Opinión
DE QUE SE HABLA HOY

Tras la autopsia, la muerte de Santiago no es de uso político

Fueron 28 los peritos que por unanimidad determinaron que Santiago Maldonado murió por asfixia por sumersión, ayudada por haber sufrido hipotermia. También indicaron que se concluyó que el cadáver nunca estuvo en tierra, pasó más de 73 días en el agua y ratificaron que no había golpes o lesiones. No hubo disidencias en las conclusiones, es decir, no hay dudas en el diagnóstico final sobras las causas de la muerte del artesano.

Sin embargo, este final de etapa parece ser el principio de otra carrera. Los resultados de la autopsia no implican el cierre de la causa. La investigación seguirá adelante, para tratar de averiguar qué sucedió el día de la muerte de Maldonado.

"La causa se seguirá tramitando. Hay que realizar una reconstrucción histórica de los hechos. Ustedes conocen los intereses en juego, hay que tener paciencia", dijo el Gustavo juez Lleral. Y una vez más surgen los argumentos que buscan culpables políticos. Tras conocerse las conclusiones de la Junta Médica, Sergio Maldonado, hermano del fallecido en el río Chubut, dijo que para la familia, la carátula de la causa que investiga la muerte sigue siendo "desaparición forzada". Y agregó "El no murió estando de turista, estaba en un operativo donde hubo represión de Gendarmería". En ese mismo sentido opinó casi exaltada la abogada de la familia que parece no importarle el resultado de los análisis refrendados incluso por sus propios peritos. Si seguimos con la teoría de politizar el hecho e inculpar a la Gendarmería por haber hecho huir del lugar a Santiago, habría que ir al comienzo de la historia para aseverar que si los integrantes mapuches del RAM no hubieran cometido el delito de cortar una ruta nacional, la Gendarmería no hubiese sido enviada por un juez para liberar la zona. Muchas están ahora calladas porque el "cadáver político" había desaparecido, no tenía heridas de bala, ni golpes, ni señales de tortura, ni había sido secuestrado. No sirve para hostigar al Gobierno, al menos de forma masiva, es decir con marchas, violencia callejera y todo el protocolo utilizado para estos casos. Dejen a Santiago Maldonado, no lo usen para nada más. No busquen culpas con chicanas políticas, porque eso no cura las heridas, ni las penas por su muerte, pero deja abiertas las heridas que ya padece nuestra sociedad, y que no dejarán que el joven descanse en paz, que eso, sin dudas, debe ser el principal deseo de sus padres. 

V. CORDERO