La construcción de la torre, de 800 metros de altura y en vidrio y acero, demandó cinco años y exigió un presupuesto de 4.100 millones de dólares, reportó Ansa.
El rascacielos será inaugurado oficialmente en el día en que se celebra el cuarto aniversario del ascenso al trono del jeque Mohammad Al Maktum.
La empresa inmobiliario que está detrás del ambicioso proyecto, Emaar Properties - un grupo controlado en parte por el gobierno-, estimó que la inauguración de la torre será seguida por televisión, en vivo y en directo, por unos dos millones de personas.
Proyectado en 2003 e iniciado un año más tarde, Burj Dubai es el único de los gigantescos rascacielos anunciados que no interrumpió sus tareas ni alteró sus planos a pesar de la crisis y las dificultades económicas y financieras de los últimos meses.
El nuevo obelisco de acero y vidrio, en forma de Y invertida, que superará al Taipei 101 (de 508 metros), se eleva entre el desierto y el mar y es visible desde 95 kilómetros de distancia.
Las dificultades financieras de los últimos meses provocaron, por ejemplo, que fuera redimensionada la Kingdom Tower de Arabia Saudita -que debía superar el kilómetros de altura-, mientras se suspendieron la Mubarak al Kabir Tower de Kuwait y la Doha Convention Center.
Las deudas del emirato de Dubai alcanzan los 150 mil millones de dólares y el Banco Central ya lo socorrió con 20 mil millones de dólares en febrero pasado, y luego en diciembre pasado.
Además, Abu Dhabi, emirato capital de la federación de los Emiratos Arabes Unidos (EAU), en noviembre pasado contribuyó con 5.000 millones de dólares.
El mercado inmobiliario está en ligera reactivación, pero recuperarse de la caída de precios, que se precipitaron un 47% en 2009, es todavía una incógnita para los analistas económicos locales.
Aún así, varios operadores inmobiliarios sostienen que las señales positivas son palpables.
Una incógnita que todavía persiste es la altura definitiva de Burj Dubai, desconocida inclusive para el Council on Tall Buildings, el organismo de Chicago que certifica los edificios más altos del mundo.
El presidente de Emaar Properties, Mohammad al Abbar, se limitó a afirmar que el rascacielos "supera los 800 metros".
Los pisos habitables son 160, de los cuales 49 están destinados a oficinas y 61 a apartamentos. El edificio cuenta con 58 ascensores que viajan a una velocidad de 10 metros por segundo.
En el piso 124, un balcón panorámico abierto al público ofrece una visión panorámica, a 360 grados, de la ciudad.
El edifico también cuenta con un lujoso hotel Armani en los pisos inferiores.