Por el teniente Diego David Sánchez. Oficial del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín”
“Esta batalla va a decidir la suerte de toda la América y es preferible una muerte honrosa en el campo del honor a sufrirla por manos de nuestros verdugos. (...)”
Estas palabras pronunciadas por el General San Martín, son sin duda alguna las más acertadas para que podamos entender la importancia que tuvo la batalla librada en los llanos de Maipú, para lograr la liberación de Chile y, posteriormente, de medio continente.
Podemos remontarnos a la noche sombría del 18 de marzo de 1818, en la cual el Ejército Unido argentino-chileno fue sorprendido por los realistas en Cancha Rayada.
Luego de aquella catastrófica derrota se pensó que todo estaba perdido, las esperanzas de libertad se desvanecían e imperaba el caos y el desánimo al creerse que San Martin había perecido aquella fatídica noche.
El gobierno se desestabilizaba tras estos rumores funestos.
Sin embargo, el General San Martín estaba con vida. Gran parte del Ejército había sido salvado gracias a las acciones astutas y perspicaces del Coronel Las Heras, quién protegido por el manto de la oscuridad pudo rescatar una división completa, la cual constituiría la columna vertebral sobre la que se pudo reconstruir y reorganizar nuevamente el brazo armado de los patriotas.
Sin desanimarse y convencido de que una victoria inminente era necesaria para mantener bien en alto el espíritu de sus tropas y de la población, San Martin se dedicó a la ardua tarea de reconstruir el Ejercito Unido.
El 5 de abril de 1818 sería la fecha elegida y los llanos de Maipú el escenario perfecto.
Ambos ejércitos dispusieron sus efectivos frente a frente. Por un lado las fuerzas del Ejercito Unido, comandadas por el General Don José de San Martin, que se situaron sobre la parte oriental de Loma Blanca; y por el otro las fuerzas Realistas, a órdenes de Osorio, que se situaron sobre una lomada en forma triangular cuyo vértice se apoyaba sobre la hacienda de “Lo Espejo”.
La artillería patriota fue la primera en abrir fuego sobre las fuerzas enemigas, las cuales respondieron el fuego delatando su posición y permitiendo a San Martin dar la orden a sus flancos para que avanzasen.
Así se desarrolló el combate: la 1ra División al mando del Coronel Gregorio de Las Heras tuvo éxito y logró alcanzar una posición ventajosa para continuar presionando al enemigo, al mismo tiempo que la 2da División, a órdenes del Coronel Rudecindo Alvarado, sufrió un contratiempo que la hizo retroceder.
Al observar esta situación San Martin ordenó el movimiento de sus reservas para apoyar a Alvarado. Esta decisión sería vital para la obtención de la ventaja por sobre las fuerzas realistas.
Osorio, al ver sus fuerzas superadas ordenó la retirada hacia la hacienda de Lo Espejo, donde presentaron una última resistencia bajo las órdenes de Ordoñez.
Pronto a concluir el enfrentamiento el General O´Higgins, quien había sido herido gravemente tras Cancha Rayada, arribó al campo de batalla al mando de unos mil hombres más, dispuestos a perseguir al enemigo en retirada. Al encontrarse con San Martin ambos generales se estrecharon un abrazo y exclamaron:
¡Gloria al Salvador de Chile!- Bernardo O´Higgins
“Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre invalido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado.”- José de San Martin.
Nada más podemos agregar sobre tamaña gesta, que sentó las bases para la independencia definitiva de Chile.
El abrazo de Maipú simboliza la unión entre pueblos hermanos, unidos bajo un mismo ideal, el de la libertad.
Cada 5 de abril recordamos con profundo respeto a aquellos que con su esfuerzo y con su sangre derramada contribuyeron a conformar nuestra Nación, una Nación libre y soberana.Maipú, la batalla que decidió la suerte de toda la América.