El presidente de River, Jorge Brito, se refirió a la venta del mediocampista Rodrigo Villagra y la irrupción de inversores extremos en el fútbol argentino, dejando en claro su postura respecto a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
El dirigente afirmó que la transferencia de Villagra "todavía no está materializada" y explicó que el retraso se debe a la falta de un club de destino para el jugador, ya que la operación está vinculada al empresario Foster Gillet, quién aún no encontró institución para incorporarlo.
Brito destacó en una entrevista con "La Página Millonaria" que River mantiene una situación financiera sólida y que su gestión está enfocada en la sustentabilidad económica a largo plazo. En ese contexto marcó su postura sobre el debate de las SAD en Argentina: "No es que estoy en contra de las SAD, pero no nos hagan creer que porque somos una sociedad civil no podemos competir contra los más grandes. Contemos la verdad y no nos vendan que las SAD vienen a resolver todos los problemas".
Con estas declaraciones, el presidente dejó en claro que River seguirá defendiendo su modelo de gestión sin depender de capitales privados externos.
En cuanto al caso Villagra, Brito explicó que la negociación no se realizó directamente con otro club, sino con un grupo inversor que aún no definió el destino del jugador: "Las operaciones de los clubes se hacen con otros clubes. Acá hay una transacción que todavía no está materializada y se va a materializar cuando aparezca un club".
Esta situación también afectó a otros equipos de la Liga Profesional como Vélez, que aguarda la llegada del dinero comprometido en otras operaciones relacionadas con Gillet.
Por último, remarcó que River había planificado un presupuesto de aproximadamente 20 millones de dólares netos para invertir en refuerzos y que el plantel actual es el más costoso del fútbol argentino. Con estas cifras, Brito reafirmó que el club tiene la capacidad de manejarse sin recurrir a modelos empresariales externos, como el que se busca implementar en Estudiantes de La Plata con la llegada de Gillet.