¿Para qué sirve leer novelas?
Por Alejandra Laera
Fondo de Cultura Económica, 191 páginas
Doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires, investigadora del Conicet y codirectora de la maestría en Periodismo Narrativo en la Universidad Nacional de San Martín. Todo ese background bien académico le pertenece a Alejandra Laera, quien acaba de sumar un nuevo eslabón a él con el libro ¿Para qué sirve leer novelas?.
En su flamante texto, la autora elige novelistas argentinos del siglo XXI y conecta sus obras con el capitalismo moderno. Entre los seleccionados, se encuentran nombres clave de nuestra literatura como Ricardo Piglia -Los diarios de Emilio Renzi-, Juan José Becerra -El artista más grande del mundo- y Gabriela Cabezón Cámara -Las aventuras de la China Iron.
Laera no comenta las novelas elegidas sino que trata de leer en ellas algo que están diciendo de manera no explícita y realiza una lectura crítica muy precisa.
Se trata de una nueva época y nuevas lecturas, advierte la autora. Ya lo anticipa desde la introducción: “Atrás han quedado los tiempos en los que la literatura, en especial la novela, cumplía un papel social que excedía el entretenimiento y la distracción, la terapéutica del yo y la autofiguración, tan frecuentes hoy en día, y contribuía en cambio a diseñar visiones del mundo o a activar imaginarios emancipadores”.
La académica abunda en por qué nos interpelan ahora, qué nos dicen del mundo capitalista actual y cómo explican las condiciones económicas. Vuelve a aclarar que nunca enseñan, que no dan lecciones. Y explica que esa función comprensiva de la realidad en la literatura está depositada social o culturalmente pero vuelve a insistir en que nunca entregan una propuesta concreta a seguir.
Muy atractiva para expertos en literatura, el material indaga en profundidad utilizando un marco teórico que incluye autores como el filósofo francés Jacques Rancière o el británico Mark Fisher.
Por supuesto, también se trata de un recorte personal que acerca una visión del mundo, atractiva o no para algunos lectores, según sea su posición ideológica. Sin embargo, si se busca un texto que desafíe con una innegable solidez argumental, en esta obra se lo encontrará, sin dudas.