Tegucigalpa - La Corte Suprema de Honduras garantizó ayer la inviolabilidad de la embajada brasileña en Tegucigalpa, cercada por policías y militares desde que se refugió allí el depuesto presidente Manuel Zelaya.
La promesa de no invasión fue formulada por el titular del máximo tribunal, Jorge Rivera, a los seis legisladores brasileños que arribaron al convulsionado país centroamericano para verificar la situación en esa sede. Y aunque la comitiva extranjera obtuvo la autorización para entrar a su legación, el régimen de facto impide salir del lugar a uno de los diplomáticos, Lineu Pupo de Paula.
La integridad de la embajada es una de las principales exigencias a los golpistas de la OEA, cuya misión de avanzada arribará hoy a la capital hondureña con el objetivo de preparar la visita de cancilleres y del secretario general del organismo continental, José Miguel Insulza, prevista para la semana próxima.
El asesor de Insulza, John Biehl, subrayó desde Tegucigalpa que el derrocado mandatario y quien lo reemplazó, Roberto Micheletti, "están dispuestos a avanzar en un diálogo real", pues se observa "un poquito menos de emoción y un poquito más de racionalidad".
OTRA PROPUESTA
Buscando una salida a la crisis política que azota a esta nación -las pérdidas económicas se estiman ya en 800 millones de dólares-, la Iglesia Católica propuso conformar una mesa de negociaciones que reúna a las partes enfrentadas y a dos mediadores, uno local y otro que sería el canciller y vicepresidente panameño, Juan Carlos Varela.
Sin embargo, el líder del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, Juan Barahona, rechazó rápidamente la iniciativa porque "los curas están aliados con Micheletti".(AP, EFE, ANSA y Télam)