Actualidad
El crimen de la joven Micaela en Gualeguay volvió a poner en debate cómo debe actuar la Justicia ante los delincuentes sexuales

Qué hacer con los violadores, todo un dilema

Los padres de Angeles Rawson y Soledad Bargna, asesinadas por abusadores dan su testimonio y piden con el Ejecutivo que condenados por estos delitos no tengan salidas transitorias y libertad condicional. Especialistas piden que se cumpla con la creación de equipos de tratamiento.

La muerte se mostró de su peor manera hace unas semanas en un descampado cercano a Gualeguay. Allí fue hallado el cuerpo de Micaela García, quien fue violada y asesinada por José Luis Wagner, un hombre que estaba en libertad condicional -tras ser condenado por dos abusos sexuales-, tras el beneficio otorgado por el juez de ejecución penal de Entre Ríos Carlos Rossi.

El aberrante caso puso en debate el tema de cómo se deben encausar el tema de los delincuentes sexuales ¿Se pueden reinsertar? ¿Cómo tienen que encarar su tratamiento el Estado para que no reincidan?
El crimen de Micaela motivó que nuevamente se encarara en el Congreso la modificación de la ley 24660 para que quienes cometan este tipo de delitos, entre otros, no gocen más del beneficio de las salidas transitorias y la libertad condicional.

Una de las personas que apoya estas modificaciones es Guillermo Bargna, padre de Soledad, la joven que en 2009 fue asesinada en un intento de violación por Marcelo Díaz, un vecino del mismo edificio en el que vivían los Bargna, en el barrio de Caballito. El violador también tenía salidas transitorias otorgadas por el juez Axel López.

"El tema de los violadores es muy preocupante, es un perfil de individuos muy difíciles. Suelen tener muy buena conducta dentro de las prisiones y el mejor concepto del servicio penitenciario porque son simuladores que acatan todas las normas que se le exigen, no se los descubre tan fácil", expresa Guillermo Bargna a La Prensa.

El papá de Soledad, quien es miembro de la asociación Usina de Justicia, cuenta cómo fue el caso que terminó con el homicidio de su hija. "Marcelo Díaz tenía salidas transitorias y en una de esas salidas intentó violar y mató a mi hija Soledad. El ya había violado a una chica de 15 años. Lo condenaron a 12 años de prisión, pero a los ocho empezó con salidas transitorias".
"El juzgado -continúa- le daba las salidas los fines de semana bajo la tutela de la mujer. El pidió una salida más para trabajar. Dentro de la prisión armaba guitarras y dijo que lo iba a hacer dentro de su departamento, que tenía 36 metros cuadrados. Ahí vivía con su mujer y su hija de ocho años, es decir que cuando este hombre cometió la primera violación su hija era una beba".
El juez le otorgó las salidas, pese a que desde el Servicio Penitenciario y el Fiscal no recomendaban esto porque no tenía espacio para trabajar en su casa, y tampoco veían bien que saliera cuando no estaba la tutela de la mujer. "Dio la triste casualidad que era el único día que Soledad no tenía facultad cuando la mató. Al segundo viernes que sale Díaz se produce el crimen".
- ¿Ustedes lo conocían a él?
- Como un vecino lo conocíamos. Nosotros vivíamos en el sexto piso y él en el quinto. Recuerdo verlo los fines de semana tocando la guitarra y cantando con su hija en el palier, en el umbral de la entrada, daba un aspecto de santo.
Tras el homcidio Bargna señala que pidieron que se le hiciera un juicio al juez Axel López, pero el consejo de la magistratura lo negó. Igual me dieron permiso para hablar y dije que si no cambiaban las leyes esto se iba a repetir.
"Y así pasó con la chica Tatiana Colodziey en Chaco", una joven asesinada por el violador Juan Cabeza, quien tenía libertad condicional otorgada también por López, a pesar de que el homicida tenía 4 condenas por abusos.
- ¿Cómo es el tema de la modificación de la ley que hoy están pidiendo?
- Nosotros ya habíamos conseguido una modificación de la ley 24660 para los internos por delitos sexuales que exigía que los juzgados de ejecución tuvieran un equipo interdisciplinario que asesorara, adicional al Servicio penitenciario al juez. Esto no se puso en práctica ni se reglamentó como correspondía. Se reglamentó en enero de 2013, se aprobó un mes después de lo de Tatiana Kolodziey, pero hoy sistemáticamente no se aplica. Lo insólito es que la provincia de Entre Ríos tiene ese equipo, y el juez que le dio la libertad al asesino de Micaela tenía ese equipo que le había dicho que este hombre no estaba en condiciones de salir. Sin embargo como no son vinculantes el juez terminó haciendo lo que quiso. Lo mismo dijo el Servicio Penitenciario y el fiscal. Por eso ahora buscamos que la ley determine que alguien que asesinó y violó no pueda acceder hasta terminar la condena a la libertad condicional y salidas transitorias. También reclamamos que las víctimas o familiares puedan saber sobre cualquier modificación en la detención del condenado. En este momento la ley no me permite saber donde está el asesino de mi hija. Otra cosa importante es el registro de Adn de los violadores, por el que lucharon tanto las Madres del Dolor. Aún no está reglamentada y en vigencia a nivel nacional. Algunas provincias tienen el registro, pero solo a nivel de los violadores de su provincia. Puede haber violaciones no resueltas que se pueden resolver por un análisis de ADN. Hay países no muy lejanos que lo tienen, como Chile.
- ¿Cómo es el recuerdo de su hija?
- El tiempo no borra la pena para nada, la suaviza un poco, pero no la borra. Decidimos que la forma de recordarla de una manera inteligente era luchar, y esta lucha nos hace seguir pensando que ella ayude con lo que le pasó a cambiar algo las cosas. Ella y todas las que han sido víctimas después. Hay muchos más casos que seguramente no se conocen. Lo hacemos en honor a ella. Un sueño que no quisiera soñar pero que me encantaría es poderla abrazar.
El 10 de junio de 2013 Jorge Mangeri, portero del edificio donde vivía Angeles Rawson en el barrio de Palermo, atacó a la joven de 16 años cuando volvía de su clase de gimnasia con fines de abuso. La chica se resistió y la terminó asesinando.
El padre de Angeles, Franklin Rawson, también cree que es hora de que la Justicia encare de otra manera el tema de los delitos sexuales. "Se deben extremar los controles. Las penas deben ser de cumplimiento efectivo, y se tienen que cumplir en su totalidad. Además, se debe implementar el Registro Nacional de datos genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual, de acuerdo a lo que manda la ley 26.879, aprobada por el Congreso el 3 de julio de 2013", señala a La Prensa.
En cuanto al caso que le tocó vivir, aunque Mangeri no tenía condenas previas, en el juicio se fueron viendo situaciones que marcaban una conducta agresiva.
"El había dado muchos indicios pero nadie les había dado importancia. Nosotros no sabíamos nada y nos fuimos enterando a medida que avanzaban las declaraciones testimoniales. Durante el debate oral, quedó claro que había acosado a muchas mujeres: empleadas del edificio, vecinas y mujeres que pasaban por la vereda. Nadie hizo ninguna denuncia en su momento porque los consideraron hechos menores".
Rawson, también miembro de Usina de Justicia señala que Mangeri "hoy se encuentra preso en el penal de Ezeiza. No tengo conocimiento de si está recibiendo algún tipo de tratamiento. La causa está a la espera del fallo de la Cámara de Casación. Mangeri fué condenado a prisión perpetua en el juicio oral por el TOC 9. La defensa apeló este fallo y Casación debe determinar si deja en firme la condena o no".
Por último, el papá de Angeles, en recuerdo de su hija pide a la Justicia y a los jueces "que protejan a las víctimas, que piensen en todas las vidas perdidas y las familias destruidas y muertes que se podrían haber evitado. Lo único que estamos pidiendo es que quien comete un crimen aberrante, cumpla la condena que le corresponde, nada más".

Para la Asociación Pensamiento Penal cambiar la ley es regresivo

Falta más tratamiento y prevención

Larisa Zerbino, directora del área de políticas penitenciarias de la asociación Pensamiento Penal señala que desde la entidad se muestran en contra de la modificación de la ley para no permitir más las salidas transitorias o la libertad condicional a entre otros, condenados por delitos sexuales.
"Sería algo regresivo, va contra la ley que en su artículo 1 indica que se debe procurar la resocialización de los condenados", expresa Zerbino, quien menciona que faltan políticas de estado para trabajar con las personas detenidas por estos hechos.
"Una de las reformas realizadas hace un tiempo indicaban que los condenados por delitos sexuales debían ser tratados por un equipo interdisciplinario judicial diferente al del Servicio Penitenciario, pero no se crearon".
"El código penal llega tarde aunque se modifique, cuando ya el delito se cometió. Hay que trabajar más en políticas de prevención y de resocialización para que estas personas no vuelvan a cometer estos delitos".
Manuela Gutiérrez, socióloga (UBA) con una maestría en Medicina social (UNAM), indica que "los delitos sexuales son difíciles de prevenir en tanto no se produzca una verdadera reeducación desde la perspectiva de género en la cual somos educados y socializados".
"Es necesario -agrega- instalar en la sociedad una conciencia de género que implique revisar de qué manera las relaciones patriarcales nos hacen sufrir a los hombres y a las mujeres, pero principalmente a los hombres. Ellos tienen una presión muy grande al tener que cumplir todos los mandatos que se les exigen socialmente y es evidente que no es posible y eso provoca una angustia muy fuerte y se constituyen en sujetos profundamente infelices".
Para la especialista "es imperioso revisar los prejuicios sobre los delitos sexuales, desentrañarlos implica comprenderlos desde otro lugar, complejizando el análisis y atendiendo a distintos variables y dimensiones de análisis que caracterizan estos fenómenos".
"Se puede afirmar que la causa de la violación es la frustración masculina y es en ese punto que se hace imperioso profundizar el trabajo. El castigo y los métodos punitivos no resuelven la situación".
"En realidad, el castigo punitivo -concluye- es un manto de alivio para quienes tienen el poder y la autoridad de intervenir en estas cuestiones. Es como un analgésico pero no brinda la solución. Es necesario un ejercicio de reflexión, análisis e investigación serio para desentrañar estas cuestiones y poder encontrar soluciones que permitan superar una pedagogía difusa y constante que está enraizada en nuestra sociedad".


El psicoanalista Adrián Besuschio señala que hay diferentes tipos de abusadores sexuales

Personas con infancias vulneradas

"Desde la psiquiatría y el psicoanálisis no nos referimos a si una persona es culpable o no, mala o buena sino que responde a una psicopatología, estamos ante una persona enferma", expresa a La Prensa el psicoanalista Adrián Besuschio.
El profesional, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (Apa) explica que al definir a un violador, no se puede hablar de una característica única, sino que responde a distintas psicopatologías. "El violador serial sería una variante. También está el psicótico, el borderline, el psicópata, son personalidades complejas".
Besuschio indica que estas personalidades se construyen a partir de infancias donde aparece el abuso sexual infantil. "Ante esta situación, la persona de grande elige uno de tres caminos. Se convierte en violador, busca volver a ser violado, o queda paralizado, sin poder tener contacto sexual".
"Estos síntomas -continúa el profesional- se dan en un momento clave de la infancia, a los 3 o 4 años de vida. Entonces ya de grandes repiten alguna de estas conductas de manera compulsiva para intentar elaborar esa situación. Así, muchas veces transforman que fueron violados para convertirse en violadores".
También entran en juego otras situaciones que marcan infancias adversas. "Pueden estar en un hogar donde hay promiscuidad, problemas sociales. Estas situaciones de vulnerabilidad ayudan a que luego también se vuelquen a estas conductas".
La contención social es muy importante para que el violador no repita estas conductas. "Es muy común que salga por buena conducta de la cárcel. Y puede estar un año sin cometer abusos. Pero ocurre que si no se reinserta, queda marginado, o vive una pérdida como puede ser el abandono de su pareja, vuelva a cometer estos abusos".
La situación de "pertenencia" está muy marcada en los violadores. "Al perder su objeto, como puede ser el caso de la pareja que pierde, busca recuperarlo violando".
Cuando un violador es del tipo psicópata no siente culpa, y lo único que le importa en estos casos "es no terminar preso, no le importa el sufrimiento del otro".
El profesional indica que este tipo de personas "deben recibir un tratamiento en grupos con otros violadores, ya cuando cumplen la pena y luego fuera de la cárcel. Se debe trabajar para que tomen conciencia de su problema y elaborar el trauma de la infancia que han tenido".