Hubo, a principios de siglo, un equipo de River al que los medios rápidamente bautizaron como el de los Cuatro Fantásticos. Su delantera era una delicia. La integraban Ariel Ortega, Pablo Aimar, Javier Saviola y Juan Pablo Ángel. El apodo surgió una tarde de invierno en la que el Millonario goleó a Rosario Central 4-1, en la primera fecha del torneo Apertura. Esa formación, que supo brillar en varios partidos, no fue campeona. Y pese a que la conformaba un plantel pleno de estrellas, no llegó al cielo.
Aquel equipo venía de consagrarse con el trío que ya conformaban Aimar, Saviola y Ángel antes del regreso del hijo pródigo. Esa fría jornada se sumó el Burrito Ortega, el ídolo que volvía a su casa desde el fútbol italiano para darle más categoría el equipo de dirigía el Tolo Gallego. Frente al Canalla, el jujeño la rompió toda y dio tres asistencias. River luego tuvo un gran torneo, pero terminó segundo. Primero fue Boca.
Más atrás en el tiempo, en 1988 y 10 años después de haber conseguido la primera estrella para el fútbol argentino en el Mundial que se jugó en nuestro país, César Luis Menotti se convirtió en el DT del Millonario. El Flaco le pidió a Hugo Santilli, presidente riverplatense del momento, la lista de refuerzos más larga y cara que se recuerde para aceptar el convite del dirigente. Santilli le dio el gusto.
Pablo Aimar, Ariel Ortega, Javier Saviola y Juan Pablo Ángel, los Cuatro Fantásticos de principios del siglo XXI.
En Núñez abrieron la billetera y compraron todo lo que le pidió el nuevo DT. Como si fuera un padre culposo, separado y con alto poder adquisitivo, River salió de shopping y volvió con una bolsa llena de cracks a su casa. Caprichos caros y lujosos. Tras varios intentos por verlo con el buzo de entrenador rojo y blanco, Santilli aceptó -y también se entusiasmó, claro, con la llegada de una constelación de estrellas- cada pedido de Menotti. El mandamás fue club por club y se llevó a los mejores del momento. Armó un seleccionado. Y quedaron muy pocos de los campeones de 1986, que habían ganado la triple corona con el Bambino Veira al mando (torneo local, Copa Libertadores e Intercontinental). ¡Dream Team!
Claudio Borghi, Daniel Passarella, Ángel Comizzo, Oscar Passet, Jorge Rinaldi, Abel Balbo, Sergio Batista, Fabián Basualdo, Julio Zamora, Carlos Enrique, Mario Bevilacqua, Gerardo Reinoso, Jorge Higuaín, Milton Melgar, José Tiburcio Serrizuela y Daniel Oldrá fueron los refuerzos estelares que pidió y le compraron a Menotti. Dos megaestrellas por puesto le dieron.
¿Cuál fue el resultado de tamaña revolución? ¿El que soñaban Santilli, Menotti y los hinchas? No. En total, el equipo del Flaco disputó 41 partidos de los cuales apenas ganó 18, empató 13 y perdió 10. Logró el 55% de efectividad. Y el ciclo llegó a su fin el 11 de junio de 1989, en Resistencia, cuando el Millonario goleó 5-1 a Chaco For Ever por el Torneo Clasificación, pero ni ese contundente triunfo le bastó para seguir.
En el fútbol las ecuaciones no son sencillas. No siempre billetera mata galán.
El Gráfico reflejaba la expectativa que generaba el River de César Menotti, que al principio incluía a José Luis Chilavert, quien finalmente no llegó a Núñez.
Hoy el regreso de Marcelo Gallardo potenció el futuro y la ilusión en Núñez. En medio de la disputa de la Copa Libertadores y después de un despido maquillado con ribetes de homenaje a Martín Demichelis, el Muñeco llegó y pateó el tablero, fiel a su estilo. Hizo una lectura rápida del plantel y los refuerzos que había pedido el rubio exDT no lo dejaron satisfecho. Todo lo contrario. Federico Gattoni, Franco Carboni, Adam Bareiro y Jeremías Ledesma (más Felipe Peña Biafore, quien volvió de Lanús) no le cerraron.
Pidió y le trajeron dos campeones del mundo: Germán Pezzella y Marcos Acuña. A esos consagrados le sumó a Fabricio Bustos y Maximiliano Meza, futbolistas de alto vuelo para que le dan un salto de calidad al equipo. Cuatro Fantásticos... Pero dicen, por estas horas, que puede llegar algún apellido más de carácter rimbombante pese a que en el club siempre desmienten esos rumores hasta que se concretan. Estrategias.
Haber pasado a Talleres el miércoles por la noche y estar en cuartos de final le da más aire a Gallardo y al Mundo River para soñar con la Copa. Encima, cuenta con la ventaja de que, mientras vaya avanzando en el máximo torneo continental, River tendrá la última palabra porque definirá cada llave de local, donde se siente cómodo.
Germán Pezzella, Maximiliano Meza, Marcos Acuña y Fabricio Bustos, cuatro jugadores que refuerzan la ilusiòn millonaria.
Incluso, la final, será en Buenos Aires. Y el estadio sería… el Monumental, salvo que la Conmebol se salga con una medida inesperada a último momento (eso es algo que, se sabe, puede suceder). El combo hace que todo cierre para que el sueño se haga realidad otra vez.
Pero para eso falta. Y se tienen que alinear los planetas. Pero ojo: no todo se arregla con dinero ni con Dreams Teams. En River lo saben por experiencia.