Cultura
SIENA ES EL ESCENARIO DE UNA UNA GRAN MUESTRA EN HOMENAJE A JULIO LE PARC

Un mundo de percepciones

La exposición inaugurada en el formidable Palacio de las Papesas de la ciudad italiana presenta 80 obras creadas entre 1958 y 2024. Un despliegue de luz, movimiento y color.

El imponente Palacio de las Papesas de Siena (en el norte de Italia), que fue levantado por deseo de la hermana del pontífice Pio II, renace en estos días con la obra de Julio Le Parc, pionero e icono del cinetismo, la corriente que quiso "democratizar" el arte en los años ‘60 con la ayuda de un grupo de jóvenes artistas latinoamericanos.

A los 96 años, Le Parc (Mendoza, 1928) viajó desde París, donde reside, a Siena para participar en la organización de la exposición de 80 obras realizadas en sus más de 60 años de carrera.

Incluso pudo supervisar todos los detalles con la ayuda de su hijo y director artístico, Yamil Le Parc, y la curadora de la exposición, Marcella Beccaria.

Julio Le Parc, el descubrimiento de la percepción exhibe desde el 13 de septiembre y hasta el próximo 16 de marzo pinturas, esculturas, móviles y otras obras creadas entre 1958 y 2024.

Todas están marcadas por el movimiento físico o virtual, aunque no se trate de una retrospectiva "porque para eso harían falta 2.000 metros cuadrados", explicó Yamil Le Parc.

 

DESDE FRANCIA

 

En su mayor parte las obras provienen del estudio del artista en Cachan, Francia, y corresponden a su archivo. A los visitantes se les ofrece un contacto directo con el universo creativo de Le Parc desde 1958 hasta la fecha.

Como evita la cronología rígida, la exposición está organizada en base a temáticas que exploran la trayectoria del artista, empezando por la Esfera verde (2016).

Ubicada en el ingreso al Palacio de las Papesas, esa obra reciente es un gran cuerpo suspendido. Su geometría inestable, formada por multitud de láminas de plexiglás verde que reflejan la luz, modifica el espacio a su alrededor.

Las infinitas variaciones cromáticas y de formas de Le Parc invaden las salas de este palacio del siglo XV. Algunos ejemplos son Ondes 139 série 47 n. 8 (1974), o también Ondes Alternées à partir d’un thème de 1972 (1972-2018), en los cuales las obras imponen su propia fuerza en el espacio de la muestra.

Los colores acrílicos parecen estar en movimiento, multiplicándose y saliendo de los límites del lienzo. “Observarlos -precisó la curadora Beccaria- implica acceder a un universo gozoso en el que la protagonista es la experiencia perceptiva”.

Los círculos concéntricos de la Série 14 – 14 Permuté (1970-2020) y los trémulos de la Série 15 n. 8 (1971-2012) atrapan la mirada e invitan a experimentar distintos grados de distancia, acercándose o alejándose.

La muestra expone desde trabajos geométricos en blanco y negro hasta las obras cinetico-luminosas y esculturas, sin olvidar los icónicos dibujos de Le Parc y algunos de los 150 guasch que pintó "en el viaje en barco y en un cuartito de estudiante" al llegar a París en 1958.

"Son tres cuadernos con todo lo que forma parte de su obra hasta hoy mismo", reveló su hijo.

Aludía a la geometría, la abstracción, la luz, el movimiento y el color, características que lo distinguirán siempre, y que confieren a su obra una "calidez" que la hace "accesible y fácil" dentro una corriente que puede parecer "fría".

 

CAMBIO LUDICO

 

Le Parc no es así, aclara el hijo. "Es lúdico y cambiante y en su obra se puede ver la diversidad de estilos que ha creado de forma consciente", en la que también es clave el color: "el blanco, el negro y su gama de 14 colores fundamentales".

"Él cambia conscientemente -abundó-. Empezó con la experimentación de la luz, de la escultura, con el movimiento y eso tiene una parte filosófica, política, social, para intentar hacer entender a la sociedad que el arte es para todos, que debe de ser participativo y evolucionar a otra cosa".

Ahora eso resulta normal, pero no en 1960, cuando poco después de llegar a París, Le Parc fundó con otros jóvenes el Grupo de Investigación de Arte Visual (GRAV).

La intención era cambiar la rigidez imperante en el mundo del arte, acercarlo a la gente a través del movimiento, la luz y la geometría, aspectos fundamentales de su obra.

"Para mí eran como los Beatles del arte, un grupo de muchachos con melena y la intención de romper la estructura rígida de los museos de París", la capital del arte, detalló Yamil Le Parc.

 

PERTURBADORES

 

El artista argentino, quien fue el primer latinoamericano en ganar la Bienal de Venecia en 1966; sus compatriotas Horacio Gracia-Rossi y Hugo De Marco, el español Francisco Sobrino Ochoa y los franceses Francois Morellet y Jean Pierre Yvaral impulsaron ese grupo interesado en los efectos visuales, lumínicos y cromáticos.

Era algo "un poco perturbador, demasiado socialistas esas ideas de luchar para democratizar el arte" y "no fue tomado en consideración porque molestaba", además de que el grupo estaba compuesto por "demasiados latinos", añadió.

En 2005, la fundación suiza Daros creó "una exposición alrededor de toda su obra de luz". Eso dio comienzo a un "resurgir" que culminó con "su gran retorno en el 2013 en el Palais de Tokio de París", que fue "un éxito rotundo".

Esta exposición de Le Parc inaugurada en Siena, la mayor en Italia del artista argentino en palabras de la curadora Beccaria, cuenta con el valor añadido de haber sido la elegida para la reapertura del renacentista Palacio de las Papesas convertido en un gran centro cultural tras años cerrado.

Los visitantes podrán ver las obras del notable artista argentino mientras recorren este edificio construido entre 1460 y 1495 por deseo de Caterina Piccolamini, hermana del papa Pio II,. Podrán deleitarse con los frescos de su bóveda y disfrutar de la mejor vista de los tejados de Siena desde el cenador de la azotea.

Cargado de historia, con el recuerdo de huéspedes tan ilustres como Galileo Galilei, que realizó aquí sus estudios sobre la luna, es el contexto ideal para la exposición.

"Es un lugar privilegiado, impresionante", subrayó el hijo del artista.