Marcelo Ezquiaga presentó su nuevo álbum "Un buen pescador"en la inauguración del hotel Bonito (Chile al 1500), donde tocó junto con Las últimas cosas, la banda que lo acompaña y que integran el baterista Manu Caizza y el bajista Mariano Trasvorder.
Luego de 6 años al frente del grupo Mi Tortuga Montreux, con el que editó los discos "Mar del Plata en invierno" (2002), "Mapa" (2005) y "Mi Tortuga Montreux" (2006), Ezquiaga decidió por fin lanzar su carrera solista y seguir abriéndose pasó a fuerza de talento en el mar de la música independiente.
PENSAR EL DESEO
"Dejé de pensar en la conveniencia y empecé a pensar más en el deseo, que es mucho más importante", afirmó el músico y cantante en una entrevista con Télam, y agregó que su decisión se vincula con "una búsqueda de crecimiento artístico y de madurez personal".
El arte de tapa del disco, una serie de óleos del dibujante e historietista Liniers, tiene como protagonista a un pescador que espera pacientemente en su bote, en medio del mar, que alguno de los peces que nadan a su alrededor pique por fin en el anzuelo de su caña.
"La idea inicial de la tapa era un pescador a quien los peces le hacían un truco y le enganchaban el anzuelo a su propia bota. Me parecía que eso representaba la idea de pescarse a sí mismo. Como este es mi primer disco solista, eso muestra que yo mismo estoy buscando más profundo en mí para ver si pico", graficó el artista.
CON POP Y ROCK
En sus temas, donde combina pop y rock para transmitir un estado de ánimo lúdico y festivo, Ezquiaga hace referencia más de una vez a la pesca y la carnada, y esboza la idea de que melodías y palabras están en el agua, y que el músico es alguien que las pesca, les da forma y las regresa al mar para que lleguen hechas canción a los demás.
-¿De alguna manera te sentís un buen pescador?
-Es un título que tiene ironía, porque habla de un pescador que piensa que va a pescar algo más y se termina pescando a sí mismo. "Un buen pescador" es de algún modo mi otro yo diciéndome: "Pensabas que ibas a pescar otra cosa y te terminaste pescando a vos mismo".
-¿Cómo fue el proceso de transición entre Mi tortuga Montreux y esta nueva etapa? ¿Qué estás buscando?
-Estoy buscando madurez. Como músico salgo a la luz, porque uso mi propio nombre. Mi tortuga Montreux era un juego de palabras, pero mi nombre me identifica para empezar a hacer música desde el lugar de compositor, como un escritor, como un director o como un actor, no como una banda.
-¿Y cómo viviste ese tránsito?
-Fue muy largo, pero el momento en el que llegó la decisión fue irreversible. Me di cuenta que estaba pasando a otra etapa y que tenía que aceptarlo. La idea que rescato es poder entenderme y comprender más mis defectos para poder resolver más rápido ciertas cuestiones creativas. Este disco refleja mi mundo pasado los treinta años, es mi búsqueda de la madurez.
EN OTRA AVENTURA
-¿Cómo trabajaste tus nuevas canciones?
-Traté de no usar demasiados procesos, usé poca tecnología para que se lucieran las canciones y la composición. No afiné voces, no grabé retomas ni hice cosas habituales en una producción moderna, porque tengo la idea de que el mundo globalizado hace que todo se parezca mucho. Y no quiero que mi música esté atada a la tecnología.
-¿Hay alguna intención en tu disco de reivindicar el pop argentino de los 80?
-No hay una intención, pero sí hay una influencia clara de bandas como Virus y Los Abuelos de la Nada, por una forma de hacer música y por el cambio que trajeron. Me influenció mucho la imagen de Federico Moura y su forma de encarar la música. Además, para grabar los teclados estuve escuchando mucho "Yendo de la cama al living", de Charly García.
-¿Qué significa este disco para tu carrera?
-Es como un destrabar la palanca en un montón de aspectos. En el musical, porque me parece que es mucho más libre, y en lo que hace a las letras, porque creo que estoy haciendo las cosas con mucho más detalle, porque me parecen muy importantes las cosas que puedan expresar las palabras.
-Las canciones parecen una celebración, son muy alegres.
-Traté de que se pareciera a mi estado de ánimo en general, que es más bailable. Yo camino bailando y cantando por la calle. Vivo cantando. Cocino y me ducho bailando y cantando, soy un poco aparato pero a mi me gusta mucho y me hace muy bien cantar para la vida.