Espectáculos
No salir de la alcoba, una revolución
Escrita por la periodista y dramaturga Liliana Viola, con dirección de Julieta Ascar. Sofía Gala, Analía Couceyro y Zoe Di Rienzo protagonizan ‘¿Qué de magnífico tiene ser yo? Teoría sobre la cama’, los martes en el Metropolitan.
Afuera hace un calor agobiante, que sin dudas, invita a cancelar cualquier plan que no implique estar a reguardo de un aire acondicionado y si es en la cama, mejor. La vida moderna, cargada de obligaciones, sin embargo, hace que esa decisión sea una utopía, más aún para las mujeres, siempre presionadas por incontables mandatos sociales.
Sobre las implicancias de poner un pie en el freno en medio de la vorágine productivista trata en parte, ¿Qué de magnífico tiene ser yo? Teoría sobre la cama’, obra escrita por la periodista y dramaturga, Liliana Viola, protagonizada por Zoe Di Rienzo, Analia Couceyro y Sofía Gala Castiglione, bajo la dirección de Julieta Ascar.
Luego de una excelente temporada en el teatro San Martín, ahora la puesta -que tiene la particularidad de transcurrir, justamente en una cama gigante dispuesta sobre el escenario- se presenta los martes en el Metropolitan. Justamente allí, en el espacio vip de la sala, el trío de actrices charló con La Prensa, acerca de la pieza, que utiliza como disparador la historia de la tatarabuela de Di Rienzo, que en el siglo XVII y en plena peste bubónica logró una revolución sin salir del lecho.
“Si bien la obra se apoya en mi persona, todo ese conflicto y las cosas que van apareciendo vienen de preguntas que se hizo Liliana (Viola) y después la construcción colectiva se hizo con Analia (Couceyro), con Sofía (Gala) y con los distintos participantes de la obra”, explicó la cordobesa, Di Rienzo, quien al igual que sucede en escena, está secundada en la nota por dos ‘bestias’ como Gala y Couceyro, quienes también forman parte de propuestas de alto vuelo como ‘Eduardo II’ y ‘Las Moiras’, respectivamente.
TRIBU FEMENINA
-En la obra se cuenta la historia de una mujer del siglo XVII que inició una revolución por decidir quedarse en la cama, hecho que aún hoy, resultaría disruptivo, ¿quiere decir que entonces las cosas no cambiaron tanto como se cree?
-Sofía Gala: Para nadie, creo que hay algo muy cíclico en todas las luchas. Como que siento que hay un montón de cosas que se fueron ganando pero al mismo tiempo, hay un fondo de situaciones que se repiten, las mujeres, la diversidad, el trabajo, la productividad. Se planteaqué significan todas esas cosas, qué significan en la sociedad porque justamente hay un paralelismo con alguien que también se queda en la cama en ésta época y hay un planteo de preguntas muy parecidas y de cosas que suceden también para uno y para el resto, y creo que es algo que se ve permanentemente también en la vida. Todo se repite y siempre pareciera que estamos luchando por las mismas cosas, aunque creamos que ya está.
-¿Cómo fue que se incorporaron Sofía (Gala) y Analía (Couceyro) al elenco?
-S.G: Soy muy amiga de Liliana (Viola) hace muchos años, nos conocemos muchos de los que estaban en el núcleo de éste trabajo, no nos conocíamos en persona con algunos, pero teníamos miles de personas en común, entonces me daba la sensación de tribu. Me llamó Liliana a mí y me dijo: ‘Sofi tengo ésto’. Me contó un poco de lo que hablaba y yo antes de leer el texto le dije que sí. Yo confío y creo mucho en el talento de la gente que amo y más que nada en Liliana, ya es el tercer o cuarto proyecto que hacemos juntas, siempre para mí representa un crecimiento y siempre estoy dispuesta a contar historias con ella y cualquier cosa que tenga que ver con su cabeza porque me encanta. Después enterarme que estaba Ana (Couceyro) que la amo, trabajar con ella es un placer, conocerla a Zoe (Di Rienzo), al músico que está en escena, conocerla a Juli (Ascar), fue como algo que fue fluyendo muy naturalmente. Todo el equipo se fue armando de manera muy natural y muy familiar. Eso aportó mucho para enseguida sentirnos cómodas y empezar a jugar, había una familiaridad grupal.
-Analía Couceyro: Si y creo que eso después se ve arriba del escenario. Ahí se ve el nivel de comodidad, de juego y de diversión, eso es muy importante.
-¿Cómo combaten ese inconsciente que siempre insta a ser hiperproductivos?
-A.C: Es muy difícil para todo el mundo. Hay algo de los mandatos, y también creo que hay algo de la comunicación que no ayuda, como esto de estar disponible 24 horas. Eso es algo que antes no sucedía y es un nivel de autoexplotación muy fuerte. Es muy difícil correrse de ese lugar.
-Zoe Di Rienzo: Creo que también lo que se plantea en la obra es que repensemos qué hacemos todo el tiempo, qué es esta cosa psiquiátrica de ‘tengo que hacer para ser’. Ahí me parece que hay una coyuntura que estamos muy acostumbrados a eso y hay que desarmarlo de alguna manera o abordarlo de distinta manera.
MOMENTO CRITICO
Al ingresar a la sala de prensa en la que tiene lugar la entrevista, la energía femenina es palpable, con la presencia no sólo de las actrices sino también de la directora, Julieta Ascar, la misma que el año pasado fue la responsable nada menos que de la restauración del teatro Alvear. El único ejemplar masculino en el lugar era Dante, el hijo de Sofía que jugaba con su celular, acostado cómodamente en un sillón. Parecía un “oasis” femenino en medio de un contexto político en el que no sólo las mujeres sino también las diversidades, están siendo blanco de críticas y odio, algo que a las protagonistas no les es indiferente.
-Más allá del objetivo obvio del entretenimiento, ¿qué importancia tiene una obra como ésta, tan atravesada por el universo femenino?
-S.G: Si, es para reflexionar que es un poco la función del teatro, para mí que algo te atraviese, no sea complaciente y te deje con un montón de preguntas, que se pueda abrir esa puerta es importante y re necesario. Muchas veces en estas nuevas épocas donde todo es tan liviano, por decirlo de alguna manera o superficial, es super necesario y también se pierde. No es joda que todo parezca banal y entretenido y uno salga a comerse una pizza después y se terminó. Me parece que tiene que ver con el control, el que no haya tanto contenido y está buenísimo cuando uno puede expresarse y estar en un lugar y hacer algo que sea entretenido y al mismo tiempo que plantee un montón de cosas que son necesarias para que la obra de arte en algún punto suceda. Que vos salgas cambiado como persona luego de ver o escuchar el tipo de arte que estés consumiendo.
-A.C: Hay algo del teatro que sigue siendo político en ese sentido porque hay algo que te obliga a en ese margen de tiempo, a convivir con todas las personas que están en la sala. Me parece que eso hoy en día es algo muy importante porque reflexionás a partir de la convivencia y eso es algo que hoy está en juego, ante la violencia, el ninguneo de lo diverso y del otro, eso también es negar la convivencia, es como encerrarse y algo que tiene el teatro es que siempre es colectivo, no hay forma que sea individual. Me parece que en éste momento se está yendo tanto a lo individual y hay algo en esa convivencia en el teatro, y en ese pensar juntes, que es esperanzador.
-S.G: Si y que impacta en el cuerpo de uno, no hay forma de que no lo haga. Ir al teatro es un acto revolucionario en éste momento, que mucha gente se pueda juntar piense lo que piense y sienta lo que sienta y compartir algo y salir todos pensando sobre una misma cosa, es revolucionario.