Opinión

La defensa de nuestra soberanía­

 

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­Obligado es sinónimo de coraje criollo, por su importancia histórica y el valor político de gesta, de Obligado, donde varones y mujeres argentinas defendieron nuestra soberanía a costa de sus vidas. Francia y el Reino Unido, en su expansión imperialista que abarcó de Africa, Medio Oriente, India y China, tuvo en la mira a nuestro continente. Y tuvo un obstáculo: la Confederación Argentina y la resistencia encarnada por su pueblo, bajo la conducción del Brigadier General Juan Manuel de Rosas

Ernesto Palacio, en su `Historia de la Argentina 1515-1938' (1954), apuntó: "¿Qué significa la intención de someter al país por la fuerza sino la conquista armada? De nada valen las tergiversaciones ni los distingos. La nación que se somete a una fuerza superior pierde su autodeterminación, que es la cualidad de su soberanía, y pertenece desde ese momento al vencedor, cualquiera sea la forma en que pretenda disimularse la conquista. De que esto lo vieron en esa circunstancia claramente los argentinos da fe la entusiasta unanimidad con que todo el país -salvo un puñado de emigrados- acompañó al general Rosas en su actitud enérgica y digna. Todas las provincias, con sus gobernadores y legislaturas, se pronunciaron contra la agresión y ofrecieron sus contingentes para resistir. El glorioso general San Martín escribía desde su retiro poniendo su espada y su persona al servicio de la nación y felicitaba al gobernador de Buenos Aires como defensor de la independencia americana. la prensa liberal del mundo empezaba a interesarse por la lucha iniciada en el Río de la Plata y acompañaba con su auspicio el derecho hollado del débil, en quien veía al defensor de los principios republicanos y de la causa general de América contra los poderes retrógrados de Europa"

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BLOQUEO DE BUENOS AIRES­

En el marco de la potencial disputa armada de Francia e Inglaterra contra nuestras tierras, sus plenipotenciarios Deffaudis y Ouseley, respectivamente, el 18 de septiembre de 1845, presentan la declaración de bloqueo a Buenos Aires, mientras la flota anglofrancesa se aprestaba a la intervención armada, en tanto Garibaldi empezó con sus ataques y saqueos a ciudades entrerrianas y uruguayas.­

La réplica argentina en manos del ministro de relaciones exteriores Felipe Arana no se hizo esperar. En tanto, Rosas envió a la Legislatura un pedido de suspender los pagos mensuales al empréstito Baring, acordado el año anterior. Los legisladores sumaron expresiones de apoyo al Restaurador sobre esta medida y críticas al bloqueo.­

Julio Irazusta en `Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia' (Tomo V) (1975) visibilizó declaraciones del legislador Lorenzo Torres, quien expresó: "Cuando (Rosas) se hallaba cumpliendo religiosamente con este compromiso, se ha visto repentinamente asaltado con un bloqueo, hecho con infracción al derecho de gentes, y cuyo primer efecto ha sido el de disminuir las rentas del tesoro público. Los acreedores, pues, no pueden jamás culpar al gobierno, por la suspensión de un deber que ha cumplido desde que lo contrajo, y mientras ha recibido todas las rentas ordinarias de que hoy se le priva. Disminuidas éstas. queda éste en imposibilidad de llenar su compromiso. Los recursos que hoy tenemos no pueden, no deben emplearse en otra cosa que en salvar la patria, sostener nuestra soberanía, defender nuestra independencia, y librar nuestra tierra de unos enemigos, que invocando humanidad y civilización, sólo vienen a recolonizar estos países. No son los principios, no son los hombres, los móviles de los Ministros de Ynglaterra (sic) y Francia; es nuestra tierra la que buscan, es la del Estado Oriental lo que pretenden. Ellos las verán ambas empapadas en sangre, antes que tremolar vencedores un pabellón, que sólo aleve y traidoramente han tremolado en algún punto de ellas, cuando en medio de la paz más completa nos han asaltado, victoreando a la humanidad en instantes en que la unión con el pirata Garibaldi sacrificaban innumerables familias americanas; y mofándose de la civilización arrasaban la Colonia, invadían Martín García, y no observaban otra ley que la del cañón. Nuestros recursos, repito, no pueden, pues, ni deben, distraerse a pagar deudas, sino a defender, a salvar nuestra tierra"

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APRESTOS PARA EL COMBATE­

Los aprestos para el combate se dinamizaron. Según Irazusta: "La astucia de Rosas, de hacer propalara rumores sobre la obstrucción de los canales fluviales con piedras y barcos cargados de arena, dio algún tiempo a preparar las baterías del Paraná, que en un principio se creyó no poder llegar a construir antes del ataque anglo -francés. Mansilla. comunica que se trasladará al lugar donde primero pensó instalar las baterías, a saber: Obligado; lo que realizó en seguida con toda la División del Norte en 11 transportes. A los 6 días de estar de nuevo allí, ya anuncia que ha colocado la cadena a través del Paraná, en una ristra de barcos acoderados. Al mes, anuncia que ha mejorado notablemente las baterías, y que organizó una flotilla de 16 lanchones. El 31 de octubre de 1845 salía de Santos Lugares, al mando del coronel Ramón Rodríguez, la mayor parte de tropa que había de pelear en Obligado, adonde llegó el 8 de noviembre".­

Esas cadenas que pretendieron impedir el avance anglofrancés, trayendo el libre comercio y los cañones del imperialismo. Dividir nuestro territorio en la "república de la Mesopotamia" y someternos como colonia. Mercenarios argentinos, italianos -como Garibaldi- y alemanes. Demasiados cañonazos necesitaron para exterminar a Mansilla, Thorne y demás patriotas en las cuatro baterías.­

Luego de la derrota militar el triunfo político: ataques repelidos por las fuerzas nacionales en las costas argentinas, fracaso en el intercambio comercial y desmoralización del invasor europeo.­

De los cañonazos de guerra a los cañonazos para desagraviar a nuestra enseña de la Confederación. De la sangre derramada a la victoria por la Soberanía. Fue esa lucha llevada adelante por Rosas y su pueblo lo que nos hermano con otras naciones en Africa y Asia que luchaban contra el imperialismo.­

Hubo victorias y derrotas, los años pasaron, pero las luchas son las mismas. La arenga de Lucio Mansilla aún resuena en nuestro sentimiento nacional: "Vamos a resistirles con el ardiente entusiasmo heroico de la libertad"

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* El autor es politólogo; Docente de la UCES; Secretario del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas.­