¿Tienen o no tienen armas nucleares?". Esta supuesta frase, que pasará a la historia de las relaciones entre israelíes e iraníes, quedó opacada luego de que Irán demorara la firma de una propuesta para procesar la mayor parte de sus reservas de uranio en Rusia y Francia.
La pregunta, formulada por el embajador iraní ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Alí Asghar Soltanieh, no obtuvo respuesta por parte de la directora de la Comisión de Energía Atómica israelí, Meirav Safari-Odiz.
El encuentro ocurrió en El Cairo, a fines de septiembre, informó el diario israelí Haarezt, aunque la reunión fue desmentida por el gobierno iraní.
Si dicha versión avizoraba un probable diálogo entre Irán e Israel, después de 30 años de fricciones, toda la expectativa generada para que Teherán firme un acuerdo nuclear quedó truncada hasta la próxima semana, cuando este país se reuna con los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China, Rusia, más Alemania.
Se cree que el gobierno persa presentará una contraoferta para comprar combustible nuclear en el exterior, luego de afirmar que no renunciará a sus derechos de producir energía atómica, aunque Israel y los Estados Unidos creen que busca fines militares.
La propuesta presentada en Viena para que Francia y Rusia conviertan alrededor del 70 por ciento de las reservas iraníes de uranio levemente enriquecido para ser usado como combustible, era vista con optimismo por las potencias mundiales, ya que podría retrasar los supuestos planes de fabricar una bomba atómica.
"Lo que es preocupante es que algunos israelíes están privadamente llamando débil a Barack Obama, suponiendo que no pueden confiar más en Estados Unidos sobre Irán", dijo Mark Medish, quien trabajó en la Administración del ex presidente demócrata Bill Clinton.
En una nota en The New York Times, Medish dijo que "Israel puede empezar una guerra contra Irán, pero es dudoso que este país pueda terminarla. Aun si un golpe quirúrgico fuera factible, dado que esta situación conduciría a un asimétrica réplica y a un amplio conflicto en Medio Oriente".
Si Irán no satisface las expectativas de los negociadores de la OIEA se enfrentará a nuevas sanciones por parte del Consejo de Seguridad, ya que Rusia, uno de los principales aliados de Teherán, fue el primero en respaldar el acuerdo de Viena, mientras que Washington advirtió que su paciencia "no es infinita".
El gobierno del presidente Mahmoud Ahmadinejad no parece muy preocupado por responder a los deseos de su colega estadounidense, quien había advertido que quería ver, antes de fin de año, sustanciales progresos en las negociaciones para suspender el programa nuclear.
La situación empeoró luego de que Irán comunicara a la OIEA en septiembre que tenía otra planta nuclear en la ciudad sagrada de Qom, al suroeste de la capital iraní, cuya construcción Estados Unidos conocía desde 2007, según informes de la prensa estadounidense.
No obstante, Ahmadinejad aceptó que un grupo de inspectores de la ONU visite ese sitio a partir de mañana, aunque el jefe de la OIEA, Mohamed ElBaradei, criticó a Teherán por informar a ese organismo un año después que la construcción se había iniciado.
No es la primera vez que Irán defrauda la confianza de los organismos internacionales, debido a que ya recibió tres sanciones de la ONU por enriquecer uranio en su central de Natanz, en el centro del país, durante siete años.
De todos modos, se cree que Teherán pueda estar dilatando la firma de un acuerdo para buscar una solución más apropiada a sus intereses en Medio Oriente, donde países como Siria, Jordania, Arabia Saudita, entre otros, tienen en marcha la construcción de reactores nucleares, según informó diario El País, de España.
Tampoco parece casual que Ahmadinejad, cuya credibilidad quedó reducida luego de que la oposición denunciará fraude en las pasadas elecciones del 2 de junio, haya desmentido aquel supuesto encuentro en la capital egipcia, en el hotel Tour Seasons, reunión que fue confirmada por funcionarios israelíes y un delegado egipcio.
Si Irán acepta el acuerdo de Viena, es posible que las negociaciones fuercen a Israel a clarificar su política nuclear, ya que este país posee entre 80 y 200 cabezas nucleares, según un informe de la Federación de Cientistas estadounidenses y la revista británica The Economist.
A poco de cumplirse veinte años de la caída del muro de Berlín, la carrera nuclear en Medio Oriente parece imparable, teniendo en cuenta que Pakistán y la India cuentan ya con entre 60 y 80 bombas atómicas cada uno.