María José Demare estaba sentada en una mesa del café Gijón de Madrid cuando vio por primera vez a Luis Eduardo Aute. Ella esperaba sola y él llegó junto a su esposa, Maritchu Rosado. "Llegaron los dos muy serios; él quería saber por qué yo cantaba sus canciones. Le conté la historia y poco a poco se fueron dando más encuentros y descubrimos que teníamos mucho en común", recuerda la actriz y cantante.
El encuentro entre la artista argentina y el compositor y cineasta nacido en Filipinas pero radicado en España (donde falleció en 2020) se había empezado a gestar unos días antes, cuando ella cantó una de las canciones de Aute en la casa de unos amigos y alguien dijo que conocía al poeta. Ese primer encuentro, que terminó en una amistad que incluyó el envío de muchas cartas, la producción de un demo y el intercambio de material, hizo que naciera ‘Aute por Demare’, un disco que está nominado a los Premios Gardel este año y que la actriz y cantante presentará este viernes, sábado y domingo desde las 20 en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151), con entrada libre.
LA HISTORIA
-¿Con qué se va a encontrar el público?
-Este es un espectáculo que, si bien es la presentación del disco ‘Aute por Demare’, que salió a fines del año pasado, no es solamente un recital. Yo digo que es una especie de unipersonal: va a tener videos, anécdotas, algo diferente, como para no presentarlo como un concierto y nada más. Es un cuento en el que también va a estar mi familia artística presente, mi padre (el reconocido cineasta Lucas Demare) y mi tío (el compositor Lucio Demare). Además, yo soy cantautora y quería contar por qué, si casi siempre canto mis temas, esta vez canto a Aute. Porque si no queda como que hoy se me ocurrió cantar a Luis Eduardo Aute, como si fuera a Serrat o a cualquier otro, y en realidad hay una historia detrás de esta elección.
-¿Cómo comenzó su vínculo con Aute?
-Lo descubrí en los años ‘60 porque él era artista plástico y director de cine. Mi hermana estudiaba Bellas Artes y a través suyo creo que vi algunas pinturas y dije "qué interesante lo que hace este tipo". Un día encontré un disco en una disquería chiquita y me lo compré. Eran 24 canciones suyas, y me encantó. Me inspiró a empezar a componer. Yo empiezo a componer mis canciones y soy cantautora porque hubo un disco Aute que me impulsó a hacerlo. Por eso tiene un valor para mí. Después, durante cinco años él no cantó y en el año ‘74 lanzó un disco que me marcó a mí y a mucha otra gente, que se llamó ‘Rito (Canciones de amor y muerte)’. Yo empecé a cantar esas canciones e iba a la casa de mis amigos y todo el mundo empezó a conocer a Aute por mí. Cuando viajé a Madrid, donde estuve viviendo algunos años, a los dos días, en una reunión, me puse a cantar sus temas y una persona me dice: "Yo soy amigo de Aute. ¡Qué raro que cantes sus canciones porque nadie lo conoce en la Argentina!". Y al día siguiente me avisó que le había contado a él de mí, que no lo podía creer y que me quería conocer. Nos hicimos amigos y un día me escuchó cantar y me quiso producir. Después yo me fui a Francia y el vínculo siguió por carta. Una de ellas aparece en la portada de mi nuevo disco.
EL ENCUENTRO
-Son pocas las veces en las que un artista tiene la posibilidad de conocer a quien lo inspiró de esa manera.
-Sí, y además sin buscarlo. Esto lo cuento en el espectáculo: a mí jamás se me hubiese ocurrido conocer a Aute. Para mí era un tipo que escribía canciones divinas, que yo cantaba, nada más. Cuando fui a España nunca se pense: "¿dónde está Aute que lo quiero conocer?". Pero mi amigo, que en realidad era el marido de una amiga, me llamó y me dijo que él no podía creer que haya una argentina que cantara sus temas. Y fijate que además, como él dirigía cine, era fanático de mi viejo.
-¿Fantasea con qué le diría él sobre este trabajo?
-Le encantaría; y yo ya le hubiese mandado el disco, por supuesto. Lamento muchísimo que no esté porque él me escribía de una manera muy cálida. Por ejemplo, sobre una canción que nunca grabé me decía: "Escribes con letras poderosas". Tengo mil cosas escritas de devoluciones que él me hacía. Era un tipo con nada de ego. En todas sus cartas me decía: "Gracias por tus elogios inmerecidos". Y me regala muchos elogios él a mí. Me acuerdo que en un momento yo estaba escribiendo un tango sobre una travesti, que no era común en esa época, y él me decía que era hora de que yo rompiera ese cascarón. Y en la portada del disco, en la carta, se ve que me pone “que seas tremendamente feliz". Así que ahora, cuando termine el espectáculo, le voy a decir "Eduardo -porque a él le gustaba que lo llamen así-, con este disco y esta nominación soy tremendamente feliz".
-¿Cómo tomó la nominación a los Premios Gardel?
-Bárbaro. Es la quinta nominación que recibo y el año pasado lo gané (por su álbum ‘Emociones’). Esta vez me gustó mucho porque es un disco especial, no son canciones mías. Yo decía: "si hay un disco que merece estar nominado es este con las canciones de Aute". Además, el trabajo que hizo Dany Vilá (arreglador y director musical) es increíble. El suyo y el de toda la gente que trabajó, porque un disco no se hace solo. Estamos todos felices y ahora, a cruzar los dedos, porque las nominaciones te alegran pero si lo ganás, mucho mejor.