Economía
EL PULSO DE LOS MERCADOS

Problemas por la continuidad del súperdolar

­ En la primera semana de octubre, el mercado ha conocido cifras que anticipan la continuidad de la política restrictiva de la Fed. Los datos el mercado laboral fueron mejor a lo esperado y por la tanto no habrá obstáculos conceptuales para profundizar en el camino elegido por Jerome Powell. 

 En concreto, el viernes se divulgaron cifras oficiales que indican que el número de desocupados en la primera potencia mundial bajó en septiembre hasta los 5,8 millones. Así la tasa de desempleo se ubica en un envidiable 3,5 %, dos décimas menos que en agosto. ¡Y esto a pesar de la agresiva suba de tasas!

 Es verdad, que la creación de empleo no agrícola se ralentizó algo el mes pasado, con 263.000 nuevos puestos de trabajo frente a 315.000 en agosto, pero -como destacan los expertos- la locomotora estadounidense sigue avanzando con firmeza a pesar de los esfuerzos de la Fed para enfriar la economía y frenar así la inflación.

La contracara de todo esto es el súperdólar, un problema para todo el resto del planeta pues genera enormes desequilibrios de corto plazo. Recordemos que la tasa promedio de Estados Unidos es hoy mucho mayor que la de Europa (3,25 % anual vs. 1,25 %). Las commodities, las criptomonedas y las Bolsas tienden a desplomarse en un escenario como el que se ha configurado en 2022. Excepto, el petróleo que va por un carril distinto, el de la geopolítica. Pero en general la suba del costo del dinero le pone un techo al oro, a la plata, al cobre, a la soja, al maíz, a la carne, etc.

El barril de crudo, en efecto, terminó un 5 % el West Texas (el de referencia en la Argentina), alentado por la decisión de la OPEP+ (países árabes más Rusia) de recortar la producción en dos millones de barriles diarios, a pesar del pedido de Joe Biden a sus aliados de Medio Oriente.

 El oro, por su parte, tiene un techo en 1.760 dólares y podría extender la corrección hasta los 1.600 dólares, por lo menos. Para la plata, veo su techo en 21,5 dólares (20,15 es la cotización actual) y hay chances que busque los u$s 18.
 
Como si fuera poco, China -el gran comprador de commodities a nivel global- profundizó la depreciación del yuan que había comenzado en agosto. Mis estudios me alertan sobre un piso de 6,90/7,00 yuanes por dólar con enormes posiblidades de ir hacia los 7,30 y 7,50. Esto es una mala noticia para los que colocamos nuestros principales productos de exportación en Lejano Oriente como la Argentina, Chile y Brasil.

 El viernes la soja terminó en u$s 1.355 y, más allá de pequeños movimientos alcistas producto del clima, considero que la continuidad del superdólar la hundirá hacia los u$s 1.280, e incluso más.

 Las criptomonedas no han sido ajenas a las fuerzas que ha desatado la Reserva Federal. El bitcoin se encuentra estacionado en 19.500 dólares y el Ethereum en 1.330. Es cierto que no ha entrado mayor volumen, pero los precios siguen esperando, a pie firme, un driver, es decir una novedad alentadora que los haga subir. Son todas malas noticias.

 Mi formación liberal abomina de los estímulos gubernamentales para impulsar las cotizaciones de activos financieros, pero mucho menos me gustan las maniobras para rebajar los precios. Los mercados se tienen que mover para arriba o para abajo razonablemente, con la menor intervención posible del Ogro Filantrópico, insuperable definición del Estado de Octavio Paz.

EN LA PATRIA

En la Argentina, el dólar libre terminó cerca de los 280 pesos. Tengo la impresión de que podemos tener otros quince o veinte días de una pax cambiaria gracias a las divisas que han liquidado en septiembre los esforzados productores de soja. Pero es una paz precaria, me temo. Más temprano que tarde iremos a un primer escalón de 330/350 pesos por dólar.

El Merval, a mi juicio, tiene chances de corrección, pero no tanto en pesos sino en dólares, que es como debe ser correctamente interpretado. El principal indicador bursátil de la Argentina terminó el jueves en 470 dólares. Creo que tenderá a los 410 por culpa de un ataque de pinzas, la debilidad global de los mercados y la escalada del dólar en nuestra atribulada Patria.