Los obispos de todo el país, reunidos en asamblea plenaria en Pilar, acordaron "el reemplazo gradual de los aportes del Estado por alternativas basadas en la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común", y se trabajará en la "creación de un fondo solidario", según informó el Episcopado al término del encuentro que comenzó el lunes en la casa de retiros El Cenáculo.
La Iglesia aceptó hoy el reemplazo "gradual" de los aportes que recibe del Estado, lo que implica asignaciones a los Obispados y becas para seminaristas y parroquias de frontera por un total de 130 millones de pesos anuales.
A través de un comunicado emitido en el marco de una Asamblea Plenaria del Episcopado, los prelados señalaron que pasarán a basar el sostenimiento del culto a partir de "la solidaridad de las comunidades y de los fieles, asumiendo el espíritu de las primeras comunidades cristianas, que ponían lo suyo en común, indicó".
Además, informaron que se creó una Comisión Episcopal para el sostenimiento de la misión evangelizadora de la Iglesia.
Según se informó, la Comisión trabajará en la creación de un "fondo solidario y la continuidad del diálogo con el Gobierno Nacional, consensuando diversas alternativas que facilitarán este reemplazo".
El presupuesto total que el Estado nacional destina a la Iglesia Católica para el pago de una asignación a obispos y el sostenimiento de parroquias de frontera, entre otras cuestiones es de 130 millones de pesos, señaló la Iglesia.
La cifra se mantiene prácticamente sin modificaciones desde 2016; en tanto, en 2017, el Episcopado recaudó $44,4 millones de donaciones de fieles para ayudar a regiones necesitadas, se informó.