En plena avenida Corrientes de pronto una marquesina llama la atención. El monte Fitz Roy se impone entre las fotos que aparecen en las puertas del teatro Metropolitan. Allí dentro cuatro actrices -Leonora Balcarce, Mara Bestelli, Laura Novoa y Romina Richi- se sacan fotos vestidas de montañistas. No están promocionando un destino turístico sino la nueva obra del reconocido y premiado dramaturgo español Jordi Galceran (‘El método Grönholm’), ‘Fitz Roy…Secretos de montaña’, que el productor Diego Romay decidió traer a Buenos Aires luego de dos temporadas en España.
Minutos más tarde, cuando los flashes se apagan y los nervios de la presentación a la prensa se apaciguan, Romina Richi se sienta en una de las butacas del final de la platea y enseguida empieza a hablar sobre el desafío que le presenta Laura, su personaje en esta historia.
-¿Qué nos puede contar sobre ‘Fitz Roy…’?
-Son cuatro amigas que están escalando el Fitz Roy y en la única base que hay paran porque van a subir por la Silla de los Franceses, que es la parte más difícil, el último tramo. No pueden seguir ascendiendo porque hay mucho viento y deben esperar, y en ese rato empiezan a emerger ciertas cosas que por ahí nunca se dijeron o no sabían, y se develan situaciones que llevarán al conflicto.
PERFIL
-¿Cómo define a Laura, su personaje?
-Es la más inmadura, la que hace chistes, la que de todo hace una broma, la más colgada, la más volada. También es muy sexual, o por lo menos no tiene problema en hablar de eso, ni de nada. Es la más relajada en varios aspectos y en un momento también tiene un secreto que es develado y que tiene que ver con una traición.
-¿Cuál es el mayor desafío que le presenta?
-Me parece que el personaje es bastante ajeno a mí, no es un papel del que rápidamente tuve que agarrar cosas propias o que se me hizo cercano. Me resulta bastante difícil la búsqueda en ese sentido porque lo encuentro muy diferente a mi persona. Fue bastante difícil de abordar.
-En la obra están escalando el Fitz Roy, ¿tuvieron que prepararse físicamente para componer el papel?
-Sí, nos preparamos. Fuimos con las chicas a un lugar donde está todo armado para escalar. Yo nunca había escalado, sí había subido montañas caminando, pero esto es otra cosa. Es un deporte de riesgo, de vida o muerte, porque es subir 4.000 metros una pared agarrándote con unos ganchos y una soga, un divague, algo muy peligroso. Miré muchos videos, busqué películas, hice una investigación para poder tener más noción de cómo es este deporte. Hablamos con escaladores que nos contaron sus experiencias. Me quedé con las ganas de ir al Fitz Roy, a verlo al menos, pero no llegué con los tiempos.
EN MOVIMIENTO
-Por estos días también está dirigiendo en Microteatro.
-Sí, la obra ‘Ahora sí. Ahora no’, que escribió Micaela Minervino y en la que actúa ella con Carola Picasso. Esto lo armaron para ellas y me pidieron que las dirija. Siempre es divertido hacer Microteatro porque es algo chiquito que tiene que ser explosivo.
-Hace tiempo que viene alternando entre la dirección y la actuación, ¿logra correrse del papel de directora cuando sólo le toca actuar, como en ‘Fitz Roy...’?
-Si hay algo que me gusta es entregarme al director desde el lado de la actriz. Soy un instrumento de lo que el director quiera, digamos. A veces es arbitrario, otras caprichoso, porque ya conozco de ese otro lado cómo es, pero si estoy de aquel lado, estoy de aquel lado. Hay algo de eso que creo que lo aprendí de la actuación, porque hago un rol, salgo, y después soy yo. Entonces me parece que es un poco como la actuación el entrar y salir. Por eso no me resulta difícil ubicarme en el lugar que requiera cada rol.
OTRA ACTRIZ
-¿Cómo vive que su hija Margarita (fruto de su relación Fito Páez) esté incursionando en la actuación? ¿Le surgen nuevos miedos?
-Estoy feliz y además me pide mucho consejo y la ayudo, ensayamos juntas. Es muy lindo, miedos no tengo. Yo la aconsejo de acuerdo a mi experiencia, lo digo lo que me parece que es mejor, pero también la veo a ella muy conectada. Estudia mucho y se está preparando un montón. Eso creo que es lo que más le he inculcado y lo está haciendo bien. Me pone muy feliz.
-¿Cómo sigue su año?
-Por ahora, ‘Fitz Roy’, Microteatro, y estoy trabajando en mi tercera película, algo que me tiene súper entusiasmada. Estoy hace muchos años trabajándola. Es sobre un mito guaraní. Me fui a Misiones a trabajar, fue un proceso muy largo. Es algo que estoy escribiendo sola, me puse a investigar, a estudiar y creo que ya estoy para terminarla. A ver si el año que viene ya la puedo filmar.
-Es un momento complicado para hacer cine.
-Sí, lo es, está difícil, pero hay una particularidad que me parece que tenemos los argentinos: que siempre, no sé cómo, pero lo hacemos.