Suplemento Económico

“No podemos pensar que con la importación le vamos a traer la solución a los argentinos”

El Gobierno debería incorporar a su programa las lógicas de la producción y el desarrollo. El dólar barato azuza la compra de bienes en el exterior. “Es imposible competir con China”, señala Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos.

Las variaciones del tipo de cambio marcan la hoja de ruta del sector industrial pyme. Es cierto que, además, existen otras variables que lo condicionan como la presión impositiva y los convenios laborales, pero la fluctuación del dólar es hoy en día un tema de peso.

El nuevo esquema de flotación entre bandas ha visto cómo la divisa estadounidense cotiza más cerca del piso que del techo, y de esta manera genera un efecto con dos caras: el dólar barato es positivo en término de costos pero, al mismo tiempo, significa un lastre para las empresas exportadoras.

“Por un lado el tipo de cambio, al no haber una devaluación porque hubo una apreciación del peso, nos ayuda en el costo energético, que está todo dolarizado. En ese sentido los costos y los insumos, también dolarizados, no nos aumentan. Eso es muy importante”, asegura Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos.

Pero hay más: “Lo que ocurre es que en la Argentina tenemos un problema de costos en dólares. Hay un problema estructural que nos dificulta para producir. Existe un alto costo impositivo”.

-El Gobierno avanza en su agenda y el tema impuestos estaría en la lista. ¿Cree que se implementará algún tipo de reforma?

-Justamente, el tema impuestos representa en Argentina un 106%. Cuando nosotros trazamos comparaciones y miramos a los Estados Unidos, el costo total es del 31%. Nosotros pagamos un 35% de Ganancias y Estados Unidos abona el 21%. Eso sumado a lo que venden y recaudan por las ventas en cada Estado, hace que lleguen a un costo promedio del 31%. El otro día el presidente de YPF (Horacio Marín) decía con mucha razón: si pudiéramos sacar un pozo de Vaca Muerta y trasladarlo a Estados Unidos, la operación de extraer petróleo sería mucho más económica que en la Argentina. Los costos son altos en este país.

-Además, al que produce y vende en el mercado interno se le ha caído el consumo.

-Un trabajador registrado gana 1.000 o 1.500 dólares y sin embargo es pobre, no le alcanza. ¿Por qué? Por los altos precios de todos los productos. Somos caros. Hay un problema y es que no hay una armonía. Cuando uno mira los costos de los productos de consumo masivo, algunos aumentaron y otros bajaron. Eso también tiene que ver con la competencia. Por ejemplo, el 70% de los insumos de la industria argentina son importados.

-En ese sentido, este dólar pinchado les viene bien.

-En ese sentido viene bien.

-¿Este tipo de cambio puede ser aprovechado para capitalizarse mediante la compra de maquinaria?

-No ocurre porque hay una incertidumbre muy grande con respecto a la producción y el consumo. Las ventas vienen cayendo.

-Se lo pregunto porque, haciendo un paralelo con la época de la Convertibilidad, aquella paridad fue aprovechada por muchas compañías para dar un salto tecnológico y modernizarse.

-Hubo una modernización pero también hubo un sector de la industria que desapareció. En toda variable o reforma económica hay ganadores y perdedores. Hoy tenemos un 30% de las empresas que están produciendo y un 70% que está con problemas. Todo lo que es consumo masivo enfrenta una situación problemática por falta de ventas. Están produciendo menos. Hoy la industria manufacturera tiene una capacidad instalada del 58,6%.

COMPETENCIA

-¿Qué rubros están mejor parados en este contexto?

-Todo el sector energético, petróleo, gas, minería, la agroindustria. También la industria del software y los bancos, el financiamiento bancario. Esos están muy bien pero existen muchas empresas de otros rubros que están trabajando a pérdida. Ocurre que tenemos una competencia muy fuerte del exterior y la Argentina no tiene estructura para ser competitivos.

-¿Sienten el golpe de la apertura de la economía?

-Sí, eso se siente. No se ve reflejado mucho en las góndolas. Es decir, no se ve que un producto importado esté un 20% más barato que el nacional. Lógicamente hay alguien que está teniendo un mayor beneficio. Muchas empresas ahora hacen las compras directas al exterior. El cepo igual sigue, una pyme no puede girar el 100% del pago anticipado. Hoy la situación es igual que siempre. Cambió el tema de que se permite aumentar el anticipo, el adelanto, que pasó del 20 al 30%. Se paga cuando se nacionaliza la mercadería. Pero ocurre que el vendedor del exterior suele pedir todo anticipado. Por lo general el inconveniente es que las empresas proveedoras, aunque haya un vínculo ya de mucho tiempo, no ceden a esta forma de cobrar. Piden el pago anticipado para enviar la mercadería.

-Con este dólar deprimido las exportaciones son menos competitivas. ¿Son muchas las pymes con perfil exportador?

-Hemos perdido en los últimos años 6.000 pymes industriales. Dejaron de exportar. En marzo se cayeron 2,5% las exportaciones de manufacturas industriales. Hay que separar lo que es manufactura industrial de los productos primarios, que aumentaron y son los que están sosteniendo la entrada de divisas. En algunos casos hay empresas que han tenido que cerrar. Se trata de compañías que exportaban el 80% de su producción a Brasil. Por ejemplo, hilados.

-¿Cuál es la principal razón, el tipo de cambio? ¿Hay otros factores que los llevaron al quebranto?

-No, el tipo de cambio. No es competitivo y tenemos costos muy altos en dólares. Tuvieron que despedir empleados. Algunos se reconvirtieron y se transformaron en importadores.

-Eso ya pasó en la Argentina.

-Ha pasado, ahora vuelve a pasar y pienso que se va a profundizar mucho más. Como industrial pyme veo que esto va muy mal. Tengo dos empresas, una papelera y una metalúrgica. Como fabricante de productos de consumo masivo, hace muchos años que no vivo esta situación que padecemos hoy en día. Ya sea por los impuestos, los costos laborales, juicios, como sea. Hay un montón de motivos. Es un combo. Esto no es debido a una sola cosa. Existe una competencia desleal externa e interna y una informalidad que viene creciendo. Una persona en un galpón en el fondo de la casa, con una maquinita y empleados en negro, gana más que un fabricante legal produciendo.

REFORMA LABORAL

-Tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional se comentó que el pacto incluiría a futuro también algunas reformas como la laboral. ¿Qué opina?

-Acá tiene que avanzarse en una reforma laboral. Nosotros presentamos un anteproyecto de reforma donde no se perjudicaba ni el trabajador ni el empleador. Hoy un trabajador que queda en la calle, sin trabajo porque la empresa quiebra, no cobra un peso de indemnización. En nuestro proyecto cobraría de un fondo de trabajo, aunque la empresa quiebre. No habría motivos de juicios. Lo que nosotros vemos es que hay que eliminar el tema de que soportamos juicios que no son justos. Hay una industria del juicio donde aparece un trabajador después de cinco años de haberse ido de la empresa y dice que trabajó durante 10 años. Hay 10.000 juicios laborales pendientes. Son los que están destruyendo a las pymes porque representan sumas de 80, 100 o 200 millones de pesos. Son impagables. Hay que modernizar la ley laboral, que es antigua. Lo dicen los mismos sindicatos. Hay que proteger también al que da trabajo.

-A veces se le cuestiona al Gobierno que en su programa económico nunca habla de desarrollo y producción, y va más por el lado del canal financiero. ¿Debería incluirlo en su lógica?

-Nosotros reclamamos esto permanentemente. El Gobierno tiene que dar un giro de 180 grados y pensar en una reforma económica apuntada al desarrollo industrial y la generación de empleo. No podemos seguir pensando que con la importación le vamos a traer la solución a los argentinos. Estamos en guerra comercial y Donald Trump lo sabe muy bien: con China no se puede competir. China es una potencia comercial que produce el acero, el aluminio y el plástico que el mundo demanda. Hoy exporta el 60% del acero con una capacidad instalada del 50%; vende el 64% del aluminio con una capacidad instalada del 60%; y exporta al mundo el 32% del plástico. Esto hace inviable que podamos competir con China. En el marco de esta guerra, con los aranceles que fijó Estados Unidos, van a colocar sus productos en el resto del mundo. Nos van a inundar de productos. Mientras tanto nosotros destruimos no sólo parte de la economía nacional sino también la economía circular. El cartón ya lo están dejando de juntar en muchos lados porque no tiene buen precio. Bajó el consumo de cartón por parte de las empresas. El cartón es comprado por las fábricas para hacer las cajas de envases. Esas cajas ahora ya vienen con los productos importados. En el primer trimestre las importaciones de consumo masivo aumentaron 123%; la industria textil sufrió un incremento del 300% en sus importaciones; la industria cárnica porcina subió en un 300% las compras a Brasil; 80% subieron las importaciones de tomate. Con las economías regionales pasa lo mismo. No es el problema de un sector. Esto va a traer muchos problemas en los próximos meses en materia de despidos y conflictos laborales. Lo estamos viendo con una transparencia total porque no se hace nada para revertir esta situación.