirigidos de manera precisa y amorosa por Masariche, quien además de escribir la dramaturgia, oficia como una suerte de `maestro de ceremonias' o `explicador serial' de cuanto ocurre en escena, A ellos -habría que usar el inclusivo en esta nota para estar a tono con la propuesta- se les suman dos músicas y performers también excelentes, Maga Clavijo y Casandra Velázquez, que cumplen múltiples funciones.
La bella iluminación de Alejandro Velázquez enmarca el amplio espacio donde se mueven los intérpretes. El lugar -Planta (Inclán 2661)- conforma una nueva usina artística desde el, según se mire, periférico Parque Patricios.
'Breve...' es de esas obras que dan pena que se terminen. Logran que por un momento el mundo que vivimos sea distinto y nos permiten fantasear con la posibilidad de que algún cambio, para bien, es posible.
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