Con el título, más bien genérico, de Trova, Carlos Guido y Spano (1827-1918) compuso quince célebres quintillas octosilábicas que declaran su amor por nuestra patria.
He nacido en Buenos Aires. ¡Qué me importan los desaires
con que me trate la suerte!
Argentino hasta la muerte:
he nacido en Buenos Aires.
La letra se inicia con estos dos octosílabos:
Un poeta la bautizó
con el nombre de Argentina.
El siempre atento y servicial padre Rodolfo Ragucci (Escritores de Hispanoamérica, Buenos Aires, Huemul. 3.ª ed., 1969, págs. 37-38) juzga la obra de esta manera:
"poema prosaico de desmayadas octavas reales. (...). De poema épico no tiene éste más que la pretensión y los caracteres externos, y su división en cantos; es más bien otra crónica o historia rimada, fuente de algunas noticias para otros que después escribieron sobre los días de los primeros conquistadores de esta región''. (2)
Los españoles suelen llamar a nuestra amada y contradictoria comarca con omisión del artículo "la''.
"El nombre de nuestro país está compuesto del sustantivo República y el adjetivo Argentina; por eso cuando se omite el primero de ellos el artículo "la'' debe acompañar al nombre de Argentina y no decir éste a secas, sino "la Argentina". (...). Éste es el criterio sustentado por la mayoría de los filólogos, aunque don Andrés Bello dice que no pasa de ser una costumbre''.
Muy bien: sea o no una mera costumbre, me allano a ella, no sólo por razones gramaticales sino también eufónicas, tal como lo consignó, en contundentes alejandrinos pareados,
"Detesto el anglicismo, malsonante y ridículo,
de escribir Argentina suprimiendo el artículo''.
(2) En dicho libro de Weyland las páginas 13-22 reproducen fragmentos de la obra de Barco Centenera. A modo de botón de muestra, veamos sólo una octava, que habla de cuando Juan de Garay, bajó ``dejando a Santa Fe bien guarnecida'': "Partió con treinta mozos valerosos, / y veinte y un caballos, y servicio / en balsas; y los mozos, deseosos / de guerra, que la tienen por oficio, / procuran que en los indios enojosos / se ofrezca al crudo Marte sacrificio / de aquel Terú, vengando la osadía / con triste y carnicera anatomía''.