Opinión
Buena Data en La Prensa

Nadie elegiría vivir sin amigos

 Con frecuencia enfocamos nuestra columna en ciertas fechas celebrativas y una vez pasadas proponemos alguna reflexión sobre lo ocurrido. En esta oportunidad nos adelantamos, para renovar la forma y la disposición con que abordamos el Día del amigo.

ARISTÓTELES Y LA AMISTAD

Los seres humanos nunca deberíamos ser tomados como instrumento para algo o alguien. La persona es un fin, por eso es que Aristóteles dio una atención especialísima a la amistad. Dice el filósofo en la “Ética a Nicómaco” que "los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita amigos". “Nadie elegiría vivir sin amigos”, decía en el siglo IV a.C., afirmación que sigue vigente en el siglo XXI.

Leonardo Polo, catedrático español afirma, en “La amistad en Aristóteles”, que “la esencia de la amistad reside en el compartir, en el conversar y en el compenetrarse. En ella el hombre se encuentra en la misma relación respecto al amigo que consigo mismo. Por eso Aristóteles sostiene que el amigo es otro yo, idea que repite Cicerón. Son incompatibles con la amistad la adulación, la zalamería y el servilismo, pues son contrarios al amor a la verdad”.

La era Facebook bastardeó el concepto de amigo. La palabra comenzó a designar tanto a un verdadero amigo, a un conocido con el cual entablamos alguna vez una charla, como a un desconocido del que solo sabíamos que tenía una cuenta en esa red social. Sin embargo, más allá de la usanza, interiormente seguimos conservando ese ideal aristotélico que nos dice que con un amigo verdadero podemos contar en las buenas y en las malas, que es alguien presente…y que no es posible tener “un millón de amigos”.

AMIGOS DE TODO TIPO

No obstante, sin ser tan categóricamente estrictos están los amigos de la infancia, quienes, aunque no nos veamos, siempre conservaremos en el corazón. Son esa especie de reservorio de nuestra propia historia; los que guardan nuestros primeros años en su recuerdo. Los amigos de la adolescencia, con quienes repetimos una y otra vez las mismas anécdotas y nos reímos con una risa constantemente renovada y los amigos de la adultez, que aunque tengan poco tiempo de maduración es como si hubieran estado siempre.

Tenemos amigos con los que buscamos divertirnos pero que también podemos compartir nuestras preocupaciones. “Los amigos se cotizan en las buenas y en las malas”, dice el tango.

El amor de amistad consiste en querer el bien del otro, que no es “ni lo útil, ni lo agradable, ni siquiera lo que dicta la obligación legal o el deber, sino propiamente lo que merece ser amado por sí mismo y provoca en nosotros un amor semejante”. Por eso también podemos encontrar la amistad -y es lo deseable- en una pareja de novios o de esposos o entre miembros de la familia. La amistad no tiene límites de edad ni tampoco de distancia.

JULIO PARA LOS AMIGOS

Dicen que los latinoamericanos somos amigueros. Y parece que es así. Según dicen, el día de la amistad tuvo origen en Paraguay. El médico Ramón Artemio Bracho y sus amigos pensaron que un vínculo afectivo tan importante, existente en todas las épocas y que involucra a todas las personas, sin distinciones, merecía un día de celebración especial. La idea que comenzó en 1958, se logró plasmar en 2011 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas consagró el 30 de julio como Día Internacional de la Amistad.

Por su parte, el odontólogo argentino Enrique Ernesto Febbraro propuso el 20 de julio para celebrar el día del amigo en razón de la llegada del hombre a la luna. Al parecer, el Dr. Febbraro no se inspiró en los amigos concretos, sino que vio en ello, una forma de demostrar la amistad de la humanidad al universo. Así, en nuestro país, el decreto 235/79 le dio un marco legal a la celebración.

En tanto, Puerto Pinasco, ciudad que vio nacer a Ramón Artemio, fue bautizada en Paraguay como “Cuna de la Amistad” y en la provincia de Buenos Aires, el decreto 1826/1983 declaró “a la Ciudad de Lomas de Zamora "Capital Provincial de la Amistad" por haberse originado allí la Celebración del "Día Internacional del Amigo" que tiene lugar el 20 de julio de cada año”.

Más allá de quien haya “primereado” con la idea de festejar este día, de las ideas que lo hayan inspirado y del marketing que lo rodea, la realidad es que la amistad merece ser celebrada; porque como leemos en Eclo 6, 14-17: “Encontrar un amigo fiel es como dar con un tesoro o como hallar un refugio seguro. Un amigo fiel no tiene precio: su valor no se mide con dinero. Un amigo así nos salvará la vida. Si obedecemos a Dios, hallaremos a ese amigo y sabremos reconocerlo porque él también obedece a Dios”.

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