Cultura
SU OBJETIVO ES DESTRUIR LA MEMORIA Y TRADICION DE LOS PUEBLOS

Socialismo: enemigo de lo cristiano

POR BERNARDINO MONTEJANO

Nos enteramos por Médias-presse-info del 27 de enero del ataque del gobierno laborista (socialista) de Gran Bretaña al patrimonio religioso del país.

Hace ya mucho tiempo, cuando el socialismo moderno nacía, el papa León XIII escribió una encíclica Diuturnum Illud, sobre la autoridad política, en la cual señala que de la herejía de la Reforma nacieron “una filosofía falsa, el llamado derecho nuevo, la llamada soberanía popular y una descontrolada licencia, que muchos consideran como la única libertad. De aquí se ha llegado a esos errores recientes que se llaman comunismo, socialismo y nihilismo, peste vergonzosa y amenaza de muerte para la sociedad civil” (Doctrina Pontificia, II Documentos Políticos, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1958, págs. 122/123).

Y León XIII no se equivocaba: el socialismo fue y es, una peste y amenaza de muerte para la sociedad política.

ROPAJES

Hoy aparece como social demócrata, la mayoría de las veces, y algunas, como en la Argentina, con ropaje radical, en tiempos de Alfonsín, o justicialista en los más recientes de los Kirchner y Alberto Fernández; pero el resultado siempre es el mismo.

Alfonsín nos legó el divorcio vincular y la llamada educación sexual, con su exhibicionismo morboso. No olvidamos su elogio de “la libertad igualitaria con la que soñaron Marx y sus discípulos” y su crítica a los gobiernos occidentales por privarnos de vivir “en una sociedad más libre, más justa y más igualitaria” (La Nación”, 30/6/1984), como la gozada hoy por los habitantes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, para no ir más lejos.

El legado de los Kirchner y de Alberto Fernández fueron las mentiras sistemáticas y las promeses incumplidas, el sodomonio, el aborto, la discordia, la corrupción moral y cultural, la economía “al revés”, los negociados y el escandaloso incremento patrimonial de los gobernantes y sus socios, el veto al 82% móvil de los jubilados, violando la justicia distributiva en forma descarada,, la inseguridad galopante, la instalación de las drogas, la promoción del juego, la indefensión del país y la política de las dos pesas y dos medidas.

Incluso Fernández nos legó el Ministerio de la Mujer, mientras castigaba a la suya, que luego exhibiría los moretones en su cara; y con sus cómplices, el “amigo Horacio” Rodríguez Larrata y Kicillof, nos encerró durante la pandemia, mientras festejaba en Olivos y organizaba vacunaciones VIP.

Es necesario recordar que, al morir Kirchner, el actual papa celebró una Misa en la catedral y su “prudencia” entre dos textos posibles lo llevó a elegir uno del Libro de la Sabiduría que dice: “el justo, aunque muera prematuramente tendrá descanso… Maduro en pocos años, cumplió mucho tiempo. Como su alma era agradable a Dios, se dio prisa en salir de la maldad”.

Su prudencia carnal lo condujo a omitir la parte que mostraba al difunto y que dice: “La familia innumerable de los impíos no prosperará: es retoño bastardo, no arraigará profundamente ni tendrá base firme, aunque por algún tiempo reverdecerán sus ramas, como está mal asentado, lo zarandeará el viento y los descuajarán los huracanes. Se troncharán sus brotes tiernos, su fruto no servirá, está verde para comerlo, no aprovecha para nada” (4, 35).

Lo transcribimos para avivar el recuerdo de la complicidad de un arzobispo tan locuaz con el legado laicista de los grandes ladrones.

LA TRADICION

Pero volvamos al socialismo y a sus cómplices. El gran enemigo del socialismo es la Cristiandad. Por eso quiere destruir la memoria y la tradición cristiana de los pueblos.

Saint-Exupéry destaca el aspecto dinámico de esa tradición, que “es lo que hace perdurar las cosas. Es el río invisible, subterráneo, que alimenta durante un siglo los cimientos de una casa, los recuerdos, el alma” (Correo del Sur, VI).

El socialismo pretende secar ese río. Y la prueba más reciente la tenemos en la última medida del gobierno laborista inglés que a través de su ministro de Finanzas y del Tesoro, Raquel Reeves, establece nuevos impuestos y deja sin recursos cien edificios históricos, casi todas iglesias.

El aumento de los impuestos y la tabla rasa del pasado son los dos ejes de la política económica socialista.

Ante esto, los obispos católicos de Inglaterra y Gales piden que no se suprima la exención fiscal para la restauración de edificios religiosos grado 1 por su valoración histórica.

ESPAÑA

Esta política anticristiana la sufre España bajo el gobierno de Pedro Sánchez y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que, desde su ascenso al poder, no ha dejado de hostigar a la Iglesia Católica.

El último episodio es el de Ana Redondo, ministra de la igualdad, que se mete en la administración de los sacramentos, sosteniendo que negar la comunión a quien la solicite es inconstitucional.

Mayor invasión de lo político en el ámbito estrictamente religioso es imposible; perdón, es posible hoy en China, donde el Partido Comunista ejerce el nuevo patronato en el nombramiento de los obispos, gracias a los acuerdos secretos del cardenal Parolin, ratificados por el papa Francisco.

Pero volvamos al Socialismo y sus anexos políticos y culturales: ellos odian la historia, el pasado, la tradición, el arraigo. Desconocen el derecho a la continuidad y ante esto, escribe José Ortega y Gasset: “Las revoluciones, tan incontinentes en su prisa, hipócritamente generosa, de proclamar derechos, han violado siempre, hollado y roto, el derecho fundamental del hombre: el derecho a la continuidad” (Prólogo a la La Rebelión de las Masas,, Obras Completas, Revista de Occidente, Madrid, 1955, T. IV, p.136).

Porque ellas, como el socialismo, han querido borrar el pasado y reemplazar la sabiduría de siglos por letras muertas, instrumento al servicio de poderes inicuos.

BUEN SENTIDO

A los ideólogos revolucionarios, se opone el buen sentido de Saint-Exupéry: “Si tu separas las generaciones es como si quisieras reemplazar al hombre mismo en el medio de su vida y habiendo borrado todo lo que sabía, sentía, comprendía deseaba y temía, reemplazar esta suma de conocimientos encarnados por las magras fórmulas sacadas de un libro, habiendo suprimido toda la savia que subía de un tronco y no transmitiendo más a los hombres que aquello que es susceptible de codificarse… Ellos cesan de ser alimentados por la vida” (Ciudadela).

Opongamos a todo socialismo, utópico o realizable, el buen sentido. Que Dios nos conserve la memoria y nos ayude.