Washington (EFE y AP) - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó la ley que prevé el envío de armamento por 95.300 millones de dólares Israel, Taiwán y, fundamentalmente, Ucrania, que embolsará 60.800 millones y empezará a recibir esa asistencia militar en el campo de batalla “en cuestión de horas”, como se preocupó por anunciar el mandatario, aunque Kiev ya está utilizando una importante ayuda mandada en secreto (hasta hoy) por el Pentágono: Sistema de Misiles Tácticos del Ejército de largo alcance (ATACMS) que le sirvieron al país invadido para bombardear días atrás, por ejemplo, un aeródromo militar ruso en la anexionada península de Crimea.
Apenas aprobada la norma en el Senado tras meses de bloqueo por parte del ala más dura republicana, el mandatario brindó un discurso desde la Casa Blanca para celebrar el acuerdo alcanzado y prometer que pronto llegarán a Ucrania “municiones de diferentes tipos, entre ellas de 155 mm y para los cohetes HIMARS, cuyo alcance ronda los 80 kilómetros, así como diversos tipos de vehículos, incluidos los blindado antiminas”, cargamento inicial valuado en mil millones de dólares.
Si bien no contempla nuevas armas, sí aquellas que se han convertido en claves en la lucha contra el Kremlin, principalmente los misiles antitanque Javelin, ligeros y fáciles de manejar.
"Estuvimos a la altura del desafío, nos unimos y lo logramos. Es un buen día para la paz mundial", destacó Biden. Cabe puntualizar que la influencia del sector ultraconservador que responde a Donald Trump llevó a que en la ley figure una provisión para que Kiev se comprometa a devolver, como si se tratara de un préstamo, 10.000 millones de dólares del paquete votado.
ARMA CLAVE
Los misiles de largo alcance, que el gobierno de Volodomir Zelenski pedía desde hacía mucho tiempo, le otorgan casi el doble de distancia de ataque, hasta de 300 kilómetros, de la que tenía con la versión de rango medio que recibió de EE.UU. en octubre pasado.
“Les entregamos en marzo una cantidad significativa de estos misiles”, acabó reconociendo ahora la Casa Blanca.
La información se mantuvo tan reservada que los legisladores venían exigiendo desde hace días que enviaran estos proyectiles, sin saber que ya estaban en la ex república soviética. Durante meses, Washington se resistió a mandarlos preocupado de que Kiev los usara para atacar territorios muy en el interior de su enemigo, lo que provocaría la ira de Moscú e intensificaría el conflicto.
MIRANDO A ASIA
En su política de contención de China, la norma otorga 8.100 millones de dólares para apoyar a aliados de Estados Unidos en el Asia-Pacífico, especialmente Taiwán, adonde llegarán 1.900 millones para reponer el armamento que EE.UU. le envía a la isla cuya soberanía reclama Pekín.