"Salvar al niño". Argentina, 2013. Documental Dirección y guión: Bernardo Kononovich. Fotografía: Juan José Ghiglione. Música: Abel Garrido Guzmán. Con testimonios de: Jacqueline Halbzajt, Judit Horvat y Diana Wang. Presenta: Bernardo Kononovich. Duración: 61 minutos. Calificación: Para todo público.
Las huellas horribles del Holocausto, la muerte masiva y algunos de sus sobrevivientes, son el tema de este conmovedor documental de Bernardo Kononovich.
En "Salvar al niño", el director cuenta la historia de tres mujeres -Jacqueline Halbzajt, Judit Horvat y Diana Wang-, que viven en nuestro país y fueron víctimas de los campos de concentración. El título de la película se refiere a ella, que relatan vivencias de la infancia, o ligadas a ella.
Jacqueline Halbzajt, de origen judío-polaco fue enviada con su madre a los campos de concentración de Auschwitz. Cuando viajaban en un tren hacinados con el resto de hombres, mujeres y niños, su madre decidió tirarse con su hija del tren y ambas cayeron en la oscuridad de la noche, pero finalmente lograron salvarse. Jacqueline si bien atesora en su memoria lo que vivió, es optimista en cuánto al futuro, porque según dice logró formar una familia y tiene hijos y nietos que conocen lo que ella vivió.
POLONIA EN 1945
Diana Wang perdió a un hermano, Zenus, en la Polonia de 1945. Sus padres tuvieron que darlo a una familia para que el niño no fuera llevado a los campos de concentración. Cuando fueron a buscalor, se les dijo que el chico murió de tifus, pero nunca se supo dónde fue enterrado. Por lo que se sospecha que fue apropiado. La tragedia de esa pérdida perdura como una herida, difícil de cerrar en la familia de Wang.
Judi Horvat vivió una situación especial, cuando se la trasladó a Auschwitz con su familia. Cuenta que no sabe por qué un oficial de las SS cuando la vió le dijo que cuando le pidieran el nombre y la edad, dijera que tenía dieciocho años. Así logró ser separada del grupo y finalmente no perdió la vida.
"Salvar al niño" es un documental austero, que apunta directamente a las emociones y lo logra a través de que la cámara del director Bernardo Kononovich, que apunta directamente a la cara de las entrevistadas, de una belleza apacible las tres, y las invita a contar lo sucedido en sus vidas, con la intención de dejar registrado una serie de valioso testimonios para el futuro.
Calificación: Buena