Luego de 90 días de obra, el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires será reinaugurado mañana tras ser completamente restaurado en una puesta en valor encarada por la Fundación Konex.
El 7 de noviembre pasado por iniciativa del doctor Luis Ovsejevich se firmó un convenio entre la Fundación Konex que él preside y la Facultad de Derecho, representada por su decano, Alberto Bueres y su vicedecano, Marcelo Gebhardt.
La Fundación Konex se comprometió a completar las tareas de puesta en valor de las butacas del Salón de Actos -totalmente deterioradas- antes del 30 de abril de 2019.
El doctor Federico Carenzo fue designado como coordinador general del proyecto. Sin lugar a dudas, el Salón de Actos es una de las más significativas salas de la República Argentina, luego de la del Teatro Colón.
Esta iniciativa se da en el marco del 70º aniversario de la sede Figueroa Alcorta de la Facultad de Derecho y del 40º aniversario de entrega de los Premios Konex. Acompaña este proyecto el Rotary Club de Buenos Aires con motivo de celebrar su 100º aniversario de su creación.
Para supervisar el proyecto, se contrató a la arquitecta Sonia Terreno, quien fue la encargada de la restauración del Teatro Colón. Durante los meses de enero y febrero se trabajó intensamente aprovechando el receso estudiantil por vacaciones, para finalizar en marzo. Todo el trabajo se realizó en sólo 90 días.
El proyecto fue financiado íntegramente mediante sponsors: empresas, instituciones y particulares que aportaron dinero según cuatro categorías: platino (donaciones de 10.000 dólares o más) -que tendrán el derecho a uso del salón sin cargo una vez-, oro (5.000), plata (3.000) y bronce (1.000).
La recaudación superó todas las expectativas: se reunieron más de 240.000 dólares. Por ese motivo se realizaron otras tareas: se agregaron banquetas, se compraron dos pantallas LED para colocar sobre la pared al costado del famoso óleo del artista argentino Antonio González Moreno, que representa la ceremonia inaugural de la fundación de la Universidad de Buenos Aires en el atrio de la Iglesia de San Ignacio, el 12 de agosto de 1821.
El objetivo principal no sólo fue alcanzado sino sobrecumplido. La restauración de las butacas fue íntegra y hecha bajo un estándar de excelencia. El retapizado se realizó con la mejor tela ignífuga y más cara del mercado. Se han establecido medidas de seguridad, bajo el asesoramiento de la restauradora, con salidas de emergencia (no estaban contempladas hace 70 años), espacios para personas con movilidad reducida y modificación de escaleras.