Cultura
EL RINCON DEL HISTORIADOR

Renovados estudios sanmartinianos

La figura del general San Martín siempre concita la atención de los estudiosos; en los últimos tiempos los trabajos alrededor de su figura y de quienes se ocuparon de él no han sido pocos. En mayo del corriente año el coronel mayor ® Dr. Hernán Cornut con motivo de su incorporación a la Academia Sanmartiniana realizó un exhaustivo análisis de los historiadores militares que se ocuparon de distintos aspectos de la figura del Libertador, exhumando muchos artículos dispersos en revistas o periódicos de distinguidos oficiales y estudiosos.

Según comentamos después, exigiría un gran equipo para preparar una gran bibliografía sanmartiniana, tarea que requiere no poco esfuerzo y también algunos recursos, pero que sería un valioso aporte -y por qué no, homenaje- comenzarla el año próximo en ocasión del 175 aniversario del fallecimiento de San Martín.

La provincia de Mendoza que no pocos títulos tiene honrando a su gobernador intendente, a través de Ediciones Culturales y del Ministerio de Cultura y Turismo local, con el auspicio del CFI ha dado a conocer el trabajo del Dr. Carlos Egües San Martín, su pensamiento político.

El autor abogado y docente universitario en la Universidad Nacional de Cuyo, es miembro de número de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia Sanmartiniana, además de ser honorario de la Junta de Estudios Históricos de su provincia.

Señala en el prefacio:

“La pregunta que nos guía en los inicios de esta obra es: ¿Qué ideas traía aquel José de San Martín que desembarcara en Buenos Aires en marzo de 1812, con treinta y cuatro años de edad y veinte de experiencia en el ejercito español?... Sobre su pensamiento nada sabemos hacia 1812, No hay constancias documentales de su ideario en ese momento, pero podemos aproximarnos al menos a un esbozo ideológico partiendo de la consideración del medio en que se había formado en España, de sus relaciones posibles y de la biblioteca o ‘librería’ que traía en su viaje de regreso al suelo natal”.

EN CADIZ

Comienza recordando que Cádiz “fue el lugar de prolongadas estadías, cuna de muchas amistades y reiterada meta de su andariega vida de soldado”, donde vivió el rebrote de la epidemia de cólera de 1804, con el pánico imaginable que causaba este mal. No olvidemos que en 1800 habían muerto poco más de 7.300 personas y según un documento: “las banderas amarillas ondeaban sobre torres y miradores. El mal era apreciable: escalofríos, pulso frenético, calor, temperaturas muy elevadas, sequedad en la nariz, dolor fuerte en la espalda, cabezas y articulaciones, ictericia tanto en la piel como en los ojos y vómitos de sangre que debilitaban hasta la muerte. El período de incubación era de seis días y a partir del octavo, se producía la curación o la muerte”.

Por ese tiempo. pasó por esa ciudad Juan Martín de Pueyrredon (figura que también ha estudiado Egües) aunque no es probable que se encontraran; lo mismo que “Bernardo O´Higgins, por entonces Bernardo Riquelme pues en su condición de hijo natural de Ambrosio O´Higgins, quien llegara a ser virrey del Perú, usaba su apellido materno durante su estadía europea.

El autor señala la importancia de Cádiz, donde San Martín entre 1802 y 1811 estuvo con intermitencia, y “constituía por entonces el centro más relevante de la cultura peninsular, superando en importancia la propia Madrid”.

Para mayor abundancia. cita estos recuerdos de Alcalá Galiano sobre aquella Cádiz: “En los primeros años del presente siglo, era Madrid un pueblo feísimo, con pocos monumentos de arquitectura, con horrible caserío y, aunque ya un tanto limpio desde que, con harto trabajo y suma repugnancia de una parte crecida del vecindario, lo hizo despojar de la inmundicia que afeaba sus calles Carlos III, todavía distantísimo de verdadero aseo, como el de que entonces con razón blasonaba Cádiz”.

Hacia 1811 dice Egües que se publicaban en Cádiz 74 periódicos y estaban establecidas 28 librerías. Los periódicos El Conciso y El Censor General, por solo mencionar dos de ellos, en tiempos de los Debates de las Cortes “los hombres como San Martín no eran ajenos a tales disputas y seguramente participaban de ellas con singular entusiasmo, empapándose de las diversas propuestas que se ponían en discusión”. Y agrega: “En las tertulias que se formaban, esas ideas tendrían indudable presencia. En especial la mentalidad ilustrada que será la característica del Libertador”.

Basándose en trabajos de Jesús Martínez Marín, Manuel Ravina, Pedro Luis Barcia y la recientemente desaparecida Daisy Rípodas Ardanaza, el autor estudia las bibliotecas de los oficiales de la época, que pertenecían a la nobleza en la que la cantidad de títulos en pocos casos superaba los cincuenta títulos o mucho menos, mientras que la de San Martín era una biblioteca más que importante para su tiempo y la condición militar de su propietario que en 1818 totaliza 268 obras. La mayoría de ellos los había traído de España, muchos en francés, y significa “una característica distintiva del Libertador: su gusto por la lectura y la convicción de que la educación liberaría los pueblos. De allí su constante preocupación en suelo americano por la creación de bibliotecas”.

Seguir la lectura de este libro atrapante, con amena pluma, seguramente será un disfrute para el lector, que a través de poco más de cien páginas recorrerá el pensamiento sanmartiniano, en las que Carlos Egües profesor de historia de las ideas políticas, sabe exponerlas con su acostumbrada amenidad y profundo conocimiento.

En otra línea. el profesor Clemente Di Lullo de Santiago del Estero, presidente de la Asociación Sanmartiniana de esa ciudad ha publicado y presentado en Buenos Aires y en la Feria del Libro de aquella ciudad, su libro Ideario Sanmartiniano. Una metanoia imprescindible. Ayer y hoy, recordando el bicentenario de la biografía del colombiano Juan García del Río sobre nuestro Libertador. Docente y publicista destacado, la Legislatura de Santiago del Estero facilitó su imprenta para la edición.

Otra docente en este caso Adriana Gaitán, más que activa presidente de la Asociación Cultural Sanmartiniana de San Lorenzo, donde fue el bautismo de fuego de los granaderos, publicó Caminos de Historia. Pasado… Presente de mi querida San Lorenzo, acabado estudio de la acción del 3 de febrero de 1813, que sirve además para conocer ese lugar emblemático. Don Lorenzo Raimundo, intendente de esa localidad patrocinó esta edición.

De este modo. con Mendoza y Santiago del Estero, cada uno de estos autores dentro de su especialidad han hecho un aporte significativo al conocimiento del ideario sanmartiniano o a la divulgación de la vida del Libertador.