La renuncia del Presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, anticipada y justo en estos momentos tan delicados para el equilibrio parlamentario de Cambiemos, llamó la atención aunque desde la interna de la alianza, era algo que se veía venir.
Monzó tiene mandato hasta diciembre de 2019 pero es posible que abandone antes su caliente sillón en Diputados. Disgustado al sentirse ninguneado por el mismo PRO, el bonaerense no dudó en decírselo a Mauricio Macri el día que le comunicó personalmente que se alejaba del cargo.
Algunos rumores lo ponen como el nuevo embajador en España sustituyendo a Ramón Puerta que vendría a acompañar a Luis Barrionuevo en su normalización del Partido Justicialista a quien defiende en su cruzada por "sacar a los okupas". Lo que queda claro que la interna entre Monzó y María Eugenia Vidal nunca se aclaró y cierto malestar mantiene a los dos en situación de estar prevenidos.
El cargo de Presidente de los diputados podría pasar a manos de un justicialista lo que preocupa y mucho al Ejecutivo. El trabajo parlamentario de Monzó fue más que digno y consiguió para el Gobierno logros a la hora de las votaciones adversas como la última cuando consiguió levantar la sesión por el tratamiento del aumento de las tarifas. Algunos de sus allegados dicen que si el peronismo se compone, Emilio volvería a su viejo amor político.
EL PJ Y EL CABALLO DE TROYA
Otro intento por unificar el Partido Justicialista, esta vez a cargo del gobernador cordobés, Juan Schiaretti pareció ser más efectivo que los ensayos anteriores.
La convocatoria fue exitosa si se tiene en cuenta que asistieron los senadores Miguel Pichetto, Carlos Caserio, Rodolfo Urtubey, Alfredo Luenzo y Guillermo Snopek; la jefa de los diputados massistas Graciela Camaño y doce de sus pares de Argentina Federal, como su jefe de bloque, el salteño Pablo Kosiner; los bonaerenses Diego Bossio y Eduardo Bucca; los riojanos Luis Beder Herrera y Danilo Flores; la entrerriana Mayra Cresto; los cordobeces Martín Llaryora Juan Brügge; la jujeña Carolina Moises y los chaqueños Juan Mosqueda y Elda Pértile.
Muchos de estos asistentes habían participado en la reunión de Gualeguaychú, donde se inauguró el movimiento para generar un espacio justicialista que entre otras cosas, decidiera un candidato presidencial para 2019.
Muchos de los discursos, incluido el del propio Schiaretti, pidieron alejarse de Macri porque "nosotros no vamos a ser cómplices de sus errores". Era claro que esta referencia apuntaba en forma directa al senador Pichetto, el más conciliador de los peronistas con el Gobierno.
"Una cosa es ayudar y otra es ser cogobierno. No somos cogobierno y no nos podemos hacer cargo de sus medidas", dijo el cordobés en tono de reproche.
En el plano político el gobernador anfitrión refirió a que hay que terminar de poner límites diciendo que es hasta este o aquella y que se distanció de lo dicho por Pichetto en Entre Ríos cuando dijo que "no tenemos nada que ver ni con la Cámpora ni con Cristina Fernández".
Para sorpresa de todos Schiaretti sentenció: "Hay que dar vuelta la página, armar otra vez una liga de gobernadores fuerte y ver quién es el que más mide en cada lugar. Y la que más mide en la provincia de Buenos Aires es Cristina Kirchner", lo que provocó la reacción de los asistentes que se miraron perplejos. Las caras de sorpresas lo apuraron a aclarar que "por eso mismo, los gobernadores tenemos que meternos en el armado bonaerense para fortalecer una alternativa a Cristina, que debe incluir a Sergio Massa y Florencio Randazzo. Si no armamos una alternativa potente, no nos podemos quejar que los intendentes sigan en Unidad Ciudadana".
Compuesto el ánimo después de la aclaración muchos de los presentes coincidieron en la figura del Caballo de Troya si dejaban entrar a los kirchneristas al PJ. Uno de los diputados provinciales dijo "Ya sabemos como son, van a entrar calladitos y haciendo buena letra y después van a querer controlarlo todo, así funcionan".
Los massistas pidieron tener un pan de trabajo definido para noviembre mientras que Urtubey repitió que recién en marzo decidirá si quiere o no ser candidato presidencial. Si hubo coincidencia en buscar la unidad como objetivo y dejar el tema de la intervención del partido como una guerra entre Barrionuevo y Gioja y que la justicia defina el tema.
Mientras tanto estos peronistas seguirán trabajado por fuera del partido que ya parece definir claramente que no permitirán el ingreso del mundo K a sus filas, lo que hace suponer que Cristina y su gente reacomodará Unidad Ciudadana para desplegarlo como un partido alternativo al peronismo tradicional. Ella tiene los votos pero necesita infraestructura porque la pelea será en todo el país y no solo en la provincia de Buenos Aires.
Hay que ver si actitudes de diálogo como la de Pichetto cambian en los días que vienen, si endurecerán su postura frente al Gobierno o no, eso dirá si estas reuniones del peronismo, que seguirán en La Rioja y Chaco, dan el resultado esperado. Massa se ha sumado al juego de ir a las PASO, Randazzo esperará unos días más para definirse. Todo indica que hasta ahora son tres los candidatos a ser el elegido de los justicialistas para ir a las urnas el año que viene: Urtubey, Massa y Randazzo.
Macri sigue con atención estos encuentros porque sabe que es casi seguro que de allí saldrá su rival para las presidenciales y también espera la reacción de Cristina que juagará sus cartas después del Mundial de Rusia, a comienzo de julio cuando haga una convocatoria para saber realmente qué lugar ocupa su partido y hasta dónde quiere llegar. La campaña empezó en sus primeros escarceos y el clima se irá endureciendo según pasen as semanas.