Lo último que la furia de los saqueadores anarcocomunistas chilenos destruyó no fue un vagón del subterráneo ni un comercio, sino las estatuas religiosas que saquearon de una iglesia para construir una barricada.
En una imagen captada por la agencia AP, un manifestante encapuchado levanta una virgen en alto. En otra, la policía camina junto a una Piedad donde María está rota y ha perdido la cabeza. En una más, un Jesucristo aparece degollado frente a mesas, bancas y otros muebles de madera que también fueron removidos de la iglesia de La Asunción para montar una fortaleza improvisada. Después de reunir las piezas en la calle, los enmascarados les prendieron fuego para enfrentarse a la policía.
Los encapuchados también afectaron la sede de la universidad privada Pedro de Valdivia, que luego estalló en voraces llamas que consumieron el edificio (más información abajo).
A un par de cuadras se llevaba a cabo otra protesta en una céntrica plaza de la capital chilena, donde decenas de miles se reunían pacíficamente. El intendente (gobernador) de Santiago, Felipe Guevara, cifró en unas 75.000 las personas reunidas ahí.
A metros de los manifestantes, encapuchados volvieron a armar barricadas encendidas en una de las entradas de una estación del subterráneo, que ha resultado con más de 80 de sus 136 estaciones destruidas, saqueadas y varias incendiadas tras los inicios de un estallido social en todo el país el 18 de octubre.
Al anochecer los manifestantes empezaron a retirarse mientras decenas de encapuchados permanecieron en la plaza levantando barricadas y prendieron una enorme fogata alrededor de la cual hicieron una ronda que dio muchas vueltas.
Las llamas y el humo estaban muy cerca de un antiguo edificio donde mayoritariamente viven ancianos. Al anochecer llegaron unos 15 carros de policías y se vio cuando disparaban bombas lacrimógenas y se escucharon disparos de perdigones o balines.
Centenares de personas se encaminaron hacia el barrio de clase media acomodada de Providencia, que hace un par de días sufrió el saqueo de centenares de comercios. Un encapuchado trepó un alto poste y dañó una cámara de tránsito --muchas de ellas han servido para identificar a saqueadores-- mientras en las cercanías un incendio afectó una oficina del registro civil.
La jornada partió el viernes con protestas de camioneros y estudiantes que se manifestaban contra medidas de seguridad anunciadas la víspera por el presidente Sebastián Piñera, luego que el miércoles y jueves encapuchados arrasaran con decenas de comercios de Providencia, un barrio de clase media en el que cometieron innumerables destrozos.
En otro orden, un edificio patrio en el centro de Santiago de Chile se incendió esta tarde cerca de la Plaza Italia. El fuego se propagó rápidamente entre el segundo y el tercer piso del inmueble, que era utilizado como rectoría y decanato de varias facultades de la Universidad Pedro de Valdivia.
La columna de humo que emanaba del incendio era fácilmente visible desde varios puntos de la capital chilena mientras numerosas compañías de Bomberos Voluntarios se apuraban para llegar al lugar y luchas contra las llamas, que engulleron la mayor parte del edificio.
Los carros de Bomberos tuvieron que cruzar por el medio de la multitudinaria manifestación de Plaza Italia, donde los ciudadanos congregados abrían paso rápidamente para dar acceso hacia la emergencia, que se encontraba a dos cuadras de la movilización.
Los bomberos controlaron las llamas en una hora e incluso fueron ayudados por los propios manifestantes con las mangueras y aparatos de extinción.
Parte del techo del edificio, que anteriormente fue ocupado por el Comité Olímpico de Chile (COCh), cedió durante las tareas de extinción.
Felipe Guevara, el intendente de la región Metropolitana, en la que se ubica la capital del país, dijo a la televisión nacional chilena que "un grupo de encapuchados" habría entrado al edificio y, tras saquearlo, le habrían prendido fuego.
El rector de la Universidad Pedro de Valdivia, Rafael Rosell, dijo a ese mismo medio que "es muy triste para Santiago perder su patrimonio" y que un hecho así ocasiona "un daño muy grande a la comunidad" (con información de EFE y AP).