Opinión

Mariano Moreno y sus fuentes ideológicas

Los fantasmas del pasado

Tanto se ha escrito sobre Mariano Moreno y sus ideas, que a veces la sustancia de su pensamiento queda oculta bajo un fárrago impresionante de libros donde no resulta fácil espigar lo más importante. Entonces, como en una fresca peregrinación a las fuentes, conviene recurrir a sus créditos originales -aquellos no interpolados por la buena voluntad de sus panegiristas- para filiar su pensamiento y descubrir influencias algo olvidadas.

Así, un aspecto no muy transitado para el buceador de remotos orígenes ideológicos puede ser la gravitación del pensamiento constitucional norteamericano, tipificado con claridad en varios de sus originales, en algunos artículos de La Gaceta y en el discutido Plan de Operaciones.

WASHINGTON

La difusión de George Washington en el Río de la Plata prueba la influencia que ya desde comienzos de la centuria pasada tuvo entre nosotros la estructura federalista del país del Norte. No sólo Mariano Moreno sino también otros próceres como Manuel Belgrano (traductor y prologuista, en 1813, de la Despedida de Washington al pueblo de Estados Unidos) fueron fluídos conocedores y difusores de ese ideario. 

El patricio de quien hace poco se celebró el bicentenario del su nacimiento habría de invocar al fundador de la democracia norteamericana en el citado Plan de Operaciones: "Patria mía, ¡cuántas mutaciones tienes que sufrir! ¿Dónde están, noble y grande Washington, las lecciones de tu política? ¿Dónde las reglas laboriosas de la arquitectura de tu grande obra? Tus principios y tu régimen serían capaces de conducirnos, proporcionándonos tus luces, a conseguir los fines que nos hemos propuesto".

Como lo hemos explicado en nuestro libro sobre la influencia norteamericana en la Revolución de Mayo, es preciso recordar que Moreno tradujo a nuestro idioma la Constitución norteamericana, y como precursor de Alberdi había previsto adaptar las instituciones estadounidenses a las formas argentinas. 

La traducción que Moreno hizo de la Constitución norteamericana está precedida por el mensaje de George Washington al Congreso. Dürnöfer estima que esta versión "prueba el conocimiento profundo que Moreno tenía del sistema constitucional americano y la influencia del mismo sobre su pensamiento". 

Este autor sostiene, con razón, que la cita de determinadas garantías constitucionales hecho por el prócer argentino en varios de sus escritos jurídicos denuncia también su profundo conocimiento de las ideas constitucionales norteamericanas. 

Cabe aclarar que el documento de Moreno no era una mera traducción del inglés, sino una adaptación a las necesidades que el futuro secretario de la junta de Mayo preveía en estas tierras, lo cual lo convierte en un antecedente constitucional de primer orden medio siglo antes que Alberdi.

MISMA FILOSOFIA

Historiadores como el citado no dudan que "fue la misma filosofía la que impulsó nuestra Revolución de Mayo de 1810. No hay más que leer los escritos de su más insigne ideólogo, el doctor Mariano Moreno, para concluír que estaba imbuído de la filosofía que triunfó en Estados Unidos en 1776 y en Francia en 1789".

Washington y Adam Smith fueron apenas algunas de las fuentes ideológicas liberales en las que bebió el sólido pensamiento moreniano para perfilar su propia estructura liberal. Así, otras expresiones constitucionales de la misma raigambre filosófica y jurídica aparecen en varios de sus escritos, como al incluir en el decreto del 13 de agosto de 1810 el siguiente considerando: "Cuando en el curso de los sucesos humanos se ve precisado un pueblo a romper los vínculos que lo ligaban a otro, es un deber de justicia que por respeto a las opiniones de los demás hombres se manifiestan los motivos que han conducido a esa separación".

Quien recuerde el párrafo pertinente de la Declaración Norteamericana podrá cotejar la fiel trascripción de la letra y el espíritu del documento estadounidense.

Robusta expresión de un liberalismo constitucional y político que dificultosamente trataba de formarse en aquellos años críticos del nacimiento patrio, Mariano Moreno es, a más de doscientos años de su aparición, un filón poco explorado. No sólo en el estudio de sus escritos conocidos sino también en el rastreo de sus trabajos todavía inéditos, como lo prueban las investigaciones de los últimos años. 

Se nos ocurre que a tantos años de su muerte nuestros colegas supérstites aún estarán estudiando el pensamiento del numen de Mayo. Lo cual seguirá encarnando el mejor homenaje a su memoria.