Efectivos de la Prefectura Naval extrajeron y pusieron a flote hoy el séptimo barco que estaba hundido en el Riachuelo, sobre un total de 14, en el marco de un acto encabezado por el ministro de Justicia, Julio Alak, y el titular de la fuerza, prefecto general Oscar Arce.
Se trata del buque "Tosca", séptima embarcación inactiva puesta a seco por la fuerza de seguridad con 150 toneladas de peso, 42,80 metros de eslora (largo), 10,37 metros de manga (ancho) y 1,70 metros de puntal (alto), informó la fuerza de seguridad.
La recaudación por la venta de la chatarra es donada a la Fundación del Hospital de Pediatría Juan Pedro Garrahan.
Alak explicó que los trabajos que lleva adelante la Prefectura "sirven para favorecer la navegabilidad y colaborar con la limpieza del curso, y se dan en el marco del saneamiento integral del Riachuelo, que es una aspiración de los gobiernos nacional y provincial y de los vecinos de toda la cuenca".
Alak agregó que "el Riachuelo era una vía navegable y cristalina hace más de 100 años que, por diferentes factores, como el abandono de barcos hundidos y la contaminación industrial, fue perdiendo esa calidad; hoy lo estamos recuperando a partir de un esfuerzo muy grande".
Por su parte, el titular de la Prefectura precisó que el operativo responde al Acuerdo de Cooperación asumido entre la Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo, el ministerio de Justicia y la Prefectura "para la extracción, remoción, traslado a lugar autorizado, demolición o desguace de buques, artefactos navales y objetos peligrosos" ubicados en la cuenca.
El convenio contempla, en total, la remoción y/o reflotamiento por parte de la Prefectura de 14 buques náufragos e inactivos, que se encuentran abandonados a favor del Estado Nacional. El peso total de la chatarra extraída se estima en 10.000 toneladas.
También se indicó que el dinero recaudado por la venta de los restos extraídos es donado a la Fundación del Hospital Garrahan.
Las tareas de extracción y puesta a seco del buque "Tosca" se realizaron en la margen derecha del Riachuelo, a la altura de la calle Pedro de Mendoza al 3500 de la Ciudad de Buenos Aires.
Para completar las tareas, Prefectura destacó buzos del Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental y equipamiento específico, medios terrestres y fluviales.
Las tareas previas a la remoción incluyeron una inspección subacuática a cargo de buzos de Prefectura, al tacto y en aguas de nula visibilidad, con el objeto de detectar averías e ingresos de agua.
En ese lugar se extrajeron sedimentos del interior de los compartimentos y se obturaron las averías para alivianar su peso, tras lo cual con el uso de electrobombas sumergibles, se quitó el agua, el buque recuperó su flotabilidad y se realizó su corte en dos secciones, detalló la Prefectura Naval Argentina.