Política
Mirador político

Primeras elecciones bajo el fenómeno Milei

Ni el escándalo mediático de $Libra sacó al “establishment” político de su preocupación central: cómo posicionarse frente a las legislativas. En los últimos días se aceleraron las definiciones y el panorama empezó a aclararse con dos características salientes: dispersión de las candidaturas y anarquía del sistema partidario.

En el oficialismo Mauricio Macri prácticamente blanqueó que no habrá coalición de centro-liberal, mientras que en el peronismo Axel Kicillof dio el primer paso para alejarse de Cristina Kirchner. Por ahora es sólo declarativo, pero si separa las elecciones nacionales de las distritales en la provincia de Buenos Aires, el enfrentamiento no tendrá marcha atrás.

La mayoría de los movimientos se hacen con las encuestas de opinión a la vista. En ese sentido la última de la consultora Managment & Fit aporta datos relevantes.

Si la economía es la que manda, sólo un tercio de los consultados cree que la situación es positiva. El 45% la considera entre mala y muy mala. La diferencia a favor de Milei es que el 50% cree que mejorará. Es la situación ideal para él. El futuro juega a su favor y la esperanza siempre paga.

Por eso Kicillof pide modernizar la “marchita”. CFK apuesta, en cambio, a volver a un pasado del que la mayoría del electorado quiere escapar, aunque sea de la mano de un presidente estrafalario con un libreto agresivo que ya exige renovación.

En resumen, el activo de Milei no está en la batalla cultural, sino en la gestión con más de un 50% de aprobación. Las cosas le siguen saliendo bien, por eso la intención de voto para el oficialismo anda por el 41%, mientras que la del peronismo, por el 26%. Pero esos números deben desglosarse candidato por candidato, distrito por distrito.

En CABA, por ejemplo, la suspensión de las PASO y la separación de las elecciones dividieron al electorado antiperonista. Mientras los Milei siguen sin definir su candidato, los Macri apuestan a figuras poco atractivas -por decir lo menos- como Laura Alonso o Waldo Wolf. El peronismo mantiene un 25% de intención de voto.

El PRO atraviesa por su peor momento electoral. En el plano nacional está cuarto con una intención de voto del 7%. LLA tiene 41%, el kirchnerismo 26% y el PJ no K, 9%. Pero los que están peor son los radicales. Tienen una intención de voto del 1,8%, menor que el voto en blanco.

Desde esta perspectiva se entiende una candidatura de Horacio Rodríguez Larreta o de Martín Lousteau a legisladores de la ciudad. No les da para más.

En la provincia de Buenos Aires la gestión de Milei tiene un 47% de aprobación y un 50% de rechazo. La de Kicillof está peor: 57% de desaprobación y sólo un 38% de aprobación. Sin embargo, la intención de voto es muy pareja. LLA tiene un 35% y el kirchnerismo, 31%. Por candidatos, Cristina Kirchner le lleva menos de un punto de ventaja a José Luis Espert. Queda a la vista que en la provincia el problema del peronismo no es Cristina Kirchner, sino Axel Kicillof.