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Hay alerta máxima en las cuatro provincias del país

Un ataque múltiple dejó 40 muertos en Pakistán

Los insurgentes mantuvieron en vilo a la ciudad oriental de Lahore con asaltos a instalaciones policiales. Hubo además dos atentados en el noroeste. Alertan que la nación está al borde de una guerra civil.

Islamabad  - Los talibanes volvieron a golpear ayer a las fuerzas policiales y gubernamentales en Pakistán con un ataque múltiple de estilo fedayín en la ciudad oriental de Lahore y dos atentados en el conflictivo noroeste del país que causaron la muerte de más de 40 personas.

Cerca de 20 insurgentes de entre 20 y 25 años de edad mantuvieron a Lahore en vilo durante unas horas con tres asaltos a instalaciones policiales de la ciudad, de siete millones de habitantes.

Estos ataques, que se iniciaron casi simultáneamente en torno a las 9.50 horas locales, se saldaron con la muerte de 29 personas: 13 terroristas y 16 policías y funcionarios, informó una fuente policial.

El asalto de mayor duración tuvo lugar en los cuarteles generales de la policía de elite de Bedian, en las afueras de la capital cultural paquistaní.

Las fuerzas de seguridad recuperaron el control de este centro tras acabar con las vidas de cinco de los terroristas, quienes llegaron a tener algunos rehenes y mataron a seis policías durante el asalto.

Una hora antes, las fuerzas gubernamentales habían puesto fin a otro ataque fedayín contra la academia de cadetes de Manawan, en un área cercana. Al menos seis agentes fallecieron en el enfrentamiento, que se cobró la vida de cuatro insurgentes.

El tercero de los ataques en la capital de la provincia oriental de Punjab fue perpetrado contra las oficinas de la Agencia de Investigación Federal (FIA), donde cuatro miembros del organismo y cuatro terroristas perdieron la vida.

Las autoridades ordenaron el despliegue de las fuerzas paramilitares en varias zonas de Lahore y pusieron a las cuatro provincias del país en estado de alerta máxima.

Una facción local del movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) reivindicó la autoría de los ataques, que pusieron de manifiesto la habilidad de los milicianos islámicos.

Pocas horas, un suicida había matado ya a 11 personas, incluidos tres policías, y herido a otras 24, la mayoría civiles, al empotrar un vehículo cargado de explosivos contra una comisaría de la localidad noroccidental de Kohat.

Al término de la jornada, una nueva bomba colocada en un vehículo y activada mediante control remoto acabó con la vida de un niño e hirió a nueve personas frente a la residencia de un funcionario gubernamental en Peshawar.

CRECIENTE OFENSIVA

Estos atentados se enmarcan en una creciente ofensiva rebelde desde hace 11 días, que dejó ya 160 muertos y al parecer está destinada a contrarrestar una proyectada ofensiva militar en el principal bastión de la rama paquistaní de los talibanes cerca del límite con Afganistán.

"La situación en Pakistán es crítica", expuso una fuente de inteligencia occidental. "Estamos al borde de una guerra civil".  (EFE, AP y Télam)


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Familiares de un policía asesinado en un atentado se lamentan al arribar a una ceremonia en Lahore.