Si algún adulto mayor de 50 años despidió el 2020 sin haberse hecho controles prostáticos ese año, por culpa de la pandemia, olvidos o por temor al diagnóstico, estos primeros meses del año son una oportunidad inmejorable para sacar turno con su urólogo de confianza. Si no conoce a ninguno, seguramente su médico de cabecera sabrá a quién recomendarle. No es un tema menor: el de próstata es un tumor frecuente y potencialmente grave, pero si se lo encuentra a tiempo, se puede frenar su avance evitando que ponga en riesgo la vida.
“Todo indicaría que este nuevo año va a verse teñido también de cierto distanciamiento o aislamiento, hasta tanto no se logre controlar la pandemia de covid-19. En ese contexto, no deberíamos permitir que se repita la situación del año pasado, en la cual la enorme mayoría de la población descuidó aspectos centrales de su salud, suspendiendo o postergando chequeos anuales”, resaltó Marta Artigas, fundadora y presidente de ACIAPO.
”Ya estamos viendo más cáncer y tumores más avanzados que antes. En el caso de la próstata y de cualquier tipo de cáncer, realizarnos los controles necesarios es, indudablemente, la mejor manera de cuidarnos”, añadió.
“Por otro lado, la falta de consulta y controles del año pasado generó además una demora en el seguimiento de casos de cáncer de vejiga, lo que hizo que los pacientes lleguen a la instancia de cirugía con tumores avanzados y de peor pronóstico”, advirtió por su parte el doctor Diego Barreiro, médico urólogo, jefe del servicio de Urología del Instituto de Investigaciones Médicas ‘Alfredo Lanari’.
“El Día Mundial contra el Cáncer es una gran oportunidad para recordarle a la gente la importancia de aquellos controles que nos permiten detectar a tiempo una enfermedad oncológica. En la visita al urólogo en los varones a partir de los 50 años (o a partir de los 40, si hay antecedentes familiares o la presencia de la mutación genética denominada BCRA1/2), el especialista solicitará los estudios que considere apropiados para evaluar la salud de la persona y, eventualmente, diagnosticar a tiempo una enfermedad potencialmente grave como el cáncer de próstata”, afirmó Barreiro.
Entre los tipos de cáncer en hombres en nuestro país, el de próstata es el más frecuente, representando 1 de cada 5 diagnósticos, con cerca de 12 mil nuevos casos cada año. Además, contrario a lo que se cree, es un serio problema de salud que puede complicarse y, de hecho, ocupa el tercer puesto en mortalidad por cáncer en hombres, con cerca de 3.700 fallecimientos anuales, detrás del de pulmón y del de colon-recto.
Es ideal que el hombre tenga un urólogo de confianza al que visitar anualmente y allí, en el diálogo médico-paciente, evacue dudas, erradique mitos, aclare si determinados síntomas son propios de la edad o si pudieran estar reflejando la existencia de alguna enfermedad prostática o genitourinaria.
Tal como refirió Barreiro, esto es relevante porque “persiste el mito de que orinar muchas veces por noche, que disminuya el flujo de orina, urgencia miccional o dificultades para vaciar la vejiga son parte inevitable del envejecimiento, mientras que, en realidad, podrían ser signos de la hiperplasia prostática benigna, una condición diferente del cáncer de próstata, pero que tratándola puede mejorar significativamente la calidad de vida”.
“Hoy día contamos con las herramientas adecuadas para diagnosticar cáncer de próstata localizado (cuando es asintomático), pero no hay campañas a nivel del gobierno para detectar el cáncer de próstata en forma precoz. Se calcula que en Argentina más del 30% de los nuevos casos de cáncer de próstata debutan con metástasis; este número podría descender a menos del 5% (como en los países desarrollados) realizando controles en forma periódica a todos los hombres”, describió Barreiro.
Una vez detectado el cáncer de próstata, para su tratamiento hoy se dispone de múltiples y muy buenas herramientas terapéuticas, como cirugía, radioterapia, vigilancia activa, observación, terapia hormonal, quimioterapia o una combinación de algunas de ellas. En cada caso, según las características del individuo y el tipo y estadio del tumor, el especialista, en conjunto con el paciente, decidirá la mejor opción de tratamiento. A los pacientes con cáncer de próstata localizado se les indican tratamientos con fines curativos.