En un día se reciben 38 denuncias por violencia de género y cada 35 horas se produce un femicidio en la Argentina. Estas cifras alarmantes fueron el disparador de una iniciativa solidaria que se puso al hombro Sebastián Gallardo, un tatuador mendocino que con su arte ayuda a `sanar' a mujeres cuya piel quedó marcada por un pasado de agresiones y maltratos.
Desde hace casi un año Sebastián recibe en su local de Guaymallén, en la provincia de Mendoza, a víctimas de violencia machista y, de forma gratuita, cubre sus cicatrices con flores y mandalas. `Un día, viendo las noticias, escuché que de enero a febrero habían matado como a 63 mujeres, o sea más de una por día. Teniendo en cuenta esa cifra es que se me ocurre replicar acá lo que estaba haciendo una tatuadora rusa. Hice una publicación en Facebook para dar a conocer la iniciativa y enseguida se hizo viral'', relató a La Prensa.
``Para mí, es algo que como profesional no me cuesta tanto, pero para la persona es un montón. Es una satisfacción muy grande poder ayudar con tan poco'', señaló Gallardo.
CIFRAS QUE DUELEN
Los datos brindados por la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación asustan. En el primer trimestre del 2016, recibió 38 denuncias más por día y, en total, 3.461 personas denunciaron haber sido víctimas de violencia. Y hay cifras aún peores: en el país se produce un femicidio cada 35 horas y en 2016 hubo 254 asesinatos, según un informe del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina.
Acerca del caso que más lo impactó, Sebastián no dudó: ``Fue el primero, era una mujer de unos 45 años que su pareja le había tirado una olla de agua hirviendo en el brazo y tenía la piel destruida. Llorando me contó toda su historia, fue un momento muy duro. A ella le hice unas margaritas con color y la cicatriz no se le vio más'' .
En su local, ubicado en la calle Saavedra 1503 de la localidad mendocina, ya ha tatuado a más de 30 mujeres víctimas de violencia de género. ``Han venido apuñaladas, cortadas con botellas de vidrio, con marcas de golpes de puño. Para mí fue muy fuerte -se sinceró- porque no estaba acostumbrado a escuchar esas historias en primera persona y a trabajar bajo esa presión, además de ver la reacción después de que termino el tatuaje'' .
CADENA DE FAVORES
Las respuestas de agradecimiento que recibió este joven tatuador fueron miles. Si bien nunca faltan aquellos que critican, Gallardo no da lugar a los comentarios negativos: ``Mi idea era generar un especie de cadena de favores: yo se lo hacía a dos personas gratis, después otro tatuador se sumaba y se lo hacía a otras dos mujeres, y así sucesivamente. Pero al final eso no funcionó. Igual no me importa, yo no voy a cambiar mi forma de pensar y lo voy a seguir haciendo'' .
``Por lo general, eligen flores, mandalas, diseños hindúes o algún tema que les recuerde a la familia. Igual nosotros también las ayudamos porque dependiendo de la forma de la cicatriz les aconsejamos algún dibujo que la pueda cubrir bien'' , explicó Sebastián sobre el proceso.
Sin recibir ningún tipo de ayuda -ni gubernamental ni de privados- dos veces al mes deja sus compromisos de lado y se dedica a borrar con tinta los malos recuerdos de quienes sufrieron tanto. Así lo contó emocionada a La Prensa Patricia, de 58 años, minutos después de haberse tatuado. ``Estoy muy agradecida porque me están sacando una marca del pasado que me tenía muy mal, la miraba y recordaba lo que me había sucedido. No se pueden imaginar lo feliz que estoy de empezar el año sin esa cicatriz. Agradecida con todos los chicos del local y con Sebastián, sobre todo, porque me está dando la oportunidad de salir adelante como mujer y como persona'' .
Su historia, como la de las tantas mujeres violentadas, conmueve, enoja, genera impotencia e indignación: ``Hace muchos años, quien era mi pareja me clavó una navaja en el brazo y me golpeó muchísimo. Me quedó una cicatriz muy fea. A mí esto me tocó vivirlo cuando aún no existía la ley de violencia contra la mujer, hace 30 años no te daban bolilla cuando te golpeaban'' . Pero Patricia no baja los brazos, es una guerrera y se le nota en la voz cuando alienta a otras mujeres a tatuarse: ``Que se animen a venir, es un tatuaje que te cambia la vida, que te ayuda a dejar atrás eso que te hizo tanto mal. Es una forma de sanar esas heridas que te deja la violencia física, pero también las de la violencia psicológica que tanto te lastima el alma''.
``Con esto se cierra un ciclo tan feo y se empieza de nuevo, sin importar la edad. Yo me animé y estoy más que feliz'' , concluyó con orgullo.
La emoción de Patricia es compartida por todas aquellas mujeres que se acercaron a Sebastián para dejar atrás marcas de un pasado de violencia. Reemplazar cicatrices que hacen revivir el horror por tatuajes que honran la resiliencia.
Tanto es así que Gallardo tiene los turnos ocupados hasta marzo de 2018 y, ante la pregunta de si piensa ponerle fin a la iniciativa en algún momento, volvió a ser categórico: ``Lo que hago no tiene fecha de caducidad''.
`Tinta Esperanza', una campaña para sobrevivientes del cáncer de mama
`Tinta Esperanza' es una campaña internacional dedicada a sobrevivientes del cáncer de mama, ofreciéndoles el tatuado gratuito de pezón y areola luego de las masectomías. En la Argentina, los integrantes de Tattoo and Rock son los representantes de esta iniciativa con la que ya han ayudado a unas 40 mujeres. ``Arrancamos en agosto de 2015, o sea que hace un poquito más de dos años que venimos con la campaña. Surgió de una publicación que hizo Fabián Henao, un tatuador colombiano, que es quien empezó con toda esta movida. Mi mujer lo vio, me lo comentó y pensamos que estaría bueno hacer algo similar acá en Argentina. Lo charlamos con los tatuadores del local y decidimos seguir adelante con la idea. Ahí, nos pusimos en contacto con Fabián, hablamos un par de veces por teléfono y nos dio el OK'' , contó a La Prensa Pablo Reznisky, dueño del local Tattoo and Rock , ubicado en José A. Cabrera 3465, en e Palermo.
``Hacemos un tatuaje por semana porque es algo que bancamos nosotros, si pudiéramos, haríamos más. Algunas veces, llegamos a hacer dos, dependiendo de la situación'' , explicó Pablo y remarcó que hay ciertos requisitos a aquellas mujeres que quieran tatuarse: ``Pedimos que hayan pasado como mínimo dos años desde la última operación por un tema de cicatrización porque antes de eso los tejidos se siguen moviendo y regenerando. También que tenga el visto bueno del médico. Cada caso es distinto, no hay una mujer igual a otra como no hay un caso igual a otro'' .
``Desde el primer momento, lo tomamos con la seriedad que se merece -aseguró Reznisky- . No es algo para tomar a la ligera. Todas son mujeres que, en mayor o menor medida, sufrieron una amputación, les sacaron parte de uno o los dos pechos. Además de eso, llevan todo el sufrimiento de los tratamientos de la enfermedad. Cuando hacemos estos trabajos el local queda prácticamente cerrado'' .
-¿Cómo se contactan con ustedes?
-Generalmente por las redes sociales (Instagram: tattooandrockba y Facebook: Tattoo & Rock) o por teléfono (6091-3573). Muchas de ellas vienen recomendadas por un médico cirujano del Cemic, que nos conoció a través de una de las primeras mujeres que vino y que le mostró lo que hacíamos.
-¿Cómo es el momento del tatuaje?
-El proceso es relativamente rápido, depende del caso. Si la mujer tiene un pecho sano, Javier, que es quien hace los trabajos, lo toma como referencia para replicar en el otro. Lo que hace es ver el tamaño, los colores y formas.
Aproximadamente unas 40 mujeres, de todas las edad y de toda clase social, han pasado por Tattoo and Rock en busca de esa `tinta de esperanza'. ``El cáncer no discrimina a nadie. Todas ellas comparten ese mismo problema y nosotros, de alguna manera, ayudamos a que puedan cerrar un capítulo tan doloroso de su vidas'' , resumió Pablo.
Javier Ibarra, el artista que se encarga de los tatuajes, contó que ``los primeros casos fueron los que más impacto me generaron, después traté de concentrarme en mi laburo porque es muy fuerte'' .
``El primero que hice pensé que lo iba a arruinar y estuve como dos horas y media. Pero al segundo ya fue distinto. No es lo mismo el tatuaje recién hecho que después de dos meses cuando ya está curado. En este caso es más complicado que un diseño normal, acá tengo que copiar algo real y llegar a una tonalidad más elevada que la otra areola porque después se va a opacar'' , explicó Ibarra sobre la técnica que utiliza.
EMOCION
Sobre la reacción de las mujeres luego de terminado su trabajo, Javier dijo: ``Depende de cada persona, algunas se emocionan y lloran, pero la mayoría se va enseguida porque las supera la situación. El tatuaje en general hace que tengas que asimilarlo, después nos escriben agradeciéndonos y nos dicen lo contentas que están. También el tema de la asimilación es porque hace mucho tiempo que no se veían con esa parte del cuerpo'' .
Para estas guerreras no es solo tinta en su piel, es la culminación de una lucha. Como bien lo resumió Iván Craig, otro de los artistas de Tattoo and Rock : ``No es solo verse como mujer, es lograr un cierre. Por más que el cierre en cuanto a salud ya esté, esto es ponerle el broche final'' .