Opinión
Buena Data en La Prensa

¡Ingrese en la página!

 

La tecnología nos invade y nos obliga a aprender nuevos contenidos. Que nos mantenga activos es bueno, que nos invada, no. Muchas veces nos sentimos violentados al tener que aprender contra nuestra voluntad nuevos sistemas y modos, no solo, para incorporar nuevos servicios, sino para seguir usando lo que ya usábamos.

Nos sentimos llevados a empujones hacia una dimensión desconocida. Vivimos rodeados de claves, contraseñas, QR, cámaras y páginas de internet a las que accedemos por computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes. Todo parece estar a un click de distancia. Con la irrupción de la IA, se abren inimaginables posibilidades.

Se supone que todo esto simplifica trámites engorrosos y hace que no perdamos tiempo en procedimientos inútiles. En fin, uno imagina que esto allanará los caminos que conducen al fin. No siempre es así.

AUTOGESTIÓN

La actividad comercial y las gestiones administrativas en general, están reemplazando la atención face to face por la mediación tecnológica. Cada vez es más frecuente que al consultar por un producto o servicio recibamos como contestación ¡Ingrese en la página!, por más que uno esté frente a un representante de la empresa que tiene lo que nosotros queremos o necesitamos. La solución pasa porque nosotros ingresemos en su página web para informarnos y/o adquirir el producto o servicio que estamos solicitando.

La autogestión pareciera ser un modo de acelerar los trámites, sin embargo, los escollos persisten con la diferencia de que uno también se transforma en el encargado de tener que trabajar para llevarlo adelante o solucionarlo.

Así, por ejemplo, en el supermercado, la “ventaja del autopago” hace que uno escanee los productos, admita el medio de pago, corrobore las promociones y pague. ¡Y por unos momentos trabajó como si fuera empleado del comercio, sin sueldo ni descuentos!

También el personal de una empresa, tiene que autogestionar solicitudes que hasta hace poco realizaba la oficina de personal o de RR.HH. Y si algo no sale bien. ¡Autogestione la modificación!

USO Y ABUSO

Los mayorcitos recordarán cuando comenzaron a popularizarse las presentaciones de Power Point enviadas por e-mail. Con un breve aprendizaje era posible hacer presentaciones hermosas para difundir mensajes positivos y alegres. Así se desplegaba la creatividad y como una muestra de lo mucho que se había aprendido caían una a una, letritas en cascada, surgían pajaritos volando, flores de colores, brillos y demás decoraciones que terminaban siendo una tortura inacabable… y el mensaje quedaba descalificado y en segundo lugar.

Algo semejante está sucediendo con los códigos QR. Con la excusa de evitar el uso de papel, la información (que podría insumir una breve hojita) pasa a tener que ser captada por el celular.

Algo para lo que solo se necesitaba saber leer y tener capacidad de hacerlo, implica necesariamente que el lector sea portador de un celular, cargado, con acceso a internet y cámara. Con lo cual el camino, entorpece la llegada al fin.

CELULAR Y CORREO ELECTRÓNICO

La vida actual nos va agregando instrumentos para poder hacer las tareas cotidianas y dependemos de ellos para poder realizar trámites comunes. La red (nunca más adecuado el nombre) nos rodea por todos lados. Las empresas de servicios, los bancos y los organismos oficiales prácticamente ya no hacen envíos por correo postal y muchos eliminaron la atención telefónica. Nos obligan a tener una dirección de correo electrónico para enterarnos de lo que antes llegaba por carta a nuestro domicilio. Por ejemplo, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires considera comunicación fehaciente el correo electrónico que estamos obligados a dar, así no lo usemos.

El argumento es que hay que usar menos papel para disminuir la tala de árboles, aunque podemos suponer que es una excusa para disminuir costos.

Se impulsa a que el teléfono celular se convierta en nuestra herramienta multiuso y como ya expresamos en otra columna, en formar parte de nuestro ser.

La tecnología tendría que estar al servicio de las personas y si lo que se busca es que el ciudadano pueda ejercer su libertad, deberían proponerse diferentes opciones, sobre todo pensando en las personas con problemas de salud, de edad avanzada o que simplemente no les interesa depender de un aparatito.

A veces no es necesario innovar, si lo simple funciona.

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