La designación de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central tuvo el efecto deseado por el Gobierno: sorprendió a todos. El giro en la política de la entidad, que ahora se vinculará más con el Ejecutivo a través de un Consejo Económico y adquirirá un perfil desarrollista, generó apoyos incondicionales y críticas airadas. Javier González Fraga, ex titular del BCRA en dos oportunidades (1989 y 1990), analiza lo que vendrá cuando se calmen las aguas.
-¿Cuál su opinión acerca de la designación de Mercedes Marcó del Pont?
-Tengo una muy buena opinión de Mercedes. He coincidido con ella en la crítica a la convertibilidad en los años noventa, he coincidido en la necesidad de tener una política productivista. Creo que es una profesional muy competente, que va a tener claro que para posibilitar el desarrollo y el crecimiento industrial en la Argentina hace falta tener la inflación bajo control. Hoy le toca estar en el Banco Central y por lo tanto la prioridad es controlar la inflación y defender el valor de la moneda. Si no tenemos moneda sana no hay crecimiento. Este es un tema vital. No estoy entre la mayoría, que salió a decir que no iba a poder hacer nada.
-¿Considera equivocado pensar que una profundización de la política oficial en el BCRA producirá más inflación?
-Eso va a depender de muchas otras cosas más. Pienso que Mercedes es un aporte de racionalidad a un equipo económico que no tiene demasiado. Entonces no sé si tendrá más suerte que Martín Redrado o Martín Lousteau, ya que ambos fracasaron en tratar de frenar la irracionalidad del lado de Moreno-Kirchner. Pero hoy por hoy le pongo una ficha. No quiero caer en un exceso de optimismo, pero creo que es un aporte positivo y es un nombramiento mejor que si hubiera quedado Miguel Pesce o si hubieran llevado a Felisa Miceli, por poner un ejemplo.
-¿Lo sorprendió esta designación?
-No del todo. Mercedes siempre ha tenido una buena llegada a la Presidenta. Creo que fue una decisión de las últimas horas. Es un nombramiento que suma, no resta, claramente.
CONSEJO ECONOMICO
-¿Qué opina de la conformación del Consejo Económico?
-Eso también es positivo porque es darle una función al Banco Central, directamente con el ministro, lo cual permite pensar que va a darle más categoría al objetivo del Banco Central que es mantener la estabilidad de la moneda.
-¿Cree que el poder del ministro Amado Boudou se verá socavado por el Consejo?
-Es algo difícil para evaluarlo desde afuera. Si al sumarse Mercedes al equipo con el ministro lo ayuda a ponerle un freno a Guillermo Moreno, no le quitará poder. Siempre trato de pensar positivamente. Me parece que puede haber coincidencias entre Marcó Del Pont y el ministro y eso fortalecerá la posición contra Moreno, que es lo mismo que decir contra Néstor Kirchner. Eso es bueno.
-¿Habrá margen de acción para eso?
-La realidad de los últimos tiempos no me permite ser optimista. Pero soy de los que no protestan antes de tiempo. Total, para quejarse siempre hay tiempo.
-¿La experiencia al frente del Banco Nación en qué puede ayudarla ahora que conducirá el Central?
-Obviamente va a conocer más del Banco Central habiendo estado en el Nación que si no hubiera estado. Sin dudas suma. Pero claramente es un banco distinto, el Central no es una entidad comercial, sino monetaria. Creo que Mercedes Marcó del Pont tiene toda la capacidad para entender rápidamente todo lo que hay que hacer.
-¿Acuerda con la idea de reformar la Carta Orgánica?
-Acuerdo con la idea de que hay que reformarla en algún momento, pero no sé si es urgente. Con esta carta se puede hacer todo. Yo estoy en contra de muchas cosas que dice la Carta Orgánica, inclusive con que no reciba instrucciones del Ejecutivo. Me parece que es una exageración propia de la convertibilidad. Estoy en contra de la definición de reservas de libre disponibilidad, en fin, creo que son resabios de la convertibilidad que hay que eliminar. Pero no sé si estamos ante el momento político ideal para discutirla porque no están los ánimos para sostener un debate frío sobre el tema. Hoy no hay nada en la Carta Orgánica que impida hacer una buena gestión en el Banco Central.