"La matriz de escritura... es la fascinación por el mito heroico... que desde el Martín Fierro recorre el imaginario del escritor argentino.", expresan Gilberto Triviño y Edson Faundez.
En este poemario gauchesco encontramos al Arquetipo del Héroe descripto desde sus etapas embrionarias así como la presencia del Arquetipo Paterno, el Arquetipo de la Madre, Arquetipo de la Sombra, Arquetipo del Anima, del Anciano Sabio y del Paraíso Perdido.
Martín Fierro al igual que sus dos hijos, que el sargento Cruz y el hijo de éste encarnan al Arquetipo del Héroe en diversos matices y estadios de evolución. A su vez, se encuentra la transformación de Fierro en el Arquetipo del Anciano Sabio.
El tema del "destino" acompaña, en toda ésta obra trágica, a cada uno de los protagonistas ya que, al igual que sucede con Edipo, hagan lo que hicieren no podrán escapar (ni pretender hacerlo) al arbitrio de una decisión superior. Asumen en plena conciencia de que están participando de un destino que resulta ineludible, tornando inútil cualquier intento de escape o de búsqueda de otra posibilidad. Es destino, en cuanto tal, aparece como producto de algo superior y misterioso - la Divinidad - que así lo ha determinado. El hijo mayor de Martín Fierro afirma que lo que a su persona le ha ocurrido (por caso, estar en "La Penitenciaría") resulta inevitable pues se debe a "los decretos del destino." Son éstos hombres que han de vivir obedeciendo los designios divinos.
La persona que encarna al Arquetipo del Héroe siempre cumple alguna forma de destierro o debe realizar un pasaje por territorios desconocidos. Los héroes hacen viajes cargados de acechanzas: Ulises de Itaca, Jasón acompañado por los Argonautas, Teseo en el Laberinto, Edipo y tantos otros. Cuando el Héroe es exitoso en su recorrido, regresa a tierras conocidas dotado de algún enriquecimiento. Implica que su consciencia se ha fortalecido.
La Divina Comedia describe tales tránsitos en detalle como lo ha demostrado René Guénon en su libro El Esoterismo de Dante. Tal "viaje" se hace por obligación o imperiosa necesidad. Simboliza el ingreso a lo inconsciente; una virtualidad en absoluto desconocida donde las coordenadas geográficas al igual que las geométricas y el tiempo están disueltas. Unas estrofas evidencian con claridad la descripción de ese "lugar" que simboliza lo inconsciente. "Privado de tantos bienes/ y perdido en tierra ajena/ parece que se encadena/ el tiempo y que no pasara/ como si el sol se parara/ a contemplar tanta pena."
El viaje de Martín Fierro es "a la frontera." Tras pasar un tiempo prolongado allí, se dirige a un sitio tanto menos conocido: las tolderías indígenas.
Lo que en otros mitos universales es el cruce de las grandes aguas, el descenso a las entrañas de la tierra o el ascenso a escarpados montes, aquí es el desplazamiento por la llanura pampeana tan vasta, solitaria, peligrosa y enigmática que bien simboliza el descenso a lo inconsciente. Lo expresa el filósofo argentino Carlos Astrada en su libro El Mito Gaucho: "Someterse a la ley del propio destino sin traicionarlo y transformarlo, es la mayor exigencia tanto del individuo como de la humanidad, cuando éstos son conscientes de su envío y están decididos a concretar el programa de su vida que presupone su simple existencia histórica. En este sentido el inteligente requerimiento de Martín Fierro es una exhortación a los argentinos que nos es transmitido como un gran ejemplo, que satisface absolutamente esta ley en cada uno de sus actos así como en la totalidad de su comportamiento".
* El autor es doctor en Psicología Social, escritor y filósofo. Dirige el Instituto de Estudios e Investigaciones Junguianas de la Sociedad Científica Argentina.