Política
VISTO Y OÍDO

Quiso ser disruptivo

El discurso del presidente Javier Milei en Davos dejó perplejos a muchos de los concurrentes a la cumbre empresarial y le generó fuertes críticas domésticas, en particular del peronismo. Si bien no es una referencia de lujo, Santiago Cafiero lo declaró “penoso”. Pero la explicación de por qué dijo lo dijo en Suiza se la había adelantado Milei a un veterano economista y gran observador político. Palabras más, palabras menos le dijo que con su discurso quería ser “disruptivo”, romper el molde. Agregó que para conseguir inversiones los llevaba a Luis Caputo y a Nicolás Posse.

Bife o milanesa

Ese anticipo se lo dio el presidente al economista durante una comida en Olivos a la que lo invitó espontáneamente ya que se conocen desde hace tiempo. Parece que el menú en la quinta presidencial es algo reducido: bife o milanesa con puré o ensalada. De postre dulce de batata o flan. Hasta donde se supo el invitado no tuvo que pagar lo que consumió, pero se llevó algunos buenos datos. El presidente quiere ser visto como el líder libertario del mundo y no cree que con discursos y promesas vengan inversiones. Mauricio Macri, por ejemplo, las hizo en abundancia, pero los dólares nunca llegaron.

Nuevas fotos del PRO

El vicejefe de gobierno porteño Gabriel Sánchez Zinny cumplió años y lo festejó con una impresionante convocatoria política y empresarial en un gran local del Palermo. Para saludar al ex ministro de Educación de María Eugenia Vidal se hicieron presentes Jorge Macri, Gustavo Béliz, Guillermo Gabella, Juan Curutchet, Esteban Bullrich, Juan Pablo Maglier, Jorge O'Reilly, Facundo Prado, Alvaro García Resta y Humberto Schiavonni. El que faltó fue Horacio Rodríguez Larreta que había participado de otros cumpleaños de Sánchez Zinny que hoy milita junto al Macri que hay que militar, Jorge.

La novela del Papa

Los tira y aflojes por la visita de Javier Milei al Vaticano generaron una saga periodística y de contactos reservados que terminó mal. Uno de los puntos de la negociación era el nombramiento del secretario de Culto que terminó recayendo en Francisco Sánchez, cuestionado por distintas organizaciones religiosas por opiniones volcadas en las redes. Fue una movida presidencial que causó sorpresa y desagrado en la curia. Pero falta la designación del embajador en la Santa Sede, otro avatar complejo. Para el cargo Diana Mondino propone un profesional; quizá sea lo menos traumático.