Hace pocos meses atrás el Sr. Roggio reconoció ante un juez federal que por años le entregó a funcionarios públicos el 15% de la recaudación por peaje de sus concesiones viales. Igual admisión efectuaron otros miembros del Club de la Obra Pública.
El dinero de la corrupción siempre termina fuera del país (1) con su consecuente reducción de reinversión, ausencia de crecimiento y desocupación.
Los sobornos están lejos de ser cosa juzgada. Pero los pagos reconocidos por los sobornantes y con testigos varios (choferes, personal de seguridad, etc.) no son controvertidos. Quedará para el tribunal determinar la responsabilidad de cada uno y la pena que les toca. Por lo pronto tanto el ministro a cargo como dos secretarios de transporte están presos en forma preventiva.
Ahora bien, resulta que todos los contratos por los corredores viales, las renovaciones y prórroga, los cambios de tarifa se han tornado nulos tras la admisión de pago de sobornos. Tanto los fiscales del fuero contencioso administrativo como las autoridades del Ejecutivo actuales ya deberían estar pidiendo la nulidad de los contratos. Es más, tienen la obligación de revisar su ejecución pasada, porque ¿para qué pagaron sobornos? O para recibir una tarifa que no corresponde o para no ser multados por el incumplimiento de obras o por las dos cosas.
EL QUID
El principal problema que tienen los productores argentinos (industriales o rurales), son los impuestos. Este costo afecta por igual a los ciudadanos-consumidores, a los comerciantes y a quienes producen, ya sea bienes agropecuarios, industriales o mixtos.
Esa carga impositiva es la responsable de que hace siete años la Argentina no crezca, el empleo privado decrezca y seamos todos cada día más pobres.
El segundo problema que tenemos es el costo del flete (2). Tiene varios componentes:
a) La carga impositiva de los combustibles
b) La carga impositiva de la compra y transferencia automotores nuevos o usados.
c) La falta de empleo de combustibles alternativos -resulta inexplicable que exportemos biodiésel y no lo usemos -.
d) La falta de medios de transporte alternativos al camión -barcos, barcazas y trenes-.
e) Los peajes o lo que es lo mismo, la sociedad insana entre el Club de la Obra Pública y los políticos de turno.
Esta sociedad entre el Club y los funcionarios sobrevivió varios gobiernos desde Menem a hoy. Al punto de, finalmente, poner al frente de la Nación a uno de sus miembros: Mauricio Macri. Una de las primeras decisiones de gobierno del actual presidente fue autoaumentarse los peajes, lo que debe ser revisado por la Justicia.
SABOTAJE
El costo del peaje ataca, bajo la línea de flotación, las producciones de todo el país. A los productores e ingenios azucareros de Jujuy, a los productores de garbanzos y porotos de Salta, a los de maní de Córdoba, a las madereras de Misiones y Corrientes, a la producción -totalmente exportable en otras condiciones- de pacú de Formosa.
El alto costo de transporte afecta a todos los consumidores de Argentina -nos hace a todos más pobres porque cada durazno, cada lavarropas los debemos pagar más caro- pero también manda a la quiebra a numerosas producciones de todo el país porque les hace imposible competir.
La destrucción de los ferrocarriles y de las flotas fluviales o marítimas ha sido beneficiosa para los concesionarios viales. El transporte automotor se convirtió en el único existente en un país gigantesco. Y quienes se benefician no son otros que los que confesaron ante un Juez Federal el pago de sobornos.
La Justicia Federal castigó a los responsables del estrago de Once. Tanto por el estrago en sí, como por el desvío de fondos (subsidios) que debieron ir al mantenimiento de vías y material rodante y terminaron en los bolsillos de funcionarios y concesionarios corruptos.
Sin embargo la Justicia Federal no se ocupó de los desvíos de fondos de las otras concesiones (San Martín, Belgrano, Mitre, Roca, etc.).
Los informes de la Auditoría General de la Nación, que constituyeron prueba de cargo para condenar a funcionarios federales y concesionarios de la línea Sarmiento, sostenían que el sistema de desvío de fondos, incumplimientos de obligaciones contractuales y estado calamitoso de las vías y formaciones era similar en todas las líneas. Lo demostraron con pelos y señales. ¿Quiénes eran los concesionarios? Roggio y Macri. Los mismos que tienen a cargo concesiones viales. Los mismos que aceptaron haber pagado sobornos.
Si la justicia federal hubiera actuado en ese momento, ambos hubieran sido separados de sus concesiones, no sólo férreas, sino viales también, ya que hubiera quedado demostrado ante los tribunales que no eran gente digna de ser contraparte del Estado.
Desde ya que escapa toda lógica que se le concesione a la misma persona dos medios de transporte (vial y férreo) que deben competir y no coludir.
Estos concesionarios que cobraron subsidios multimillonarios y no repararon ni vías férreas ni material rodante son los mismos que cobraron peajes y no mantuvieron la capa asfáltica. Ni siquiera cortan el pasto de las banquinas.
DESPROPORCIONADO
Son los responsables parciales, junto a los políticos, de que los consumidores paguen precios fuera de toda proporción por manzanas de Río Negro o cítricos de Entre Ríos o tejidos de algodón del Chaco. Estos concesionarios, junto a sus socios los políticos, hacen que deban funcionar a pérdida numerosos empresarios en la Argentina. Los industriales y productores agropecuarios usan los micrófonos de los que disponen para pedir subsidios para compensar estos sobreprecios en lugar de pedir lo correcto y es que cese este abuso.
Los beneficiados son sólo un puñado de familias. Menos que los dedos de las manos. Que vienen desangrando a empresarios y trabajadores por igual en las últimas décadas y decididamente, con inusitada angurria en el siglo XXI. El cambio de gobierno del 2015, lejos de morigerar este exacción a todos los privados, sólo lo exacerbó.
Tal vez sea hora de jubilarlos a todos. Ya los hemos hecho lo suficientemente ricos. Es la Justicia del Fuero Federal Contencioso Administrativo, a la luz de la información de la Justicia Federal Penal, quien debe resolverlo.
Será un gran paso de madurez que los empresarios que tienen siderurgias, ingenios, hilanderías, empacadoras, frigoríficos, destilerías, elaboradoras de alimentos, los productores agropecuarios, dejen de lado su solidaridad empresarial y reconozcan que los parásitos no lo son sólo del Estado, lo son de todos, empresarios y empleados por igual.
FIDEICOMISO
Como último tema, el presidente apenas asumió dijo haber armado un fideicomiso ciego. Ahora se presenta un hecho nuevo: en diciembre del 2018 los abogados de Franco Macri comunicaron a un Juez Federal que su defendido no está en condiciones mentales de dar declaración. ¿Quiere decir que tampoco está a cargo de sus empresas? El hermano del presidente declaró ante el juez que vive fuera del país y en nada interviene en las empresas familiares. Entonces, ¿quién está a cargo? ¿El presidente de la Nación? En ese caso, ¿hay conflicto de intereses entre las concesiones de las empresas de la familia Macri y el presidente Macri?
El presidente desde que asumió se ha mostrado indolente en cubrir sus responsabilidades como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y como Presidente de la Nación: le da fiaca ir a desfiles en fechas patrias y se va a jugar al ping-pong, no honra a Manuel Belgrano en su día, no va a las asunciones presidenciales de naciones hermanas, visita a los deudos de gente a su cargo en joggineta, tiene provincias enteras bajo el agua y continúa sus vacaciones. En cambio se ha mostrado diligente en resolver sus propios negocios.
De Vido, Jaime y Schiavi están presos. ¿Qué le hace pensar a Dietrich y Macri que no seguirán la misma suerte?
* Economista.
1 - http://www.laprensa.com.ar/468013-El-dinero-de-la-corrupcion-nunca-vuelve.note.aspx
2 - http://www.laprensa.com.ar/467383-El-mecanismo.note.aspx
3 -http://http://www.laprensa.com.ar/470596-Si-no-abaratamos-los-fletes-el-pais-no-arranca.note.aspx