Espectáculos
Regresa a la pantalla grande con ‘Romina Smile’, un filme de Pablo Stigliani

Martina Gusmán: “No me imagino siendo actriz toda la vida”

Divide su tiempo entre Barcelona y Buenos Aires, y entre la actuación y su carrera como psicóloga. Admite que la interpela el tema de su nueva película: el cuerpo femenino como objeto de deseo.

 

Martina Gusmán tiene en claro que no va a actuar siempre, que su futuro está ligado a la Psicología. De hecho, hoy su agenda está marcada por la atención a pacientes y su compromiso social a través de diferentes proyectos de ayuda. Es por eso que su trabajo como actriz es cada vez más espaciado y sus personajes, tal como lo hizo a lo largo de toda su carrera, encierran un condimento social que ella analiza meticulosamente hasta estar segura de que es eso lo que quiere contar.

Instalada la mitad del año en Buenos Aires y la otra mitad en Barcelona, Martina hace una pausa entre sesión y sesión para contar por qué eligió ser la protagonista de ‘Romina Smile’, la película dirigida por Pablo Stigliani que se estrena mañana en cines. “Lo que a mí más me interpeló para hacer el personaje fue el tema de la objetivación del cuerpo de la mujer, cómo se transforma en un objeto de deseo”, explica la actriz que saltó a la fama por su protagónico en ‘Leonera’, de Pablo Trapero, quien es también su pareja desde hace más de veinte años.

PROMOTORA

‘Romina Smile’ cuenta la historia de una mujer que trabaja hace más de dos décadas como promotora y, a punto de cumplir sus cuarenta años, se da cuenta de que las marcas ya no la eligen porque buscan chicas más jóvenes. Sin una profesión y con la crisis que golpea a Buenos Aires, no logra reinsertarse en el mundo laboral.

-¿Cómo define a Romina?

-Es una mujer muy resiliente, fuerte, con mucha vulnerabilidad al mismo tiempo. Es una mezcla. La película es como un fragmento de un momento muy particular en su vida, entonces dentro de esto se exploran un montón de aristas del personaje que tienen que ver con su lugar como madre, como mujer y en cuanto a los vínculos.

-¿Cuál fue el mayor desafío que le presentó?

-El desafío un poco fue cómo abarcar esta temática y todo lo que tenía que ver con la relación del cuerpo de las promotoras, esta búsqueda de qué contar y cómo contar, para también hablar de la dignificación y no hacer una exposición excesiva. Encontrar el punto justo lo sentí como una responsabilidad muy grande como mujer de mediana edad. Creo que el lugar de la representatividad fue para mí el desafío más grande.

-A su personaje le pesa mucho el paso del tiempo y cómo lo ven los demás, ¿usted cómo se lleva con eso?

-Me llevo bien en el sentido de que no me preocupa envejecer, me gustaría poder acompañarlo de la mejor forma posible. Sí me conecta más con la degradación dentro del envejecer con respecto al miedo a la salud, a la muerte. Un poco pasa esto cuando uno llega a la mitad de la vida: siento que hay todo un momento donde uno va por la vida como si fuese eterna, ¿no? Hay una frase de Confucio que a mí me gusta mucho que es "todos tenemos dos vidas. La segunda comienza cuando nos damos cuenta de que la vida es una sola". Y hay algo de esto. Creo que el corte o la crisis de la mitad de la vida tiene que ver con ese registro en el que uno dice "¡guau! la vida no es eterna". Y en función de eso, uno empieza a responsabilizarse más de la propia vida, ver qué quiere, qué no quiere. Un poco desde ese lugar siento que me interpela fuertemente.

"Como actriz siempre elegí los proyectos que quería hacer desde un registro más social", explica Gusmán.

PODER ELEGIR

-¿Siente que a medida que pasan los años hay personajes para los que ya no la convocan?

-En mi caso en particular, como actriz siempre elegí los proyectos que quería hacer desde un registro más social, de contar diferentes temática sociales. Fui bastante selectiva en ese sentido de en qué proyectos participar y qué contar, entonces no me preocupa porque siento que los papeles en los que podría llegar a quedar por la edad no son los que me interesaría hacer. Tomé una decisión bastante consciente de dedicarme mucho más a la psicología. Entonces, de alguna forma voy eligiendo y decidiendo qué proyectos quiero seguir haciendo. No me imagino siendo actriz toda la vida, me veo yéndome más hacia el mundo de la psicología, como estoy haciendo ahora mismo, que tengo consultas con pacientes y estoy trabajando en programas sociales. Así y todo, a nivel más de sistema, más allá de mi profesión concretamente, sí es duro en ese sentido para la mujer. A diferencia del hombre, que quizás cuántas más canas tiene y más viejo es la gente en general lo ve más interesante, y en la mujer parecería que hay que tener una especie de eterna juventud. No es que me interpele en cuanto a mi propio envejecimiento, pero sí comienzo a darme cuenta de que esto existe dentro del sistema y me lleva a reflexionar.

-Romina le tiene pánico al futuro, ¿y usted?

-Trato de conectarme lo más que puedo con el presente, pero hay una parte del futuro que siempre me ilusiona y me entusiasma porque soy una eterna estudiante. Siempre quiero cambiar y ahora que me metí en el mundo de la psicología me estoy especializando en trauma y quiero seguir haciendo cosas.

-¿Cómo es su día a día?

-Estoy muy abocada a la psicología, te decía. Hice un montón de masters, me especialicé en trauma, estoy desarrollando proyectos de programas sociales para cárceles, abrí mi consulta de forma individual. Tengo muchos pacientes, lo cual me genera mucha satisfacción. Y a nivel de la actriz, eligiendo bastante qué quiero hacer. Como el tiempo no es infinito y no me puedo dedicar a todo, elijo en qué proyectos me quiero involucrar como actriz.

-Alguna vez dijo que usted era productora de su propia actriz. ¿Sigue pensando lo mismo?

-Sí, totalmente. Incluso siento que cada vez más soy productora de mi propia vida por todas las decisiones que voy tomando, como de repente el corte que hice de mitad de la vida donde empecé a decidir más conscientemente dedicarme a la psicología. Antes era más desde un voluntariado y mi día a día era como actriz. Hoy ya no.

FOTO: GENTILEZA MATEO TRAPERO