La querella en el juicio contra el policía Luis Chocobar pidió este viernes la condena a prisión perpetua por haber cometido una “ejecución extrajudicial” contra Juan Pablo Kukoc, uno de los asaltantes que hirió de extrema gravedad a un turista estadounidense en el barrio porteño de La Boca en diciembre de 2017.
Pablo Rovatti, defensor oficial que representa a la familia de Kukoc, sostuvo en su alegato que Chocobar “usó la fuerza letal en un supuesto donde esto está terminantemente prohibido”.
“Eso es una ejecución extrajudicial, un caso de gatillo fácil, que merece la pena más alta que prevé nuestro ordenamiento jurídico”, sostuvo ante el Tribunal Oral de Menores número dos.
“Chocobar le disparó unas seis veces directamente al cuerpo de Kukoc, quien corría de espaldas y no representaba ya un peligro para nadie”, subrayó.
Kukoc y un menor de edad que está siendo juzgado en este mismo proceso con Chocobar asaltaron al turista norteamericano Frank Wolek para robarle su cámara fotográfica y en ese contexto lo apuñalaron en el corazón y lo dejaron malherido.
Los vecinos consiguieron retener a Kukoc e incluso recuperaron la cámara, pero según la acusación Chocobar llegó a la escena y disparó al aire, con la presunta intención de amedrentamiento para restablecer la calma.
“Una vez que los vecinos le sacan a los golpes la cámara a Juan Pablo Kukoc, Chocobar dispara al aire algunas veces y entonces los vecinos se dispersan y Juan Pablo se escapa corriendo”, describió el defensor Rovatti.
En su alegato, descartó el relato de Chocobar, quien dijo que se sintió amenazado porque Kukoc giró sobre sus talones en la huida y amagó con abalanzarse sobre el policía para agredirlo.
“Esa versión no tiene ningún sentido y quedó desmentida por el hecho de que las dos lesiones mortales son por la espalda y que el video muestra justamente a una persona corriendo de espaldas”, replicó Rovatti.
Además, descartó que –tal como lo sostuvo en su indagatoria- Chocobar haya disparado “para abajo”, lo que demostraría que “no quería matar a Kukoc”.
“Es falso que haya disparado para abajo, están las fotos de las marcas que dejaron en la pared algunos balazos. Una de ellas está nada menos que a 2,4 metros de altura, otra a más de un metro. Eso no es disparar para abajo”, refutó.
En ese contexto, también minimizó los resultados de un peritaje que indican que una de las balas que mató a Kukoc rebotó contra el suelo antes de introducirse en su cuerpo.
“El rebote o no rebote del segundo proyectil es anecdótico, no tiene ninguna relevancia jurídica, es pura y exclusivamente un intento de distraer a la opinión pública. ¿Qué puede importar si una bala rebotó cuando un policía le dispara seis veces y mata a una persona que se escapa de espaldas?”, se preguntó el acusador.
Chocobar –agregó- sabía que los límites que el reglamento policial y la Constitución le imponen a su accionar como fuerza de seguridad, pese a lo cual “usó la fuerza letal en un supuesto donde esto está terminantemente prohibido”.
“La tolerancia o indulgencia con estas prácticas envía un mensaje muy peligroso a la sociedad, deja desprotegidas a las víctimas y fomenta la repetición de hechos similares”, resumió Rovatti.
Por su parte, la madre de Kukoc, Ivone, reflexionó ante el tribunal que “su hijo no tuvo derecho a un juicio “como sí lo tiene Chocobar” y el menor imputado, cuya identidad permanece en reserva por razones legales.
“La mejor prueba de que no era necesario matar a los tiros a su hijo es que justamente el menor que participó del robo al turista Wolek está siendo juzgado y va a ser severamente castigado”, reiteró.
Por la tarde está previsto el alegato de la fiscal Susana Pernas.