Alguien dijo por ahí que 2024 se pareció mucho a un final de temporada, pero no como esos cierres felices y que dejan a todos contentos, sino como un último capítulo angustiante, casi dramático y que crea desconcierto en los espectadores.
Es que el año estuvo marcado por tres cosas que se replicaron en todos los ámbitos: la nostalgia (todo lo que alguna vez funcionó está de regreso), la politización de la cultura (la grieta está más presente que nunca entre los artistas) y el avance ya imparable del streaming (aunque cómo sostenerse es algo que aún no logra dilucidar y puede ser su espada de Damocles).
VOLVER, VOLVER
Si bien la monetización de la nostalgia siempre ha tenido un lugar en la industria del entretenimiento, este año quedó claro no se quiere tomar riesgos: lo que alguna vez funcionó puede volver a hacerlo, sin importar si se trata de conquistar a los fanáticos originales o a nuevos.
Cada vez más de lo que se ofrece parece estar motivado por la lógica de que lo que la gente quiere, o lo que se puede vender más fácilmente es lo que ya le gustaba antes. Constantemente se incita a conectar con el pasado a través de aquello que la gente veía, vestía y escuchaba.
‘Margarita’ y los shows de Flor Bertotti inspirados en ‘Floricienta’; el ‘Cris Morena Day’ realizado por el canal de streaming de Migue Granados, Olga; el regreso a los escenarios del clásico del humor noventoso ‘Cha cha chá’ y ahora también la inminente vuelta de Erreway (banda surgida del infantil de Cris Morena ‘Rebelde Way’) son ejemplos claros de esta tendencia que también está pegando fuerte en el mundo de la música, con el regreso de bandas que se creían extintas como los internacionales Oasis o los nacionales Los Piojos.
Amén de esto, la ficción nacional también recorrió tiempos pasado: tanto ‘Coppola, el representante’ como ‘Cris Miró (Ella)’ y ‘Síganme’, con Leo Sbaraglia, enmarcadas en los tumultuosos ‘90, profundizaron esa sensación de añoranza -o morbo- por épocas pasadas. Lo mismo con ‘Cromañón’: más allá de una recreación de época tal vez no tan acertada, volvió a poner sobre la mesa el recuerdo de la Argentina poscrisis de 2001 y, en definitiva, hizo que la audiencia nuevamente mirara hacia atrás.
Por supuesto, éste no es un fenómeno regional sino más bien internacional: en Hollywood la nostalgia también primó. ‘Ghostbuster: Frozen Empire’, ‘Bad Boys 4’, ‘Twisters’, ‘Alien: Romulus’, ‘Beetlejuice Beetlejuice’ y ‘Gladiador 2’ fueron algunos de los títulos que llegaron en 2024 y que dejaron en claro que, como dice la frase, “ya está todo inventado”.
En materia de series ocurrió algo similar: ‘House of the Dragon’, ‘True Detective: Noche polar’ y ‘El pingüino’, fueron algunos de los estrenos que si bien tuvieron muy buena aceptación por parte de los espectadores, no dejan de ser spin-offs reciclados del producto original.
LA BATALLA CULTURAL
“Qué peligroso, qué triste”. Sujeto tácito, sin verbo ni predicado; sin embargo, esta oración enunciada por Lali Espósito en Twitter, tras conocerse el resultado de las últimas elecciones presidenciales en agosto del año pasado, desató una guerra con bandos bien diferenciados. Es que a raíz de este tuit, el presidente Javier Milei tomó a la cantante como su enemiga pública número uno acusándola de haber recibido millones de pesos de la gestión anterior por una serie de conciertos brindados en el marco de diferentes festivales estatales de entrada gratuita, lo que incluso le valió un malicioso apodo por parte del Primer Mandatario.
La acusación contra Lali fue la punta del iceberg para que se pusieran en tela de juicios todos y cada uno de los fondos que el Estado destinaba a las cuestiones culturales. En medio de eso, en diciembre el Gobierno decidió el desfinanciamiento del Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) bajo la premisa de no brindar más subsidios “a películas sin espectadores”.
La cuestión formó una nueva grieta entre los actores, algunos de los cuales no dudaron en levantar la bandera de la cultura en cuanta ocasión pudieran, y otros, que prefirieron alinearse con el Gobierno y poner en duda qué se hace con el dinero destinado al séptimo arte.
El conflicto llegó a un punto álgido durante la entrega de premios Martín Fierro al Cine, cuando la propia Mirtha Legrand aprovechó su discurso de agradecimiento para gritar a viva voz: “No cierren el Incaa”.
Pero mientras algunos no dudaron en tomar partido, ya sea a favor o en contra, el silencio también generó polémica. Ese fue el caso de la cantante Emilia Mernes, quien quedó en el ojo del huracán cuando enmudeció ante una pregunta de un periodista español acerca de qué opinaba de las políticas de recorte cultural que estaba llevando a cabo el Gobierno libertario.
Que debería haber dado su opinión para dar el ejemplo a los jóvenes, que no se tiene que meter en esos temas para no quemarse: las opiniones al respecto fueron de lo más variadas. Lo cierto es que, como nunca antes, las personalidades de la cultura fueron llevadas al barro, como si hubiera una necesidad de conocer en dónde se paran políticamente y por qué.
IMPARABLE
Este año también dejó en claro que la ficción argentina no murió, sólo se transformó. Aún no hay telenovelas en tevé abierta pero eso no quiere decir que los contenidos nacionales no hayan estado en auge: ‘Bellas Artes’ (Disney+), ‘El hombre que amaba los platos voladores’ (Netflix), ‘El encargado 2’ (Disney+), ‘Envidiosa’ (Netflix), y las anteriormente mencionadas, ‘Cromañón’ (Prime Video), ‘Margarita’ (Max), ‘Coppola, el representante’ (Disney+) y ‘Cris Miró (Ella)’ (Primeo Video) fueron fieles exponentes de lo viva que está la ficción argentina y del gran interés que las plataformas de streaming tienen en ella. No todo está perdido.
Ahora bien, cuando se habla de streaming no sólo se alude al contenido on demand de ficción. Con una audiencia sub-40 cada vez más alejada de la televisión tradicional y volcada casi de manera masiva a las redes sociales, los canales de streaming este año explotaron.
En este marco, hubo un claro ganador: Migue Granados. El exhumorista de ‘Sin codificar’ se convirtió en un verdadero líder con su canal Olga. Melómano gracias a papá Pablo, Granados es un gran entusiasta del rock nacional, a tal punto que sus days -especiales en vivo- se volvieron su marca registrada.
Nati Jota, Eial Moldavsky, Homero Pettinato, Elizabeth Vernaci, Humberto Tortonese, Noelia Custodio, Martín Rechimuzzi, Tefi Russo y Lucas Fridman son algunos de los exponentes del canal al que en 2025 se sumarán Nacho Elizalde y Marti Benza. Ambos son ex Luzu, propiedad de Nico Occhiato y competidor directo de Olga. Si bien Luzu TV fue pionero, actualmente pareciera ser Olga el más influyente (y el que mejor paga).
MAS OPCIONES
Pero más allá de estos canales, que son los de mayor audiencia, el 2024 estuvo marcado por el surgimiento de otros como Neura, fundado por Alejandro Fantino, uno de muchos periodistas que encontraron en el streaming otra manera de llegar al público sin tener que estar atados a los estructurados formatos televisivos, siempre regidos por el rating.
En la vereda opuesta a la línea editorial de Fantino, Cenital nació en mayo de este año de la mano del periodista Iván Schargrodsky, quien logró fichar para su canal a pesos pesados como Ernesto Tenembaum y María O’Donell.
Con una prensa gráfica que perdió más del 90 por ciento de sus ingresos de pauta oficial, un mercado cada vez más reducido de empresarios dueños de medios y un Presidente que no dudó en tildar de “ensobrado” a cada periodista que no se mostró afín al pensamiento oficial, no es de extrañar que los periodistas se refugien en el streaming.
Claro que, si bien los hábitos de consumo cambiaron al ritmo de la tecnología, lo cierto es que los canales online aún no encuentran una manera de sostenerse económicamente a niveles de la época dorada de la televisión. Si no logran dilucidar cómo monetizar los auspiciantes, los canales de streaming no serán más que una moda pasajera o se verán obligados a optar por una alternativa que va en contra de la independencia con la que surgieron: fusionarse con alguno de los monopolios mediáticos para subsistir.