París
La gran
La
REACCIONES
"Hemos conseguido el objetivo político que nos habíamos propuesto. El pueblo se ha expresado. La derrota del partido de Macron es total'', festejó Melenchon. Respecto al oficialismo, razones no le faltan para semejante sentencia, pues se trata de la primera vez desde 2002 que un Jefe de Estado recién reelecto no domine el Congreso.
El combativo dirigente logró unir a una izquierda que, hace dos meses, estaba dividida. Pero tan cierto como ese dato es que quedó lejos de la mayoría absoluta con que pensaba forzar al presidente a nombrarlo premier.
"Es un hito para la historia del partido'', celebró Le Pen al conocerse los primeros guarismos.
SEGUNDO TIEMPO DIFICIL
Perder esa mayoría sólida que reclamaba conservar por "la estabilidad del país'', deja debilitado a Macron y lo obliga a pactar y buscar acuerdos con otros partidos, aunque en realidad sería el partido, los derechistas de republicanos, en virtud de que desde los extremos ideológicos ya le avisaron que "empieza una guerra'' en el recinto. En definitiva, nace una era de "negociar y cohabitar'', una novedad para este presidente centrista que ve como Francia va rumbeando hacia los márgenes.
Los analistas vaticinan dificultades para el Ejecutivo, principalmente en lo concerniente a las ambiciosa reformas que impulsa, como por ejemplo la jubilatoria.