Señor director:
Ya conté hasta diez para no enojarme un domingo. Ya volví a buscar en wikipedia al personaje aludido en el artículo que cierra la edición de mi querido ‘La Prensa’ de este domingo 26 de mayo. Pero sigo sin entender el porqué desde ‘El rincón del historiador’ (esta semana un rincón oscuro y con mucha basura acumulada) intenta una semblanza a un personaje siniestro de la historia argentina: el mentiroso consumado Hugo Wast.
El personaje a quien intenta homenajear Elissalde fue director de la Biblioteca Nacional por nombramiento del primer presidente de facto del siglo 20, el General Uriburu.
Desde la dirección de la Biblioteca su antisemitismo de combate fue notorio y no se limitó a sus novelas anti judías. Por dar un triste ejemplo, el investigador Boleslao Lewin fue impedido de entrar a la Sala del Tesoro de la Biblioteca Nacional que Wast dirigía por su condición de judío, y en forma humillante se lo limitaba a la sala general.
Einstein, Freud, Sabín y César Milsztein entre muchos otros científicos judíos que cambiaron la historia de las ciencias y la salud no hubieran podido bajo la dirección de Wast realizar investigación alguna en nuestra Biblioteca Nacional por capricho de un infectado del virus del antisemitismo.
Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, suele contar este cuento: "En una iglesia, un cura estaba dando un sermón plagado de mentiras antisemitas hasta que Jesús, se quitó los clavos, bajó de su cruz y dirigiéndose a la Virgen María le dijo: ‘Vamonos mamá, en esta iglesia no nos quieren…’".
Hugo Wast debe estar cumpliendo como condena abrirle la puerta al Paraíso a aquellos lectores que no dejó entrar en la Biblioteca Nacional.
OSKI STERN
DNI 18381881