Se entregaron los Premios ADE 2018

Con un cóctel, donde hubo muchos comentarios por la baja del PBI, algunos susurros sobre la crisis económica y varias charlas de proyectos y negocios futuros, la Asociación Dirigentes de Empresa (ADE) vivió anoche su ya tradicional entrega de premios. Con un rico catering, empresarios y dirigentes sociales se mezclaron en el rectorado de la UCES y premiaron a cinco referentes con el "Premio al Dirigente de Empresa 2018". Se los distinguió "por su continua labor para lograr la excelencia y el liderazgo de sus organizaciones".

Martín Cabrales lucía conmovido. Vicepresidente y accionista de Cabrales S.A., es reconocido como un gran emprendedor con una exitosa gestión. De hecho figura en el Top 100 del ranking de empresarios con mejor imagen de la Argentina de Merco 2017 (Monitor Empresarial de Reputación Corporativa), más precisamente en el puesto 67, que es elaborado anualmente por el Instituto Análisis e Investigación, de España.

Su empresa celebró 76 años de vida desde que su abuelo, el español Don Antonio Cabrales Vega, un asturiano inmigrante, se instaló en Mar del Plata en 1941 y fundó el local de venta de café La Planta de Café. Su padre, Antonio "Quique" Cabrales, es el presidente de la firma, y él terminó de posicionarla incorporando nuevas tecnologías en el formato y llegada al cliente de cafés finos, molidos y en grano, infusiones y chocolates.

"Este premio tiene una carga emocional muy importante ya que mi padre recibió este reconocimiento hace veinte años. Mi padre me enseñó a luchar. Ser dirigente empresarial es una responsabilidad pero también para mí es un orgullo, un placer. Estoy feliz", expresó en diálogo con La Prensa.

Asimismo, señaló que el jurado de los Premios ADE lo seleccionó porque "son muy generosos. Y no me reconocen a mí solo sino a una empresa, una familia".

Respecto de la situación actual, Cabrales expresó: "Estamos acompañando al país. No son momentos fáciles para ningún argentino pero éste es un gran país y siempre pensamos a futuro". Finalmente, ya tras recibir el galardón, el empresario señaló que espera que "la nueva generación, algún sobrino mío, reciba alguna vez este premio".

CINE Y EMPRESA

El cineasta Juan José Campanella reconoció que cuando le dieron la noticia de que recibiría el premio al principio no entendió. Sucede que el multipremiado director argentino -su película "El secreto de sus ojos" recibió el Oscar en 2010- no se siente exactamente un empresario: "Mi empresa es muy chiquitita. Ellos estiman que más que el tamaño, reconocen el estilo de trabajo. Y lo comparto con todos mis socios y con mi equipo. Al principio me llamó mucho la atención habiendo muchas firmas grandes de espectáculos, pero es por contenido, así que lo recibo con mucha gratificación".

La compañía de Campanella -100 Bares- es una productora de largometrajes, series y documentales. "Nosotros hacemos de todo. Teatro, televisión y cine, acabo de terminar una película y estamos con muchos proyectos de televisión", explicó. 

¿Y la crisis? ¿Y el dólar? "El dólar, que perjudica en el teatro, al cine lo ha beneficiado y empiezan a sonar de nuevo los teléfonos para servicios de producción, todo lo que sea servicio exportable"", señaló Campanella.

ALTRUISMO

En su discurso, antes de entregar los premios, el presidente de ADE, Antonio Assefh, explicó que la asociación reconoce sobre todo los valores de la solidaridad, la responsabilidad y el altruismo: "Son cualidades humanas. En esta crisis moral que tiene nuestro país, con una crisis de credibilidad, se debe preservar a las empresas. La corrupción está en las personas, no en las empresas".

Presentada como un modelo de altruismo, quien recibió el galardón en la categoría Empresa y Comunidad fue Margarita Barrientos, quien preside la Fundación que lleva su nombre.

"En el comedor se brinda desayuno, almuerzo y cena a 2.400 personas entre ellos chicos, madres y abuelos. También somos un Centro de Salud que atiende Pediatría, Clínica Médica, Odontología, Enfermería y Farmacia, y muchas otras actividades", resaltó Barrientos, luego de agradecer.

"Los comedores no deberían existir -agregó- pero que mientras las circunstancias que hace que existan se mantengan, yo seguiré con esta labor que me encomendó Dios".

Finalmente, Carlos Miguens, de San Miguel S.A. -una empresa agroindustrial exportadora-, hijo de la cineasta María Luisa Bemberg, brindó un discurso en el que llamó a la responsabilidad empresaria en los problemas económicos del país: "Tenemos que hacernos cargo. No se trata de cómo me salvo yo. Hay que pensar en conjunto". Asimismo, propuso una unión más fuerte entre los hombres de negocios y llamó a evitar la atomización actual.

Al final hubo más brindis, otros comentarios sobre la crisis y la esperanza de que se salga pronto del atolladero actual.