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EL RINCON DE LOS SENSATOS

Reflexiones sobre un taxista de 74 años

Se difunde la noticia de que ha fallecido el taxista que tuvo un ACV mientras ejercía su trabajo en la Ciudad de Buenos Aires provocando la muerte de una persona y dejando dos heridas. Lo primero que se señala es que tenía 74 años de edad cronológica y se destaca ese aspecto como el causante del desastre. Obvio que quienes eso manifiestan no tienen la menor idea de qué implica contar con tantos años hoy en día. Ocurre que, pensando en términos correctos para lo que sucedía hace medio siglo atrás, deducen que 74 años es tiempo adecuado para retirarse del mundo activo y, en el mejor de los casos, sentarse en una plaza entreteniéndose en alimentar palomas y recrear la mente con historias del pasado.

Pues bien, no sólo están muy equivocados, sino que van en contra de todo el conocimiento científico actual. 

Un ACV puede tenerlo tanto alguna de las personas consideradas jóvenes (digamos entre 35 y 50 años de edad cronológica) como gente que con más tiempo vivido. 

Los médicos gerontólogos así como los psicólogos especialistas en gerontología confirmarán que, en la actualidad, si una persona – varón o mujer – llega en adecuadas condiciones a superar los 65 ó 70 años, se encuentra capacitada para cosas tales como iniciar una carrera universitaria, aprender otro idioma y, hasta, empezar a practicar un deporte. Tanto es así que la Ciencia está buscando un nuevo término para referirse a la gente con tal edad cronológica. Adulto mayor no es designación adecuada. Nada que implique la idea de que se está en un tiempo no constructivo. 

En declaraciones a los medios, el  doctor Julio Nemerovsky, presidente de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG), indicó: “Desde el punto de vista físico, orgánico y cognitivo, un hombre de 74 años puede estar en condiciones para manejar y ser productivo”. Señala que un ACV “se da con mayor incidencia entre los 50 y 60 años”. Y opina: “La edad no debe ser un limitante… Pero deberíamos preguntarnos por qué, por ejemplo, un profesor universitario a los 70 años debe jubilarse, cuando es el momento en el que tiene los mayores recursos para desarrollar su actividad docente”.

Estamos en el siglo XXI y, por ello, es imprescindible no dejarnos arrastrar por ideas que podían ser correctas hace décadas; pero que en modo alguno lo son en estos tiempos. 

Además existe un prejuicio, generalizado pero sin fundamentos documentados, sobre las capacidades humanas a una determinada edad. Los hechos demuestran lo contrario. Tenemos el ejemplo del Gral. Juan Gregorio de Las Heras (1780/1866) quien pasados los 80 años cronológicos aún era militar en actividad en el ejército chileno. Elena, madre del Emperador Constantino, tenía más de 70 años cuando viajó de Roma a Jerusalén y falleció cumplidos los 79 años. ¡Fue en la primera mitad del siglo IV! El hipermillonario Warren Buffett, con 91 años cronológicos, sigue dirigiendo sus empresas. Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, tiene 79 años. Vladimir Putin 69. Y la reina de Inglaterra, Isabel II, ya llegó a los 96 años. Como si esto fuera poco, el actor William Shatner se convirtió en uno de los primeros turistas espaciales, haciendo un vuelo suborbital, con 90 años cumplidos. ¿Cómo, entonces, pensar que con 74 años no se pueda conducir de manera eficaz un taxi sea en la ciudad de Buenos Aires o en cualquier otro lugar de la Tierra?

Podrá preguntarse el lector por qué escribo, una y otra vez, la expresión “edad cronológica” y no “edad” simplemente. Le doy mi respuesta. Ocurre que no hay que confundir el tiempo transcurrido desde el nacimiento (edad cronológica) con la edad psicológica. Existen reales “viejos” con, apenas, 29 años de edad cronológica y “jóvenes” que ya apagaron en su último cumpleaños 79 velitas. Se tiene la edad de los proyectos que cada quien alberga y está dispuesto a cumplirlos. El tiempo cronológico carece de importancia. 

  A más, tengamos en cuenta que, según estadísticas del Registro Nacional de las Personas, a comienzos del año 2.020, en la Argentina vivían 15.491 personas centenarias. Más precisamente, tenían 100 años cumplidos 4.105 personas y más de esa edad, otras 11.386. Veremos lo que descubrimos una vez que tengamos los datos del censo 2022.